NASHVILLE, Tenn. (BP)–Las fuerzas de seguridad iraníes golpearon a los sublevados durante las manifestaciones del fin de semana en contra de la terminante reelección del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad. Entre los gritos de fraude, los críticos de la elección señalaron que los tres rivales de Ahmadinejad fueron derrotados abrumadoramente en sus propias ciudades y que él, aparentemente, se llevó la jornada en todas y cada una de las 30 provincias de Irán y en cada categoría social y por edad.
Los electores atestaron los lugares para votar el día de la elección, reportaron los servicios noticiosos internacionales, con una participación calculada en el 85 por ciento. El principal rival de Ahmadinejad, el reformador moderado Mir Hossein Mousavi, ingenió una campaña muy parecida a la del Presidente de los EE UU Barack Obama, usando herramientas como Facebook y mensajes de texto para construir un formidable movimiento entre los jóvenes iraníes. En algunos lugares, los electores estuvieron de pie en filas que literalmente alcanzaban las millas de longitud y los centros de votación permanecieron abiertos hasta tarde para servir a las muchedumbres.
Aún así, según los resultados oficiales, Ahmadinejad ganó cerca del 63 por ciento del voto nacional, incluyendo al 80 por ciento de las boletas en la ciudad del mismo Mousavi. Los servicios de noticias reportaron que el servicio de telefonía celular y mensajes de texto fueron interrumpidos al comenzar la elección y el sitio en Facebook fue bloqueado.
La elección fue fuertemente controlada, sin una comisión de elección independiente, sin boletas secretas, sin observadores electorales y sin manera de verificar los resultados anunciados, dijo Amir Taheri, un observador iraní, en una columna publicada el 15 de junio en el diario Wall Street Journal.
“Al Sr. Ahmadinejad se le acreditaron más votos que a nadie más en la historia de Irán. Si los resultados tenían la intención de ser creíbles, ganó en todas las 30 provincias y entre todas las categorías sociales y por edad,” escribió Taheri. “Sus tres rivales, todos dignatarios del régimen, fueron humillados al perder incluso en su propia ciudad. Este fue un resultado sin precedentes incluso para la República Islámica, donde las elecciones siempre han sido farsas cuidadosamente orquestadas.”
La revista Time dijo que los resultados pudieran ponerse en duda por la velocidad con la que Ahmadinejad fue pronunciado el ganador—menos de un día después de la elección. El Ministro del Interior “supuestamente debe esperar tres días después de la votación antes de certificar el resultado para así dar tiempo para examinar las disputas,” dijo Time. Irán utiliza boletas de votación hechas de papel.
“Gary Sick, un profesor de Columbia University y consejero sobre asuntos iraníes para tres Administraciones de EE UU, dijo que dada la aparente multitudinaria participación, hubiera sido imposible anunciar un resultado definitivo tan pronto se cerraron las casillas de votación porque Irán no utiliza máquinas para votar,” reportó Simon Robinson de la revista Times.
Durante el fin de semana, los manifestantes atacaron bancos propiedad del gobierno y destruyeron propiedades públicas en el distrito central de la capital, Terán, reportaron los servicios noticiosos internacionales. Se encendieron los contenedores de basura y tres edificios en el norte de Terán fueron quemados totalmente.
Mousavi dio a conocer una declaración el domingo diciendo que estaba bajo arresto domiciliario. Después, se canceló la protesta luego que Mousavi advirtió que la policía que supervisaba la manifestación dispararía municiones reales. El Ministro del Interior declaró que la marcha pedida sería ilegal.
En el Occidente, la administración de Obama y sus aliados europeos cuestionaron la legitimidad de la elección. La Secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton dijo que Estados Unidos espera que el resultado de la elección refleje el “deseo y voluntad genuinos” del pueblo iraní. El secretario de prensa de la Casa Blanca Robert Gibbs dijo que la administración Obama está poniendo mucha atención a los reportes de las supuestas irregularidades electorales.
Un crítico interpretó los resultados de la elección como un golpe maestro en contra de los estrictos clérigos que gobiernan Irán.
“Muchos en Terán, incluyendo a líderes clérigos, ven el ejercicio como un golpe de estado de los órganos de la seguridad militar que apoyan al Sr. Ahmadinejad,” escribió Taheri. “Fars New Agency, propiedad del estado, declaró que el Sr. Ahmadinejad había ganado con dos tercios de la mayoría incluso antes que los primeros resultados oficiales hubieran sido tabulados por el Ministro del Interior… El Líder Supremo Ayatolá Ali Khamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de la vida nacional, publicó una larga declaración elogiando la ‘histórica victoria’ de Ahmadinejad como ‘una gran celebración.’ Esta fue la primera vez desde 1989, año cuando él se convirtió en el líder supremo, que el Sr. Khamenei comentó acerca de los resultados de una elección presidencial sin esperar la publicación de los resultados oficiales. Algunos analistas en Terán me dicen que la elite de la seguridad militar, ahora controlando la maquinaria del estado iraní, persuadieron al Sr. Khameni para que hiciera este movimiento sin precedente.”
La declaración de Khamenei fue más larga de lo usual y redactada en una manera muy distinta a la de sus declaraciones regulares, dijo Taheri. También sobreabundó en elogios para Ahmadinejad, provocando que los observadores cuestionaran si el mismo Ahmadinejad lo escribió y presionó a Khamenei para que lo diera a conocer.
Sin embargo, Daniel Pipes, un analista del Medio Oriente, argumentó que la “selección iraní” es el re-nombramiento de Ahmadinejad como presidente hecho por Khamenei, y dijo que el resultado de la elección fraudulenta pudiera ser visto como un desarrollo positivo.
“Ahmadinejad sigue siendo la cara lunática de Irán ante en mundo, dificultando argumentar que el régimen de los mulás se está ablandando y que el hecho de que tengan armas nucleares no presenta una amenaza,” escribió Pipes en una columna el 15 de junio. “Ahmadinejad simboliza el rechazo de las overturas de Barack Obama sobre Irán y, como tal, su selección representa una bofetada en la cara de las pólizas a favor del Islam del presidente estadounidense. Ahmadinejad sigue estando a cargo de la economía iraní, la cual él está destrozando progresivamente, por lo tanto reduciendo las capacidades económicas del país para hace daño fuera de éste. Ahmadinejad también determina las costumbres sociales, las cuales él mismo ha apretado al punto de la rebelión, asegurando que la población a su cargo crezca más separada de la República Islámica de Irán.
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Compilado por Mark Kelly, el editor asistente de Baptist Press.