FOXBOROUGH, Mass. (BP) — La fascinante y tumultuosa temporada de Tim Tebow terminó el 14 de enero cuando los patriotas de Nueva Inglaterra dominaron a los Broncos de Denver 45-10 en el juego divisional de la postemporada de la liga americana.
“Hubo muchas altas y bajas,” dijo Tebow acerca de su segunda temporada en la liga profesional de futbol americano (NFL por sus siglas en inglés) después de perder en Foxborough, Mass. “En términos generales, ha sido una oportunidad muy especial para mí, algo de lo que estoy muy agradecido. Hay muchas cosas por las que me siento orgulloso. Obviamente, es difícil verlas en este momento,” se escuchó decir a Tebow.
El popular mariscal de campo, cuyo hábito de arrodillarse para orar en el campo de juego se convirtió en una tendencia imitada nacionalmente denominada “Tebowing,” inspiró a millones de fanáticos con su actitud positiva, labor caritativa con los muy enfermos y sus abiertas referencias a su fe en Jesucristo. También se ganó la burla y escarnio de aquellos que no comparten sus creencias religiosas.
La tendencia de Tebow para alcanzar victorias que parecían imposibles también originó un gran debate acerca del papel que Dios juega en el éxito del jugador.
“Puede ser que Tebow tenga un éxito espectacular; puede ser que tenga el peor juego de su vida,” escribió Owen Strachan, un profesor de teología e historia de la iglesia en el Boyce College, en un artículo en el Atlantic antes de su juego ante los Patriotas.
“De cualquier manera, la Biblia nos asegura que Dios ama a sus escogidos, Dios está dirigiendo cada detalle de sus vidas y Dios los dirigirá a fin de cuentas a través de la victoria o el fracas.”
La situación de Tebow con los Broncos fue un asunto delicado desde el inicio del campamento de entrenamiento del equipo. Algunos analistas eran pesimistas acerca de su posibilidad de tener éxito como un mariscal de la NFL y por momentos especularon que descendería a ser el tercer mariscal de campo por debajo de Brady Quinn.
Sin embargo, las cosas fueron diferentes cuando Denver iba 1-4 cuando era dirigida por el mariscal de campo Kyle Orton. Los Broncos dejaron iniciar a Tebow quien guió a su equipo a un record de 7-1 en los siguientes ocho juegos en los que hubo algunas sorpresivas victorias en los últimos segundos.
A pesar de que Tebow empezó a jugar tarde en la temporada y que perdieron sus últimos tres partidos, lograron colarse a la postemporada cuando Oakland perdió su último juego ante San Diego y se convirtieron así en los ganadores de su división con una marca de 8-8. En el primer juego de la postemporada ante Pittsburgh el 8 de enero, Tebow tuvo el mejor juego de su carrera en la NFL—lanzó para 316 yardas entre las que está un pase para anotación de 80 yardas en la primera jugada del tiempo extra para darles una victoria sorpresiva a los Broncos.
Pero Tebow no pudo repetir ese éxito ante los Patriotas. El mariscal de campo de los Patriotas, Tom Brady, lanzó seis pases de anotación y Tebow sólo completó nueve pases de 26 intentos para alcanzar 136 yardas.
“Solamente quería demostrar mi carácter y cada vez que te ganan de esa manera, debes continuar luchando,” dijo tebow después del juego. “No cambia quién eres, cómo juegas, cómo sales a hacerlo. Tienes que ser el mismo todo el tiempo y es lo que quiero demostrar.”
A lo largo de la temporada, Tebow fue el objeto de burlas y escarnio por parte de algunos — como el apoyador de los Leones de Detroit Stephen Tulloch quien se arrodilló de una manera burlesca después de haber atrapado a Tebow en un juego el 30 de octubre. Otros, incluyendo el apoyador de los Cuervos de Baltimore Terrel Suggs fueron más abiertos en sus críticas. “No necesitamos a Dios de nuestro lado,” Suggs dijo en referencia a Tebow.
A pesar de la crítica, para el final de la temporada Tebow se estaba ganando el aplauso de los escritores y de los fanáticos. El columnista de ESPN Rick Reilly en un artículo titulado “Creo en Tim Tebow” reportó en las acciones de Tebow hacía aquellos que están seriamente enfermos.
“Cada semana Tebow escoge a alguien que está sufriendo o que está muriendo o que está lastimado,” escribió Reilly. “Él vuela a esas personas y a sus familias al juego de los Broncos, les renta un automóvil, los pone en un buen hotel, les compra la cena (generalmente en Dave & Buster´s), les da a ellos y a sus familias pases para el previo del juego, los visita antes del inicio del partido, les da boletos localizados debajo de la yarda 30, los visita otra vez después del juego (en ocasiones por una hora), los deja que lo acompañen a su automóvil y los envía con una canasta de regalos.
Reilly dijo que esas acciones, independientemente de su desempeño en el campo de juego, son dignas de alabar.
“Me he dado por vencido con él,” escribió Reilly. “Son un creyente al cien por ciento. No en su brazo. No en sus habilidades. Creo en su corazón, su optimismo siempre estará presente sin importar las circunstancias, la manera en la que su amor fluye a las personas, directamente a sus ojos, hasta que ellos creen que también pueden ayudar a restaurar a los desamparados.”
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Tim Ellsworth es el editor de BPSports (www.bpsports.net) y director de noticias y relaciones con los medios de Union University en Jackson, Tenn.
