HIDALGO, México (BP) – Cerca de 150 bautistas han huido de sus hogares en México después de que los líderes de los pueblos los persiguieron debido a su fe, cortando los servicios esenciales y bloqueando la entrada, reportó CSW el 30 de abril.
Los 139 miembros de la Iglesia Bautista de la Gran Comisión, residentes de las aldeas de Coamila y Rancho Nuevo en Hidalgo, dejaron sus hogares el 26 de abril después de que los líderes de la aldea les cortaran la electricidad, vandalizaran y bloquearan el acceso a algunas de sus casas y a la iglesia, y colocaran guardias en los puntos de entrada de la aldea, dijo CSW (anteriormente Solidaridad Cristiana Mundial).
A pesar de que la Constitución mexicana garantiza la libertad religiosa, existe un sistema jurídico dual que permite a las comunidades indígenas locales regirse por la Ley de Usos y Costumbres. Estas leyes, que varían según el pueblo y las costumbres, se explotan a menudo contra las minorías religiosas, según han denunciado varios grupos de vigilancia de la libertad religiosa.
Rancho Nuevo y Coamila son comunidades indígenas de habla náhuatl.
“La libertad de religión o creencia está garantizada para todos en México, incluidos los miembros de las comunidades indígenas, y sin embargo los ataques a este derecho en Rancho Nuevo y Coamila han sido atroces y continuos durante casi una década”, dijo Scott Bower, director ejecutivo de CSW, en un comunicado de prensa.
El pastor de la Iglesia Bautista Gran Comisión, Hernández Baltazar, que también ha sufrido persecución, expresó a Bower su profunda preocupación por la difícil situación de la iglesia.
“Cuando te conviertes del catolicismo pierdes todos tus derechos y toda tu posición en el pueblo”, citó Bower a Baltazar.
Los desplazados, entre ellos cinco bebés y 70 niños menores de 17 años, buscan refugio en el edificio de la Presidencia Municipal de Huejutla de los Reyes, también en Hidalgo, y piden al gobierno que intervenga y les facilite el acceso a sus hogares y a la iglesia, informó Milamex (Misión Latinoamericana de México).
Los bautistas y otros protestantes llevan casi una década sufriendo una creciente persecución en pueblos de mayoría católica.
A principios de abril, los líderes del pueblo autorizaron la toma de cinco parcelas de tierra propiedad de miembros de la iglesia, talando árboles y destruyendo cultivos, según CSW.
En marzo, Baltazar y otros dirigentes eclesiásticos fueron detenidos arbitrariamente por dos días, según CSW.
CSW instó al gobernador de Hidalgo, Julio Ramón Menchaca Salazar, “a trabajar para establecer una cultura del Estado de Derecho en la que se garanticen los derechos fundamentales de todos y se actúe con rapidez para que los responsables de los actos delictivos cometidos en relación con las violaciones de estos derechos rindan cuentas”.
Los protestantes de varios pueblos de Hidalgo sufren persecución, que incluye fuertes palizas, falta de acceso a atención médica, detención arbitraria, participación forzada en festivales religiosos católicos mediante donaciones económicas y culto, discriminación laboral y confiscación de propiedades. A los niños de minorías religiosas se les ha impedido desde 2018 asistir a la escuela local.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos, la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional y el organismo de vigilancia de la persecución Open Doors han informado que las costumbres y las leyes de uso han llevado a la persecución de las minorías religiosas en México.
Open Doors situó a México en el puesto 37 de su lista de los 50 países donde los cristianos sufren más persecución.
