fbpx
Articulos en Español

E pluribus unum … de muchos, uno


BIRMINGHAM, Ala. (BP)–Es el desafío de cada inmigrante: ¿Cómo adaptarse a la nueva cultura, y a la vez guardar los aspectos más preciosos de la cultura del país de origen?

E pluribus unum significa de muchos, uno. Es el lema nacional de los Estados Unidos, pero cada ola de inmigrantes ha confrontado algunos desafíos comunes.

Preguntas esenciales

Muchos han llegado a los Estados Unidos bajo circunstancias difíciles, pero pudieron superarlas y aprender a prosperar. Para poder lograrlo, tuvieron que contestar unas preguntas a cada paso de su integración a la cultura americana.

Cada inmigrante tiene que resolver ciertos conflictos que encontrará en la nueva cultura. El proceso es similar a las Etapas de Desarrollo Socio-Emocional descritas por Erickson [www.childdevelopmentinfo.com/development/erickson.shtml].

Según Erickson, cada niño cumple ciertos pasos para poder desarrollarse de forma sana. De manera similar, en el proceso de asimilación hay preguntas que cada persona tiene que confrontar y contestar acerca de su nueva cultura. La forma en que contesta determinará en gran parte cuánto éxito la persona puede experimentar en el proceso de asimilación en el nuevo ambiente.

1. ¿Puedo confiar en las personas aquí?

— Sí. Puedo relajarme y confiar en las personas que viven aquí y en la sociedad en general.

— No. Me siento que estoy en peligro. No puedo relajarme porque todos aquí quieren aprovecharse de mí.

Si el inmigrante no puede confiar en las personas que se encuentran donde vive, será imposible adaptarse a la cultura del lugar en una forma sana. Pero tiene que empezar con la confianza en Dios y buscar lo mejor de las personas a su alrededor.

Una misionera me comentó que ha sido una buena experiencia conocer a gente de diferentes partes, porque todos son iguales al fin y al cabo. Todos tienen las mismas preocupaciones y los mismos deseos. Pensamos que somos muy diferentes a la gente de otras culturas; sin embargo, muchas veces lo que imaginamos no es realista.

2. ¿Puedo ser independiente y llegar a tener autonomía propia aquí?

— Sí. No dependo de nadie. Puedo trabajar, suplir las necesidades básicas de mi familia e ir a donde necesito ir. Puedo imaginar vivir en una mejor situación en el futuro.

— No. Dependo de otros para ayudarme en la transportación y en todo. Mi trabajo no provee suficiente para sostener a mi familia. Me siento perdido en el lugar donde vivo, y muy inseguro acerca de dónde vendrán las cosas básicas que necesitaremos en el futuro.

Requiere mucho valor hacer cosas nuevas en un lugar nuevo, pero tenemos que tomar responsabilidad y aprender a hacer todo lo que se pueda. A veces el inmigrante ni sabe su dirección para decirle a alguien cómo llegar a donde él.

3. ¿Puedo aprender lo necesario para tener éxito aquí?

— Sí. Estoy tomando ventaja de cada oportunidad para estudiar, y uso el idioma de la cultura nueva todo lo que puedo. He aprendido a comer platillos típicos de la región, y trato de seguir las noticias locales, y no sólo las de mi país. Estoy aprendiendo las costumbres importantes, como la manera apropiada de saludar y despedirse. Trato de entender el humor local y sé cómo pedir perdón si ofendo a alguien.

— No. Busco traductores para leer y escribir las cartas oficiales. Pido que mis hijos traduzcan para mí en las tiendas y la escuela. La cultura se siente muy rara y difícil de entender. Trato de estar siempre al día con las noticias de mi país. No quiero tener que cambiar nada. Mejor me quedo con los que hablan mi idioma porque esa cultura me hace sentir inferior.

No se lo puede evitar: es importante aprender el idioma del país donde vive. Hay que tomar ventaja de toda la educación que está disponible. Nunca será una pérdida de tiempo. Pero la enseñanza formal no es todo. También hay que aprender las cosas distintas del lugar donde vive.

A veces los que son de países tropicales se quejan del tiempo y la temperatura si han llegado a una región de clima más frío. Si están en la voluntad de Dios, Él se encarga de ayudarles a adaptarse a las cosas nuevas. Podemos aprender a vivir con nieve y aun hielo si el Señor nos ha indicado que estamos en el lugar a donde Él nos ha mandado. Él nos puede proveer todo lo que necesitamos para poder florecer, aun en la nieve.

4. ¿Puedo establecer mi identidad aquí?

— Sí. Estoy encontrando maneras de usar las habilidades que tengo y seguir los intereses que quiero. Siento que las personas donde trabajo y en mi vecindario me entienden.

— No. Yo era alguien diferente en mi país. Tenía buen trabajo y mucho más respeto. Aquí no me dejan utilizar mi experiencia. Siento mal entendido.

Es difícil cuando uno no recibe el mismo respeto que tenía en su país. Pero hay que recordar los valores que uno tiene. No queremos dejar que las circunstancias dicten nuestro comportamiento. Aun si no puede usar sus habilidades inmediatamente, uno puede establecer quién es basado en su carácter moral y no en su profesión u oficio.

5. ¿Puedo desarrollar amistades íntimas aquí?

— Sí. Tengo amigos que son de aquí. Me siento comprendido por mis amigos. Disfrutamos de las diferencias, y les enseño cosas así como ellos me enseñan a mí.

— No. Me siento aislado y no comprendo a nadie de aquí. Todos mis amigos son de mi país, o por lo menos hablan mi idioma.

Cuando alguien llega a un nuevo país, hay tantas costumbres diferentes para aprender y evaluar. Mi esposo (de otro país) y yo decidimos siempre tratar de tomar lo mejor de las dos culturas y dejar atrás lo demás. Por eso, somos orgullosos de la familia extendida en los dos países. Hemos aprendido a gozar de la comida como también de las celebraciones de los dos lugares. Ha sido una jornada maravillosa que hemos disfrutado mucho.

6. ¿Puedo apoyar el desarrollo de mis hijos aquí?

— Sí. Siento que estoy contribuyendo a mejorar la siguiente generación. Soy partícipe en su vida y conozco a sus amigos, entiendo su música y los animo a que sigan estudiando para tener trabajos profesionales si así lo desean. Puedo imaginarme un futuro de mucho éxito para ellos.

— No. No entiendo las cosas que a ellos les gustan. Nunca hablo con sus amigos porque no hablan mi idioma. Siento que tengo que proteger a mis hijos de la cultura. Pienso llevarlos a mi país para rescatarlos. Siento que mi vida esta estancada.

Es importante que los hijos sientan el apoyo de los padres. Si los hijos escuchan a los padres siempre añorando su país de origen y criticando al país donde la familia está viviendo, van a sentirse inseguros.

También los padres necesitan conocer a los amigos de sus hijos y entender las cartas de la escuela. Si el papá no puede entender la letra de la música que su hijo escucha, ¿cómo va a saber si es música sana? Si la mamá no puede hablar con las amigas de su hija, ¿como va a poder guiar a la hija a encontrar buenas amistades?

Sólo fue después de abrirse a la cultura americana que los irlandeses empezaron a ver el éxito en sus hijos. Qué orgullo siente un padre que puede ver que el hijo tiene éxito aun mayor que el suyo.

7. ¿Puedo recibir satisfacción de lo que hago con mi vida aquí?

— Sí. Cuando reflexiono, siento que mi vida ha sido valiosa viviendo aquí.

— No. Cuando reflexiono, siento que mi vida está siendo malgastada aquí.

Si su meta es llegar a tener buen trabajo, casa bonita y cuenta bancaria grande, nunca se va a sentir satisfecho en su vida. Hay que considerar la influencia eterna que su vida tiene.

¿Por qué importa la asimilación para nosotros cómo creyentes cristianos?

La fuerza de los Estados Unidos se encuentra en el lema nacional, E pluribus unum, de muchos, uno. Nuestra tarea es escoger lo mejor de las culturas que se encuentran aquí, dejando atrás lo peor, para construir vidas que nos dan más oportunidades para ser testigos fieles que influyan ambas culturas para Cristo.

Pablo tuvo que aprender muchas cosas en sus viajes como misionero. Aprendió “a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (1 Corintios 9:22b). No es sólo para el beneficio de su familia el entender la cultura donde nos encontramos. No se puede testificar a nadie si no puede hablar con ellos.

Es esencial que los hispanos decidan asimilarse a la cultura estadounidense de tal manera que pronto también puedan influir a la cultura para Cristo, experimentando el gran éxito y la felicidad en su nuevo país adoptivo.
–30–
Adaptado del artículo originalmente publicado en Nuestra Tarea, enero/febrero de 2006.

    About the Author

  • Por Heather Ruiz