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El corazón del equipo misionero hispano gira en torno al discipulado


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¿Quién es el Espíritu Santo?
Si seguimos a Cristo, ¿tenemos garantizada una vida sin sufrimiento?

Estando ahí, frente a los creyentes, en una aldea apartada, la jovencita Sandoval de 19 años abrió su Biblia. A través de quien estaba transmitiendo el mensaje bíblico en su idioma, dio respuesta a sus preguntas y a otras dudas. La iglesia que a menudo era influenciada con falsas enseñanzas anhelaba la verdad de las Escrituras.

Esta muchacha hispanoamericana de segunda generación recorrió montañas y buscó aldeas remotas con el deseo en el corazón de que estas iglesias aisladas no solo conocieran el evangelio, sino de asegurarse que también crecieran hasta convertirse en iglesias sanas y capaces de multiplicarse.

Sandoval era la más joven de su equipo conformado por cuatro personas. Previamente, solo había participado en un viaje misionero en el extranjero. No obstante, se embarcó en una misión de ocho semanas para estar al frente de la tarea misionera a través del discipulado.

Tres mujeres más acompañaron a Sandoval. Dos eran estudiantes indígenas quechuas del Instituto Bíblico Río Grande, solo hablaban español y quechua; otra, era una creyente uruguaya. Sandoval reconoció la mano de Dios en el viaje, desde conseguir a los intérpretes, hasta conseguir los fondos necesarios para cubrir los gastos del grupo para el viaje misionero.

Sandoval señaló que sus experiencias al crecer le ayudaron a prepararse para enfrentar los matices culturales. Ella es mitad mexicana y mitad salvadoreña. Si bien, hay mucha gente asumiendo que todas las culturas hispanas iguales, pero eso no es cierto. Incluso el español hablado en un país puede ser diferente al de otro.

Cuando el equipo pasaba tiempo junto a los intérpretes, a veces se podían oír hasta cinco idiomas simultáneamente. Incluso al enfrentar obstáculos de comunicación, el equipo trabajaba en conjunto, sin estresarse.

Ella afirmó: “Es uno mismo quien termina siendo bendecido al servir. Damos mucho, pero recibimos asimismo muchas bendiciones”.

Los creyentes de cada iglesia visitada se acercaron al equipo y expresaron su gratitud. Estas iglesias no se parecían en nada a lo que había visto en Illinois. Los pueblos eran rudimentarios, con caminos de tierra por todos lados y con casas diminutas y primitivas. Sin embargo, la falta de instalaciones modernas no era su mayor problema. Necesitaban una enseñanza clara del evangelio.

Los misioneros de la Junta de Misiones Internacionales (IMB), Jeff y Joy Connelly, fueron los anfitriones del equipo. Jeff observó lo natural que este equipo misionero se veía entre la gente debido a su herencia hispana. De hecho, cuando llevaban la vestimenta típica, el equipo solo podía diferenciarse de las personas locales por su hablar. Uno de los miembros, también hispano, dijo que Sandoval tenía la facilidad de ir a diferentes sitios y hacer “cosas muy chéveres”, algo que Jeff casi no escucha por su contraste como extranjero.

El equipo se puso en contacto con estos misioneros a través de los líderes de equipo de la IMB. Jeff recalcó que, cuando acoge a un equipo misionero, es primordial la incorporación de este al trabajo en curso y su participación activamente en la tarea misionera principal. La pareja misionera sirve en una zona que tiene alrededor de 25 millones de habitantes, geográficamente es como del tamaño de Massachusetts, debido a esto se requiere la participación de todos.

Haciendo referencia a 1 Corintios 3:2, Jeff dijo que conforme el equipo de misioneros voluntarios fue dedicando su tiempo a discipular a los creyentes que vivían en un contexto mayoritariamente tribal, las verdades del evangelio enseñadas poco a poco ayudaron a crecer a las iglesias para dejar la leche espiritual y pasar a consumir el alimento sólido de la vida cristiana.

Sandoval, estudiante de diseño gráfico, se preparó para este viaje “por la gracia de Dios” y a través de la Asociación Bautista Fox Valley. Como miembro de la Iglesia Bautista Vida Nueva de Elgin (Illinois), es una de las primeras misioneras enviadas por su iglesia. Su hermana mayor fue la primera. Su hermana pasó el verano sirviendo en el extranjero y actualmente se encuentra en la lista de candidatos a misioneros de la IMB.

Ambas hermanas están muy agradecidas de que su iglesia las apoye pagando el costo total de sus viajes misioneros, algo que Sandoval sabe que no todas las iglesias pueden hacer. Los miembros de la Iglesia Bautista Emmanuel de Illinois pagaron su pasaje de avión.

A lo largo de su misión, se ha sentido constantemente alentada por la comunicación con los miembros de su iglesia. Al respecto, ella comentó: “La gente de la iglesia ha sido increíble, tanto jóvenes como ancianos. El hecho de que me envíen versículos bíblicos que pudiera necesitar en ese momento es un gesto que valoro mucho. Me da mucho ánimo que me apoyen en la medida de sus posibilidades y que estén velando por mi bienestar”.

Ambas tuvieron como mentor a Iván Ballines, miembro de la Iglesia Bautista Emmanuel de Illinois, y han recibido ánimo de personas que han conocido a través de la IMB, como Annel Robayna, estratega de movilización de iglesias hispanas de la IMB.

Al referirse a ellos, Sandoval expresó: “Se tomaron el tiempo de hablarnos, animarnos y discipularnos, no solo para que nosotros aprender, sino para que los compartiéramos con otros, para que nos arriesgáramos a ir al extranjero a llevar el evangelio que tan bien conocemos a gente que no lo conoce”.

Como parte de su función, en lo que va del año, Annel ya ha viajado por Florida, Illinois, Luisiana, Virginia y Arkansas, movilizando a jóvenes hispanos para que formen parte de la tarea misionera. Él ha comentado que en todos estos lugares ha encontrado personas conectadas con el corazón de Dios y listas para dar el siguiente paso, y cree que “la historia de Sandoval es un gran ejemplo de lo que Dios está haciendo entre los jóvenes adultos hispanos de segunda generación. La obediencia sacrificial a la gran comisión que ella ha demostrado es inspiradora. Estoy orando por su vida y espero que siga trabajando en conjunto con la IMB para enfrentar el mayor problema del mundo: el estado de perdición del hombre”.

Ahora que Sandoval regresará a casa, está entusiasmada por animar a su iglesia a seguir participando en la misión de la IMB. Su mayor deseo es predicar con el ejemplo.

“En Hechos 1:8 vemos un proceso. Sin importar dónde te encuentres en este momento, debes hacer lo que Dios te pida”, afirmó. “Ahora estoy aquí [en el extranjero], pero cuando vuelva, esa será mi Jerusalén y Samaria, y esa tarea será igual de importante”.

Algunos nombres se han modificado por razones de seguridad. Solo se ha utilizado el nombre de Jaelin.

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  • Por Myriah Snyder