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La muerte de Castro no detendrá el reavivamiento o impulsará la libertad


LA HABANA (BP) — El dictador cubano, Fidel Castro, quien murió el 25 de noviembre a la edad de 90 años, está siendo recordado simultáneamente como un catalizador del reavivamiento espiritual y un oponente de la libertad religiosa.

La muerte de Castro, dijeron los bautistas del sur vinculados con Cuba, no tiene el potencial de producir un aumento significativo en la libertad religiosa para la isla hasta que caiga el gobierno comunista que él inauguró hace 57 años.

Cuando Castro lideró la revuelta que derrocó al entonces dictador cubano Fulgencio Batista en 1959, él instituyó un régimen comunista que veía a los cristianos como “antirrevolucionarios.” Y les bloqueó el acceso a las universidades y la entrada a ciertos campos profesionales, según el grupo observador de la persecución religiosa World Watch Monitor. Pero la disminución mundial del comunismo a inicios de la década de 1990 dio como resultado una menor opresión de los creyentes en Cuba.

El gobierno de Castro fue “realmente muy duro con las iglesias en las décadas de 1960, 1970 y 1980,” dijo César Pérez, un estadounidense nacido en Cuba quien dirige los ministerios hispanos de First Baptist Church en Richmond, Kentucky. “Después, debido a la situación económica” cuando cayó la Unión Soviética y no pudo continuar apoyando a Cuba, Castro “le soltó un poco la rienda a las iglesias.”

El partido comunista de Cuba “sigue teniendo el control,” dijo Pérez a Baptist Press, pero la disminución de las restricciones “ayudó a las iglesias.”

La moderada presión sobre las iglesias continuó después que Castro cedió el poder a su hermano Raúl en el 2008. El mes pasado, por ejemplo, una corte cubana sentenció al pastor de una casa culto de 550 miembros a un año de arresto domiciliario por haber tenido servicios de alabanza con altos volúmenes de sonido, según Morning Star News, un servicio de noticias sobre la persecución de los cristianos en todo el mundo.

Entre las continuas restricciones, la construcción de edificios para iglesias exige el permiso del gobierno, dijo Pérez, así como las reuniones masivas. Sin embargo, esas mismas restricciones han motivado a los creyentes cubanos a lanzar un movimiento de casas culto que ha provocado “un reavivamiento por toda la isla” durante los últimos 20 años.

Heberto Becerra, un pastor en el área de Fort Lauderdale, Florida, quien sirvió como presidente de la Convención Bautista Occidental de Cuba en la década de 1970, confirmó el reporte del reavivamiento en Cuba. También dijo que es muy improbable el cambio inmediato en el tratamiento que las iglesias reciben en Cuba.

“El comunismo ya está enraizado,” dijo Becerra, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Plantation, Florida, a BP a través de un traductor. “No importa si Castro muere o no.”

Los bautistas del sur experimentaron el régimen totalitario de Castro de primera mano en 1965, cuando los obreros del entonces Home Mission Board, Herbert Caudill y David Fite fueron arrestados en cuba junto con otros 53 líderes cristianos, según la “Enclyclopedia of Southern Baptists.” BP reportó en ese tiempo que los dos misioneros fueron acusados de “intercambio ilegal de divisas extranjeras.”

Caudill fue puesto en libertad en 1966 y Fite en 1968.

En 1995, una resolución de la Convención Bautista del Sur listó a Cuba entre las naciones que experimentaban “notorios incidentes de opresión” dirigidos hacia los cristianos.

En el 2000, los bautistas del mundo fueron testigos del aparente cambio en las restricciones de Castro sobre la vida religiosa cuando La Habana fue la anfitriona del Concilio General de la Alianza Mundial Bautista. En esa reunión, la AMB adoptó una resolución criticando el embargo económico en contra de Cuba como una restricción del acceso a alimentos y medicinas para los inocentes cubanos, según reportó BP.

Castro envió saludos a la AMB y agradeció específicamente a los asistentes por haber hecho esa resolución. Él se reunió con líderes de la AMB durante dos horas, según BP.

Una nota escrita a mano por Castro con fecha del 8 de julio del 2000, agradeció a los bautistas “por haber escogido a Cuba como el lugar del concilio y por la resolución unánime en contra del bloqueo,” según la traducción de BP de una copia de la nota archivada en la Biblioteca y Archivos Históricos de los Bautista del Sur.

Por diversas razones, cuatro años después, la Convención Bautista del Sur votó a favor de retirarse de la Alianza Mundial Bautista.

En la era post-Fidel Castro, un líder en la Convención Bautista de Florida quien había estado coordinando viajes misioneros a Cuba durante 18 años, dijo que los bautistas siguen siendo sal y luz entre sus prójimos en el Caribe, aunque esperan cambios mínimos en el gobierno de la isla.

“Las cosas no van a cambiar mucho en Cuba hasta que cambie el apellido de sus líderes,” dijo a BP Craig Culbreth, el líder catalizador para misiones y ministerios en la Convención Bautista de Florida. “Y sigue siendo Castro. Creo que habrá algunos cambios. ¿Qué tan rápido o en cuántos años? Eso no lo sé.”

Mientras tanto, los bautistas de Florida planifican continuar enviando a Cuba un promedio de un equipo misionero cada ocho días, dijo Culbreth. Eso se traduce en unos 40 equipos al año, apoyando a la Convención Bautista de Cuba Occidental y la Convención Bautista de Cuba Oriental.

La convención de Florida provee el 51 por ciento del presupuesto de la convención de occidente, dijo Culbreth.

Para Pablo Miret, un pastor cubano que sirve en la Iglesia Bautista Discípulos de Cristo en Miami, la muerte de Castro ofrece un rayo de esperanza para el futuro de Cuba.

En un comentario en Facebook escribió, “Lo que realmente nos mueve a quienes vivimos la experiencia del comunismo dentro y fuera de Cuba es la esperanza de un futuro mejor,” según la traducción del Florida Baptist Witness.

Cuba está observando un periodo de nueve días de luto por la muerte de Castro.

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  • Por David Roach