CUBA (BP) – Al menos un pastor protestante permanece en una prisión de máxima seguridad en Cuba, meses después de las protestas que se produjeron en julio en ese país por la crisis económica y de COVID-19, según informó un grupo de estudio sobre la libertad religiosa en Estados Unidos.
Otros líderes religiosos se encuentran entre un número desconocido de personas que han sido detenidas y golpeadas, dijo la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) en una hoja informativa más de 10 semanas después de que miles de cubanos protestaran en lo que, según la USCIRF, fueron las mayores manifestaciones en décadas en ese país.
“Un número indeterminado de manifestantes permanecen detenidos, desaparecidos y bajo arresto domiciliario,” dijo la USCIRF en su informe publicado el 20 de septiembre. “Entre los detenidos hay varios líderes religiosos y miembros de comunidades religiosas.”
Hasta 700 manifestantes y activistas fueron retenidos, y la USCIRF dijo que ha recibido más informes de cristianos detenidos desde que presentó su hoja informativa.
“Algunos de estos individuos se enfrentan a problemas de salud,” dijo la USCIRF, “lo que hace que los llamamientos para su liberación sean especialmente urgentes en medio de la pandemia de COVID-19.”
Lorenzo Rosales Fajardo, un pastor del Movimiento Apostólico en Santiago de Cuba, y su hijo de 17 años fueron detenidos después de protestar pacíficamente el 11 de julio. Las autoridades “lo agarraron por el cuello y patearon repetidamente” durante su detención, lo separaron de su hijo y se negaron a informarle de los cargos penales que se le imputaban, dijo la USCIRF. Fajardo fue trasladado a una prisión de máxima seguridad el 7 de agosto y permanecía allí en el momento del informe. Su hijo ha sido puesto en libertad, pero durante una semana la esposa de Fajardo no sabía si estaba vivo, afirma el informe.
Los pastores Yeremi Blanco Ramírez y Yarian Sierra Madrigal, ambos de la Misión Bautista Berea de Matanza, fueron detenidos el 11 de julio y trasladados a arresto domiciliario el 24 de julio, según informó la USCIRF, con cargos penales pendientes. Las autoridades cubanas dijeron a los dos pastores que serían multados por participar en las protestas, pero que no se enfrentarían a una sentencia de prisión. La familia de Sierra fue desalojada de su casa como represalia.
Las autoridades golpearon repetidamente con un bate al sacerdote católico Castor José Álvarez Devesa, lo detuvieron por buscar atención médica y lo dejaron en libertad dos días después. Yusniel Pérez Montejo, miembro de la Convención Bautista del Este, fue detenido, interrogado y acusado de incitación antes de ser liberado el 14 de julio.
“Diversas comunidades religiosas en Cuba se han pronunciado en apoyo de los manifestantes y de una mayor libertad de expresión,” escribió la USCIRF, “enfatizando los derechos fundamentales a las manifestaciones pacíficas y a la libertad de expresión u opinión.” La USCIRF documentó las malas condiciones de la libertad religiosa en Cuba en su Informe Anual 2021 publicado en abril, describiendo el “sistema de leyes y políticas, vigilancia y acoso del país para controlar y reprimir a los grupos religiosos y a otros por su defensa o apoyo a la libertad religiosa.” Las comunidades religiosas independientes y no registradas están especialmente restringidas.
En una declaración conjunta con otros 20 países, días después de las detenciones, Estados Unidos pidió la liberación de todos los presos e instó a Cuba a respetar las libertades universales de todos los cubanos.
Mientras que Estados Unidos ha emitido sanciones contra Cuba por abusos de los derechos humanos en virtud de la Ley Global Magnitsky de Responsabilidad por los Derechos Humanos, la USCIRF insta al gobierno de Biden a “impulsar también el avance de la libertad religiosa” llamando la atención sobre las violaciones de la libertad religiosa y llamando a cuentas a los líderes del gobierno.
