Acabamos de celebrar el día de Resurrección. Este día tan especial del año en que celebramos a un Redentor vivo y transformador. Este día es como el superbowl del creyente aquí en la tierra.
Una importante diferencia es que para esta gran celebración no tenemos que preocuparnos por el resultado final. El resultado final ya se estableció más de 2,000 años atrás.
Hoy lunes, cuando escribo este artículo, varios pastores consiervos me han llamado para compartir que la asistencia a nuestros cultos el día de ayer en muchos lugares superó los promedios de antes de la pandemia en sus iglesias. Más y más hispanos están llegando a nuestros templos, bautizándose y añadiéndose a la iglesia. ¡Dios está haciendo algo muy especial en medio de nuestro pueblo!
La iglesia hispana sigue creciendo en nuestro país. El más reciente estudio que Lifeway Research hizo sobre la iglesia destaca que el promedio de asistencia a la iglesia hispana sigue creciendo.
El aporte de la tasa de nacimiento de niños hispanos ha ayudado a este incremento. Por otra parte, la inmigración reciente de países latinoamericanos muestra una tremenda oportunidad para lanzar las redes, expandir las cortinas, alargar las cuerdas y ser fieles en compartir las buenas nuevas del evangelio con otros.
Esta misma tarde, otro amigo en el gimnasio me contaba que había conocido a un joven anglosajón hace varios meses. Este era indigente y no tenía una relación con Cristo en ese momento. Le ayudó con su limitado inglés, le alimentó y le compartió como conocer a Cristo. Este último hizo una decisión de fe ese mismo día. Mi amigo me compartía que se enteró hoy que este amigo había muerto de una sobredosis de droga este fin de semana pasado. Aunque triste por la noticia de su fallecimiento, mi amigo se sentía fortalecido en saber que un día lo vería nuevamente en el cielo. Este fue fiel y exitoso al compartir a Cristo con ese joven. Somos exitosos cuando compartimos el evangelio. Le recordé que su misión con ese joven estaba cumplida. Necesitamos ser recordados que la gente sin Cristo está condenada al infierno.
Amado, amplía el espacio de tu influencia y tienda. Despliega sin reparo tus lonas. Alarga tus cuerdas y tus estacas y métete en el río de Dios que está avanzando porque los días son cortos. Para este tiempo, Dios nos tiene aquí y está diciéndonos que la cosecha está lista. “Ensancha el espacio de tu tienda y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas” (Isaías 54:2 NVI).
