WASHINGTON (BP)—Una vacante súbita en la Suprema Corte de los Estados Unidos ha empujado aún más al frente al aborto ante un país profundamente dividido que enfrenta unas elecciones divisivas.
Los líderes bautistas del sur hicieron un llamado a la oración por las autoridades en el gobierno incluso cuando pronostican una “batalla épica” por la Suprema Corte y la Casa Blanca.
Después de 27 años en la Suprema Corte, la jueza asociada Ruth Bader Ginsburg, de 87 años, murió el viernes (18 de sept.) debido a complicaciones de cáncer metastático. Nominada por el presidente Clinton y confirmada por el Senado en 1993, recibió a su muerte muchos elogios como jueza y como colega por parte de los conservadores y liberales en la corte.
Sin embargo, era claro que Ginsburg fue una miembro del ala liberal de la corte y que dicho estatus incluía el asunto del aborto. Ella apoyó completamente el derecho al aborto aprobado por la Suprema Corte en su decisión Roe vs Wade.
Antes de la muerte de Ginsburg, el desglose de la Suprema Corte era típicamente considerado 5 a 4 a favor de los conservadores, pero esta evaluación no se ha reflejado siempre en sus decisiones, incluyendo el aborto. En junio, por ejemplo, con un margen de 5 contra 4 votos, los jueces se negaron a sostener una ley de Luisiana que exigía que los hospitales otorgaran derechos de admisión a los doctores que realizan abortos.
Durante más de tres décadas, el aborto ha estado en el centro de los choques entre los candidatos republicanos para la Suprema Corte. A pesar de los éxitos en la confirmación de los candidatos republicanos, no es seguro que ya hay una mayoría de jueces republicanos para derogar Roe vs Wade o si la habrá en caso de que otro conservador se añada a la corte. Solamente uno de los jueces actuales, Clarence Thomas, ha pedido que se derogue Roe vs Wade en una opinión escrita. Sin embargo, pudiera ser que al haber otro juez conservador haya fallos más favorables sobre las restricciones para el aborto o si no el revertir Roe vs Wade pudiera volver a poner este asunto en manos de cada estado.
Con los derechos al aborto y otros asuntos en juego, las noticias de la muerte Ginsburg muy pronto se convirtieron en un debate sobre quién debe ser nominado como su sucesor:
- La misma mañana de su fallecimiento, el Líder de la Mayoría Republicana Michael McConnell dijo que el Senado sí realizaría una votación si el presidente Trump ofrece un candidato.
- El presidente dijo en un tuit el sábado (19 sept.) que los republicanos tenían la “obligación” de ayudar a la gente que los eligió a ocupar la vacante en la Suprema Corte “lo antes posible.” Más tarde, Trump dijo que nominaría a una mujer como sucesora de Ginsburg.
- Joe Biden, el candidato presidencial demócrata, y el Líder de la Minoría Demócrata Charles Schumer dijeron que el candidato que fuera electo en noviembre para ser el líder de la Casa Blanca debería ser quien elija al siguiente juez. El domingo (20 sept.), Biden instó a los senadores demócratas a que no voten cuando Trump ofrezca a un candidato durante la temporada de elecciones. Schumer dijo a los demócratas del Senado en una llamada el sábado “nada se descartará el próximo año” si los republicanos confirman a un juez durante las próximas semanas, reportó The New York Times. Parecía estar insinuando que los demócratas buscarían cambios tan dramáticos como aumentar el número de jueces en la Suprema Corte si es que ganaran el control del Senado en las elecciones.
- Algunos líderes en ambos lados del asunto del aborto lo han evaluado también. Marjorie Dannenfelser, presidenta de la Susan B. Anthony List, una organización antiabortista, lo describió como “un momento decisivo para el país en la lucha para proteger a los más vulnerables, los nonatos.” Dijo que los estadounidenses antiabortistas confían que Trump y los senadores antiabortistas “se muevan rápidamente para ocupar esta vacante.” Alexis McGill Johnson, presidenta de Planned Parenthood, el mayor proveedor de abortos en el país, tuiteó “Su vacante DEBE estar abierta hasta que pase la inauguración.”
Ronnie Floyd, presidente y jefe ejecutivo del Comité Ejecutivo de la CBS, describió el momento actual como crítico ya que tiene implicaciones a largo plazo.
“Los bautistas del sur están muy preocupados sobre la dirección de nuestra nación,” dijo Floyd el lunes. “A través de los años, hemos sido firmes en la defensa de la santidad y la dignidad de la vida humana, la libertad religiosa y el matrimonio como lo definen las Sagradas Escrituras. Por eso es por lo que hay tanto en juego en la situación actual en la que estamos.
“Los presidentes vienen y van, pero los nombramientos que hacen tienen un impacto por generaciones. Por eso debemos orar por el presidente Trump y por todos los que tomarán esta decisión.”
El domingo, Russell Moore, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa, instó a la oración por la familia de la jueza y por el país, haciendo eco de sus comentarios hechos la tarde que falleció Ginsburg.
“Las nominaciones para la Suprema Corte son altamente contenciosas en tiempos normales,” dijo Moore. “Ya hemos estado orando por nuestro país en medio de la pandemia, en medio de la angustia social, y en medio de la incertidumbre económica. Así que ahora debemos añadir una oración por sabiduría para nuestros líderes en este momento también.”
El viernes (18 sept.), reconoció grandes desacuerdos con Ginsburg con respecto a temas contenciosos como el aborto y la libertad religiosa.
“La muerte del juez [Antonin] Scalia, un titán de la derecha, [en el 2016] y ahora la muerte de la jueza Ginsburg, un titán de la izquierda, creo que realmente significa que es una era de transición, un tiempo de incertidumbre y un tiempo para que todos oremos por nuestro país, y por nuestro mundo y ser fieles por Cristo.”
La amistad entre Ginsburg y Scalia a pesar de sus diferencias ideológicas ha quedado bien documentada. “Veamos su ejemplo de amistad, incluso cuando tuvieron desacuerdos en pólizas, como un modelo para que nuestro país avance,” dijo Moore.
Mientras tanto, R. Albert Mohler Jr., presidente de The Southern Baptist Theological Seminary, dijo en una edición especial de su podcast “The Briefing” el 18 de sept., “No hay manera de evitar la realidad de que esto va a ser una batalla épica por el futuro de la Suprema Corte en medio de una batalla épica por la presidencia de los Estados Unidos. La batalla por la Casa Blanca y la batalla por la Suprema Corte nunca en la historia de nuestra nación han estado tan unidas y tan innegables, tan a la delantera y tan centrales.”
La disposición de McConnell de tener una votación sobre un candidato para la Suprema Corte tan cerca de la elección presidencial ha traído cargos de inconsistencia. En el 2016, el líder de la mayoría del Senado se negó a considerar la confirmación del juez de la corte federal de apelaciones Merrick Garland cuando él fue nominado durante el último año de la presidencia del presidente Obama. McConnell defendió su acción en una declaración el viernes, diciendo que ningún Senado desde 1880 ha confirmado al candidato de un presidente del partido opuesto durante un año de elecciones presidenciales.
Si no se realiza un voto de confirmación antes de la elección del 3 de noviembre, puede ser que McConnell todavía pueda convocar tal acción después, incluso si Trump pierde.
Desde que falleció Ginsburg, dos republicanas -las senadoras Susan Collins, de Maine y Lisa Murkowski, de Alaska—han dicho que por ahora no apoyan una votación de confirmación de un candidato.
Las juezas de las cortes federales de apelaciones Amy Coney Barrett y Barbara Lagoa son las candidatas principales para ser nominadas como sucesoras de Ginsburg, según reportó Bloomberg el domingo. Trump las nominó a ambas para sus puestos actuales, Barrett para la Corte de Apelaciones del 7º Circuito y a Lagoa para el 11º Circuito.
El senador republicano Josh Hawley de Missouri reiteró el sábado en un tuit su compromiso previo para votar solamente por candidatos a la Suprema Corte “que entiendan y reconozcan que Roe vs Wade fue decidido incorrectamente.” Instó a otros republicanos a hacer lo mismo.