fbpx
Articulos en Español

Soldado portorriqueño testifica sobre Jesús


BAGDAD, IRAK (BP)–La mayoría de los estadounidenses concordarían en que ya hay bastantes noticias negativas sobre la guerra en Irak. Sin embargo, está el caso del SPC (Soldado Especialista) Víctor Rosario Rivera — portorriqueño, soldado norteamericano en Irak, cristiano, bautista del sur.

Durante el año pasado, Víctor, de 37 años, ha estado sirviendo como un operador del sistema informático con la Caballería 1-89, 2ª Brigada, 10ª División de la Montaña en el Campamento Stryker en Bagdad. El inglés es su segundo idioma.

Mientras que las balas perdidas de los insurgentes pasan como un rayo y las bombas IED (IED es la abreviatura inglesa para Improvised Explosive Devices, que significa Mecanismos Explosivos Improvisados) explotan en las calles de Bagdad, Rosario se enfoca en mantener en buen funcionamiento las computadoras, redes y servicios de internet vía satélite de la Armada de EEUU. Cuando no está haciéndolo, comparte su fe en Cristo y la Biblia entre sus amigos hispanohablantes.

Recientemente Rosario llamó la atención del personal de la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB, por sus siglas en inglés) en Alpharetta, Ga., cuando envío un correo electrónico a la JMN pidiendo permiso para usar su logotipo en los volantes que él imprime y distribuye para promover un estudio bíblico para sus colegas militares hispanos en Irak. El permiso le fue otorgado.

Cuando respondió a uno de los empleados de la JMN, Rosario escribió, “Sólo estoy cumpliendo con mi deber como cristiano. Nada más y nada menos, señor.”

Siendo bautista del sur desde el 2001 en su natal Puerto Rico, Rosario dice, “conocí a Jesús cuando tenía 21 años. Desde entonces, he sido su seguidor, discípulo y amigo. Vivo mi vida amando a Jesús y descansando en Su gracia.” Su iglesia local bautista del sur en Juana Díaz, P. R., es la Iglesia Bautista El Mesías, pastoreada por Víctor Morales Marqués.

Pero debido a una voltereta del tiempo — quizás el tiempo de Dios — Rosario no estaría hoy en la armada, mucho menos asignado a uno de los lugares más peligrosos de la tierra.

“Por tres años fui el gerente de una estación de radio cristiana en Puerto Rico,” comentó. “Pero después de los atentados del 11 de septiembre, perdí mi trabajo y pasé 10 meses buscando uno nuevo.”

El mayor de tres hijos nacidos a una fuerte familia portorriqueña de clase media — su padre se jubiló del Servicio Postal de EE UU y su madre es ama de casa — se convirtió en un rebelde. Frustrado y molesto por su infructífera búsqueda de empleo, se enlistó en la Armada de EE UU a los 32 años. Tan sólo una semana después de habérseles unido, le llegó a Víctor una “muy buena” oferta de empleo, pero había llegado con 7 días de retraso. Ahora ya estaba en la armada.

“Dios usó esta experiencia para enseñarme mucho más acerca de Él, de Su tiempo, de la manera en que Él trabaja y de Sus planes para mí,” reflexiona Rosario.

Desde agosto del 2006, Rosario ha sido uno de los soldados americanos más valientes en Irak. Comparte con dos soldados más un pequeño cuarto que mide 10 x 10 pies. En un día típico en el “Campamento Stryker” — localizado cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad — despierta a las 0900 (9 a.m.). Pero esto se debe a que su “jornada laboral” va desde la 1 p.m. hasta la medianoche o más.

Rosario no se queja, ya que muchos de sus amigos en el campo de batalla están durmiendo afuera del Campamento Stryker — “fuera del alambrado” como él le llama — dentro de edificios sin aire acondicionado o en vehículos, masticando MRE (MRE es la abreviatura inglesa para Meals Ready to Eat, que significa Comida Lista para Comerse). “Pueden pasar dos semanas sin que puedan usar un baño de verdad o darse una ducha de verdad,” comenta Rosario.

Los días veraniegos en Bagdad traen temperaturas de hasta 137º F. Describiendo el área del aeropuerto como caliente y seca, sin lluvia pero extrañamente llena de vegetación verde, Rosario dice que caminar afuera es como el calor sofocante que sale cuando abres la puerta de un horno de la cocina.

“No es húmedo como el verano en EE UU, pero tampoco es placentero. Puedes beber más de un galón de agua y después de pasar una hora afuera, necesitas más. Nunca puedes beber el agua suficiente. Cuando estás en una misión, la única manera de darse un baño es usando dos o tres cuartos de galón de agua. Pero ya que todo está tan caliente, incluyendo el agua, no tienes la sensación refrescante de una ducha.”

Rosario y sus amigos siempre deben estar alertas por las serpientes y los escorpiones, pero no les tienen tanto miedo como a los francotiradores insurgentes o las bombas “IED” enterradas en el camino.

Con su corazón para servir, Rosario pasa su tiempo libre reparando las computadoras personales de sus colegas militares.

“Tenemos teléfonos públicos aquí pero la mayoría de los muchachos dependen de su computadora para mantenerse en contacto con sus familiares y amigos allá en casa,” dijo Rosario. “Es más fácil y más barato llamar a los Estados Unidos usando la computadora que usando el teléfono público. Si sus familias también tienen el mismo programa en casa, un soldado puede llamarles gratis de computadora a computadora o llamar a una línea casera o teléfono celular por sólo tres centavos por minuto.”

Siempre humilde, Rosario dice que comenzar el estudio bíblico “no fue mi decisión… sino que Dios estaba trabajando en mi corazón. Soy un soldado pero también soy un misionero pagado por los EE UU. No dejé mi vida cristiana allá en los Estados Unidos.

“Si no tenemos una misión, nos reunimos cada jueves. Tenemos hasta siete en el estudio, desde soldados rasos hasta capitanes. Todos somos hispanos de diferentes países – Costa Rica, El Salvador, Ecuador, República Dominicana, Perú y Puerto Rico. La mayoría de las veces, somos sólo hombres pero ya he tenido un par de mujeres.”

Hasta ahora, Rosario ha cubierto desde Efesios hasta Filipenses. “También les hablo un poco sobre el Islam ya que entre los soldados siempre hay muchas preguntas acerca del Islam.

…”[E]llos quieren saber qué es lo hay en el Islam que hace que el enemigo haga lo que hace.”

Anunciando el estudio bíblico con volantes que pega por todo el Campamento Stryker, Rosario dice, “Le dejé a Dios la decisión de cuántos alcanzar. Estoy agradecido de alcanzarlos de uno en uno.

“He visto a los soldados decidir regresar a Jesús y vivir bajo su dirección” como resultado de los estudios bíblicos. “He visto a soldados reconocer que están perdidos sin Jesús. Se siente algo grandioso ganarlos [para Cristo] y si hay gozo en el cielo por una persona que viene a Jesús, entonces ¿por qué debemos sentir menos [gozo] aquí en la tierra?”

Sin embargo, dijo Rosario, en Irak es difícil ser cristiano y soldado simultáneamente.

“No es imposible, pero sí es difícil. La presión de los colegas y la cantidad de tiempo que la armada requiere tienen un impacto en la vida cristiana aquí. Algunas personas dicen que es fácil ser cristiano en la milicia porque todos van a respetar tus creencias, pero al mismo tiempo, tú tienes que respetar las suyas. Yo no estoy de acuerdo. A veces como cristianos incomodamos a algunos y eso puede ser bueno. Pero para muchos soldados, Jesús sólo es un amuleto de la suerte, no un Salvador y Señor.”

Rosario ha visto a algunos de sus amigos morir y estar heridos, algunos muy seriamente.

“Unos pocos ya no están con nosotros. Uno de mis amigos fue herido durante un ataque a su vehículo, y el 37 por ciento de su cuerpo está quemado. Tres pasajeros en ese mismo vehículo murieron durante el ataque.

“Considero valientes a mis amigos pero a veces puedo ver el miedo en sus ojos,” dijo Rosario. “He visto a los hombres más valientes tener pánico o miedo de un ataque.”

Uno de los amigos cercanos de Rosario recientemente vino a la oficina donde trabajaba un día y dijo, “Víctor, quiero ver a tu jefe.”

“Yo le dije que mi jefe no estaba allí,” comentó Rosario. “Antes de que se fuera, se volteó y me dijo, ‘Sigue trabajando duro.’ Unos 15 minutos después, el soldado se suicidó.

“Yo sé que no puedo alcanzarlos a todos pero al menos voy a intentar hacer lo mejor posible. Si te dijera que nunca tengo miedo, sería una mentira. Pero incluso en el momento en el que temo más, me siento amado por Dios y no importa lo que me pase, me siento confortado por Su presencia y Su palabra en la que me dice, ‘No temas, yo estoy contigo.'”

Rosario espera regresar este otoño a Fort Drum en Nueva York y volver a Puerto Rico en diciembre para casarse con su prometida Elena Maldonado, una graduada universitaria con una maestría en psicología. La pareja vivirá cerca de Fort Drum en Watertown, N.Y., hasta que termine su compromiso con la armada.

“Me encanta trabajar con computadoras pero no es mi pasión o vocación,” dijo Rosario. “Mi corazón arde por vivir y servir al Señor. Así sea en los Estados Unidos o en Puerto Rico voy a servirlo en cualquier cosa que me dé la oportunidad de hacer.”

Si hubiera alguna duda acerca del corazón de siervo de Rosario, [considere] su dirección de correo electrónico comienza con “doulosofjesus” –”doulos” significa “siervo” o “esclavo” en griego.

“Soy un esclavo libre que sirve a su Amo por amor,” dijo. “¿Qué más puedes hacer? Jesús me dio el regalo más precioso que un hombre o una mujer puede recibir. Me salvó. No estoy perdido, olvidado o maldecido. Tengo un nombre escrito en el cielo y estoy en la palma de Sus manos. No temo a la muerte. El futuro es incierto. El pasado ha sido perdonado.”
–30–
Mickey Noah es un escritor con la Junta de Misiones Norteamericanas de los Bautistas del Sur. Si desea más información sobre los materiales de Baptist Men on Mission, visite www.bmen.net.

    About the Author

  • Por Mickey Noah