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Exjugadores de las grandes ligas comparten a Cristo en Perú


[SLIDESHOW=39958,39959,39960]LIMA, Perú (BP) — Una cuerda no es parte de los implementos típicos del beisbol, pero el voluntario bautista de Florida Josh Howard, que se dirigía a una clínica de beisbol en Lima, Perú, tenía buenas razones para empacar una muy, muy larga en su maleta.

Él habló sobre la eternidad — usando una cuerda para dar una ilustración visual que aprendió escuchando la enseñanza del pastor evangélico Francis Chan — a un grupo de niños que vivían el momento para llegar a ser mejores beisbolistas. Y él estaba allá con otros siete exjugadores y actuales jugadores y entrenadores de beisbol de escuelas secundarias, universidades y profesionales — todos de iglesias bautistas del sur de Florida y Tennessee.

A finales de 2009, los misioneros de la Junta de Misiones Internacionales Tim y Joy Mitchell, de Georgia, difícilmente podían prever lo que Dios tendría preparado cuando hicieron una simple pregunta en una conferencia de misiones en Florida: “¿Juegan beisbol en Perú?”

Tim no supo la respuesta inmediatamente, pero cuando regresó a casa y luego a Lima, comenzó a hacer contactos. Conoció la federación de beisbol de Perú, que patrocina una liga para jugadores jóvenes y un equipo nacional.

En el proceso, descubrió que la mayoría de los líderes de la federación son nikkei, japoneses inmigrantes y sus descendientes. Menos del uno por ciento de los peruanos nikkei tiene una relación con Jesucristo.

Luego, un voluntario bautista de Tennessee, que hace décadas se desgarró el hombre semanas antes de su prueba en las grandes ligas con los Rojos de Cincinnati, se unió a Tim en Perú para investigar la posibilidad de usar clínicas de beisbol como puente para compartir el evangelio.

La federación de beisbol de Perú recibió bien su ayuda. El presidente de la federación y nikkei de segunda generación dijo que esperaba que pudieran salir jugadores de ligas mayores de algunos de sus propios jugadores jóvenes. También estuvo abierto a que ellos compartieran historias de la Biblia y testimonios al creer que los chicos de hoy necesitan ser moldeados con la moral.

Pero había un directivo de la federación que estaba menos que entusiasmado, recordó Tim. En el 2011, el primer año de la clínica, el directivo estaba en el campo durante los entrenamientos de beisbol. Pero cuando llegaba el tiempo de testimonio, era difícil de encontrar, dijo Tim.

La idea de la primera clínica de beisbol no era parte de la estrategia existente para hacer discípulo en Lima, señaló Tim. Pero algunos aseveraron que era parte del plan de Dios.

En los cinco años desde su inicio, las clínicas han abierto puertas para compartir el evangelio con incontables jugadores, padres, entrenadores y directivos. Solamente durante la clínica de este año, 142 personas aceptaron a Cristo, la mayoría peruanos no japoneses.

Todavía ha de determinarse si cinco años ha sido suficiente tiempo para hacer a uno de los chicos jugador de la Liga Mayor de Beisbol. Pero ha probado ser suficiente tiempo para aquellos que se autoprofesan desplazados, habiendo sido antes beisbolistas destacados, considerarse amigos de los aspirantes a estrellas del beisbol de Lima.

Esas amistades han establecido puentes para compartir el evangelio con los peruanos no japoneses. Pero, han sido especialmente importantes para derribar “barricadas” hacia los nikkei.

Alcanzar a los nikkei con el evangelio es distinto porque ellos le atribuyen menos valor a lo que alguien les dice y se enfocan más en la forma en la cual se comunican a través de las acciones, dijo Tim. Así como los voluntarios de beisbol le ponen el ojo a la técnica de los jóvenes jugadores para ver si son material para la liga mayor, los nikkei observan, en vez de solamente escuchar, cómo el equipo comparte el evangelio.

Cuando los voluntarios hagan la invitación pública para aceptar a Cristo, quizá uno o dos nikkei levanten la mano para mostrar una decisión — y puede que solamente la levanten a la altura del hombro. Enraizados en creencias sintoístas y budistas, su visión del mundo no tiene un Dios creador, dijo Tim.

“No entras simplemente con la tradicional presentación del evangelio del camino romano. Los nikkei no van a escuchar lo que tengas que decir hasta que no te vean viviendo lo que dices,” dijo Tim. “Así es cómo el beisbol tiene un contexto de ministerio. Habla más que las palabras… Cada paso tomado en las clínicas es un punto de exclamación sobre el evangelio.”

Kevin Ohmé, exlanzador de los Cardenales de San Luis de la temporada 2003, dijo que el equipo voluntario fue más allá del inicial esparcimiento de la semilla del evangelio. “Somos como el fertilizante,” dijo Ohmé en un campo de beisbol de Lima antes de una clínica realizada este pasado enero. “Cada año venimos y hemos plantado el año antes, y Tim ha regado todo el año. Venimos y los ayudamos a crecer un poco más. Lo que me mantiene regresando cada año es las relaciones… Venimos ahora porque ellos son nuestros amigos…”

Jorge, un joven jugador que ha estado asistiendo a las clínicas los pocos años pasados, interrumpió a Ohmé, lo llama para hablar de negocios antes de que las actividades del día comiencen. Está más familiarizado ahora con Ohmé como su perenne entrenador que como exlanzador de la liga mayor.

Aunque Ohmé y sus compañeros de equipo compartieron historias de la Biblia y testimonios al final de cada clínica diaria, también les enseñaron a los jugadores acerca del evangelio mientras los entrenaban en técnicas de beisbol.

Tommy Phelps, quien lanzó con los Marlins de Florida durante la temporada de campeonato por la Serie Mundial 2003 y ahora entrena uno de los equipos de las ligas menores de los Yankees de New York, les dijo a los lanzadores: “Para hacerse grande, tienen que lanzar con intención, con propósito.”

Y el voluntario Sonny Hester, que puede o no haberse dado cuenta que estaba predicando un mini sermón, les dijo a los lanzadores: “La base del bateador nunca va a cambiar. La única cosa que va a cambiar es como te sitúes ante ella.”

Mientras estos jugadores oyen las verdades del evangelio, los padres que visitan también escuchan.

“Una de las cosas principales que sobresalió para mí fue la apertura de los padres [al evangelio],” dijo el voluntario Chris Pennell.

Un día, una madre llamada Carolina estaba de pie detrás de los beisbolistas mientras Howard, el bautista voluntario de la cuerda de Florida, compartía su testimonio.

“Ella había oído sobre Jesús muchas veces — de sus amigos católicos, de los testigos de Jehová y de los mormones. Lo que había oído de ellos no tenía sentido [para ella],” relató la misionera de IMB Joy Mitchell. “Pero ella entendió lo que [Howard] decía — que ella era pecadora y necesitaba a Cristo en su vida.”

Carolina entregó su vida a Cristo ese día. Ella fue una de por lo menos 18 padres que hicieron esa decisión durante la clínica de cinco días. De hecho, dos madres recibieron doble bendición cuando ellas y sus hijos aceptaron a Cristo el mismo día.

Sin embargo hubo otras señales del trabajo de Dios: Los voluntarios que regresaban notaron una mayor apertura espiritual entre los líderes de la federación.

El directivo de la federación quien Tim dijo que no podía ser encontrado durante el tiempo de testimonios en la clínica inicial, luego permanecía en el campo durante las presentaciones; inclusive animaba a los jugadores a escuchar. Inclusive aceptó un set de historias bíblicas que Tim le dio para sus niños. Luego, el directivo le pidió a Tim otro diciendo que su hijo y su hija peleaban por el único que tenían.

Entretanto, Howard reflexionaba en las victorias espirituales que ha visto en los campos de beisbol de Lima — unas que tal vez no hubieran sucedido invitando a la gente al edificio con campanario.

“Somos relaciones sembradoras. La postura defensiva está abajo porque no estamos en una iglesia. Compartimos nuestros testimonios [de] cómo Dios usa los deportes en nuestra vida, y ellos han sido increíblemente receptivos,” dijo Howard.

Aunque a Howard se le ofrecieron muchas becas universitarias de beisbol y se acompaña de talentos de alto nivel similares a él, dice que estos antiguamente buscadores de beisbolistas no ofrecen nada extraordinario. “Es solamente obediencia. Alguna gente va al otro lado de la calle. Alguna gente va al otro lado del mundo,” dijo.

Peticiones de oración

— Oren por los 142 beisbolistas, padres y entrenadores que aceptaron a Cristo durante las clínicas realizadas a mediados de enero en Lima. Oren para que ellos permanezcan firmes y crezcan en su fe.

— Pídanle a Dios que llame a más voluntarios cristianos con habilidades en beisbol para que ayuden a guiar futuras clínicas entre los jóvenes beisbolistas en Perú.

— Oren para que los líderes de la federación de beisbol peruana respondan en fe al mensaje del evangelio que han oído los pasados cinco años de clínicas de beisbol.

— Oren para que los creyentes y las iglesias se comprometan a orar por los beisbolistas peruanos y para que establezcan relaciones de largo tiempo con ellos.

Para unirse al equipo de oración de Mitchell, envíele un correo electrónico a [email protected].