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EDITORIAL: Una Navidad un poco diferente…


Para muchos de nosotros, esta Navidad será un poco diferente debido a la pandemia que estamos sufriendo. Por ejemplo, este año nuestra familia no se reunirá, como de costumbre, ya que mi hija y su familia no podrán venir desde España por las regulaciones impuestas, así que tendremos una reunión familiar reducida. Tampoco tendremos el ajetreo normal de estos días para acomodar a los visitantes, lo que nos permitirá concentrarnos más en el motivo real de esta celebración que es el nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Los cambios por la pandemia son grandes. Este año no haremos las visitas frecuentes al centro comercial para comprar regalos para cada miembro de nuestra familia, y para algunos amigos especiales. En realidad, no haremos muchas compras ni emplearemos horas envolviendo los regalos en papeles hermosos, con moños de cintas de colores. Pudiéramos aprovechar esta oportunidad para expresar el amor de Cristo a algunas personas, desviando nuestros recursos para ayudar a suplir algunas necesidades y en especial para incrementar la contribución a nuestra iglesia.

Nosotros acostumbrábamos a celebrar una cena de Navidad en nuestra iglesia, usando esa oportunidad como una actividad de alcance para invitar a personas no creyentes a visitarnos, para presentarles el mensaje de la Navidad. A lo largo de los años vimos a muchas personas recibir a Cristo después de asistir a esa actividad. Pero este año nos encontramos en una nueva ciudad, en una nueva iglesia y en medio de una pandemia, de manera que no celebraremos una actividad similar, pero hemos pensado realizar una actividad de evangelización “virtual”, usando los medios de comunicación masiva para comunicarnos con algunas de las personas que conocimos en esas cenas que celebrábamos en nuestra iglesia en Tennessee para tratar de ayudarles en su andar de fe.

En todas nuestras iglesias, cada año se celebra un concierto de Navidad. He conocido a muchas personas que fueron invitadas a esa actividad y recibieron a Cristo y luego se unieron a la iglesia. En particular tuve el privilegio de discipular y bautizar a una persona que vino por primera vez a nuestra iglesia para un concierto de Navidad y una hermana se acercó a ella, se sentó junto a ella, le habló de Cristo y el Espíritu Santo realizó Su obra en aquella persona que se convirtió en una fiel seguidora de Jesús que ha testificado de su fe aún a riesgo de perder su empleo. Son muchos los testimonios similares que conozco. Algunas iglesias harán sus conciertos al aire libre, enfrentado grandes retos técnicos y climatológicos, pero esta vez también se podrá participar en muchos conciertos online. Indudablemente que será un poco diferente, pero la esencia será la misma, el mensaje será el mismo, el objetivo es el mismo, estaremos celebrando el nacimiento de Jesús, alabando Su nombre y compartiendo Su amor con aquellos que necesitan iniciar una relación con Él.

En nuestro hogar acostumbrábamos a tener un enorme árbol de Navidad y un bello despliegue de luces en el exterior de la casa. Al mudarnos, dejamos atrás el árbol de Navidad pues era demasiado grande y todas las decoraciones de este y cancelamos el contrato que teníamos con la compañía que nos instalaba las luces en el exterior de la casa. Este año decidimos hacer una pausa en esa costumbre, limitándonos a poner solo algunos adornos navideños muy sencillos. En su lugar, vamos a ver las decoraciones navideñas de nuestros nuevos vecinos en nuestro nuevo barrio, sin hacer ni recibir visitas, pero vamos a enviarles tarjetas de Navidad a todos nuestros nuevos vecinos, abriendo así una puerta para futuras relaciones. Hay muchas ideas que se pueden poner en práctica para sustituir algunas de nuestras costumbres para esta época del año.

Hay muchos otros cambios que me llevan a decir que, para nosotros, esta Navidad será un poco diferente, sin embargo, el propósito y el objetivo será el mismo, recordar y celebrar el mayor regalo hecho por Dios a la humanidad: Su amado Hijo Jesucristo. Este cambio, en cierta forma es como despojarnos de un pesado abrigo, que nos permitirá estar más ligeros para ocuparnos mejor de lo que es realmente importante: recordar y celebrar lo sucedido en aquella noche única y extraordinaria en la pequeña Belén de Judea. Era el tiempo perfecto, había paz y prosperidad en todo el imperio romano, se usaba un lenguaje común, existían caminos que permitían transportarse, en resumen: ¡Todo estaba listo para la llegada del Mesías!

Lucas capítulo 2 nos describe magistralmente este evento único en la historia de la humanidad. El ángel que se les apareció a los pastores les dio un mensaje celestial diciendo: “…que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor (Lucas 2:11). Sí, había llegado el Mesías anunciado por el profeta Isaías muchos años antes (Isaías 7:14), Emanuel, que traducido es, Dios con nosotros, había llegado al mundo trayendo la esperanza y la vida eterna que solo por medio de Él podemos recibir. ¡Gloria a Dios!

Y eso es lo que celebramos en la Navidad, y eso no ha cambiado ni cambiará porque nuestro Jesús es el mismo. Así que esta Navidad, aunque tal vez pueda ser un poco diferente en la forma en la que cada uno de nosotros pueda celebrarla, el motivo y el gozo será el mismo. En el nombre del staff y en el de todos los que colaboramos en Baptist Press Español, les deseamos a todos una muy ¡Feliz Navidad!

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  • Oscar Fernández