WASHINGTON (BP) — Un reporte del Vaticano publicado el lunes (13 octubre) demuestra lo que los observadores describieron como un cambio dramático –incluso un “terremoto”–en cuanto a los homosexuales, donde se pregunta si la Iglesia Católica Romana puede valorar “su orientación sexual, sin comprometer” sus enseñanzas.
El reporte, entregado en la presencia del Papa Francisco a la mitad de una junta de dos semanas con casi 200 obispos en el Vaticano, ofreció un tono notoriamente diferente en su acercamiento a los homosexuales, las parejas que cohabitan y los divorciados. El documento no es un reporte final sobre el sínodo de obispos, quienes continuarán su junta esta semana. Se espera un reporte más definitivo luego de un sínodo final el próximo año.
En una sección titulada “Dando la bienvenida a las personas homosexuales,” el reporte dice, “los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana: ¿somos capaces de darle la bienvenida a estas personas, garantizarles un espacio fraternal en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que les ofrezca un hogar receptivo. ¿Son capaces nuestras comunidades de proveer eso, aceptar y valorar sus orientaciones sexuales, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?”
El documento dice que ayudar a la gente a madurar en cuanto “a la dimensión sexual” es “un reto educativo importante” para la Iglesia Católica. La declaración no apoya el matrimonio de parejas del mismo sexo, diciendo que la Iglesia Católica “afirma que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser consideradas en el mismo nivel que el matrimonio entre un hombre y una mujer.”
El reporte también dice, “Sin negar los problemas morales conectados con las uniones homosexuales debe notarse que hay casos en los cuales la ayuda mutua al punto del sacrificio constituye un apoyo precioso en la vida de esas parejas.”
Los observadores más cercanos de la Iglesia Católica describieron el reporte como sorprendente en el uso de su vocabulario.
El documento “representa un terremoto, como ‘el mayor’ que golpea después de meses de temblores menores,” escribió John Thavis, quien reportó desde Roma con el Servicio Católico de Noticias por casi 30 años y continúa escribiendo un blog sobre el Vaticano.
James Martin, editor en jefe de América (una revista nacional católica), dijo que el reporte devela “un cambio asombroso en la manera en que la Iglesia Católica habla sobre la comunidad [lesbiana, gay, bisexual, transexual].”
Describiendo a los homosexuales como gente “con dones y talentos que ofrecer a la comunidad cristiana…es algo que sería impensable incluso hace unos cuantos años, inclusive de parte del más abierto de los prelados–es decir, una declaración de elogio directo por la contribución de los gays y lesbianas, sin advertencia y sin mención reflexiva del pecado.”
Russell D. Moore, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de los bautistas del sur, abordó el punto de vista de la Iglesia Católica como “gradualismo, la idea que los pecadores no abandonan de inmediato sus pecados, y a menudo avanzan gradualmente hacia la gracia de la redención.”
Él está en desacuerdo con la Iglesia Católica con respecto a la distinción “entre la iglesia y el mundo,” dijo Moore.
“La iglesia debe dar la bienvenida a cualquier visitante y observador que escuche la predicación y enseñanza del evangelio,” escribió Moore en una entrada de su blog el 13 de octubre. “La iglesia en sí misma, sin embargo, no debe estar formada de personas no arrepentidas. Por eso es que el pecado escandaloso debe ser disciplinado, y la Mesa del Señor debe ser ofrecida solamente a aquellos en plena comunión con Dios y con los demás.”
Añadió, “¿Debemos amar pacientemente y ofrecer el evangelio a aquellos que se niegan a arrepentirse de la inmoralidad, ya sea cohabitando en cualquier otra circunstancia? Sí. ¿Debemos bautizar y admitir en la membresía a aquellos que se niegan a dejar tales cosas? No.”
Los partidarios de los derechos de los homosexuales quienes se auto identifican como católicos, aplaudieron la declaración, mientras que algunos miembros conservadores de la iglesia la criticaron.
John Smeaton, cofundador del grupo conservador Voice of the Family, dijo, “Aquellos que están controlando el sínodo han traicionado a los padres católicos de todo el mundo.” Lo llamó “uno de los peores documentos oficiales escritos en la historia de la Iglesia,” según reportó Reuters News Service.