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El Fondo para el Hambre Mundial ayuda al alcance extranjero


NOTA DEL EDITOR: El 12 de octubre, los bautistas del sur observarán el Domingo del Hambre Mundial y las congregaciones a lo largo y ancho de los EE. UU. recogerán una ofrenda destinada al Fondo para el Hambre Mundial. Desde su origen en 1974, los bautistas han dado $230.877.650 a través del fondo. En el 2007, los bautistas del sur dieron más de $5.5 millones; en los primeros seis meses del 2008, $2.3 millones han sido recibidos. Para obtener información en inglés sobre el Fondo para el Hambre Mundial de los Bautistas del Sur, visite worldhungerfund.com.

RICHMOND, Virginia. (BP)–Los bautistas del sur son conocidos por responder generosa y fielmente en momentos de crisis alrededor del globo. El 12 de octubre, día dedicado al hambre mundial, ellos pueden continuar ese apoyo proveyendo fondos para que los misioneros los usen cuando atiendan los retos de la hambruna y los desastres naturales.

Además de recibir apoyo del Programa Cooperativo y de la Ofrenda de Navidad Lottie Moon, muchos misioneros de la Junta de Misiones Internacionales usan las ofrendas del Fondo para el Hambre Mundial de los Bautistas del Sur para ayudar a proveer comida a la gente o para ayudar a la gente a cultivarla. De acuerdo a estudios recientes, una de cada 12 personas en todo el mundo está mal nutrida, incluyendo 60 millones de niños de menos de cinco años.

Cada 3.6 segundos alguien en el mundo muere de hambre.

En lugares como Ecuador, las donaciones del Fondo para el Hambre Mundial se usan para proyectos de agricultura que ayudan a la gente a encontrar soluciones a largo plazo en tiempo difíciles. La gama de soluciones va desde la vacunación de animales a asesoría a agricultores sobre mejores formas de cultivar alimentos.

AYUDA A LOS QUECHUAS

En las montañas de los Andes del Ecuador, los misioneros Darrell y Rogene Musick han encontrado maneras de ayudar al pueblo quechua — muchos de los cuales a duras penas logran ganar algún dinero para proveer el sostén de sus propias familias. Los que tienen trabajo a menudo trabajan turnos de 12 horas por un equivalente de $5. Muchos tienen que caminar de ocho o nueve kilómetros para llegar a sus trabajos.

“Solamente conozco a un quechua entre 500.000 que tiene carro,” dijo Darrell, quien comenzó junto con su esposa a trabajar entre los quechuas en el 2004.

Apoyados en las habilidades que aprendieron mientras operaban una finca en Nuevo México, los Musick usaron su entrenamiento en agricultura para ganarse la entrada a las comunidades quechuas. Los Musick llevaron a cabo revisiones en vacas, ovejas y cerdos y los trataron por parásitos o enfermedades. También entrenaron agricultores en la forma de tener sus propias cosechas y darle mejor cuidado al ganado.

“Les mostramos que pueden ganarse el sustento con los recursos naturales que Dios ha provisto,” dijo Darrell.

Una vez que los Musick completaron el entrenamiento local, hicieron que ellos firmaran un acuerdo de enseñar a otros lo que habían aprendido.

“Nos aseguramos de que todo lo que hacemos sea reproducible,” dijo Darrell. “Como dice el viejo adagio, es mejor enseñarles a pescar que darles un pescado.”

El trabajo de los Musick no ha sido fácil.

Los quechuas a menudo son escépticos hacia los forasteros —- especialmente hacia los cristianos. La mayoría de los quechuas tienen su fe puesta en el animismo — mezcla de creencias en espíritus y supersticiones. Solamente el 2 por ciento de los 300.000 quechuas de la provincia afirman tener una relación con Jesucristo.

“Hay muchas comunidades a las que no podemos ingresar debido a la persecución [a los cristianos], así que usamos la agricultura para entrar a esos lugares y mostrarles que nos importan,”dijo Darrell.

Los Musick han encontrado que su trabajo entre los quechuas no solamente ayuda a éstos a cultivar su propia comida sino a ser más receptivos al evangelio. Desde el inicio del proyecto, los Musick han visto comenzar 42 iglesias casa en el norte del Ecuador.

“A través de estos proyectos podemos ganarnos su confianza,” dijo Darrell.

“Ellos preguntan: ‘¿Por qué se interesan en nosotros?’ Usamos esa conversación como una puerta abierta para compartir… que Dios tiene interés en ellos, y como resultado, nosotros tenemos interés en ellos.”

En meses recientes, los Musick han dejado el campo por una asignación en los EE. UU. Ellos planean comenzar un trabajo similar en Bolivia.

Para obtener más información sobre cómo apoyar estos tipos de proyectos de ayuda humanitaria a través del Fondo para el Hambre Mundial, pulse sobre el enlace a español y luego pulse en la página Principal en imb.org. Lea más sobre los Musick en los próximos materiales de la Semana de Oración de este año.
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Shawn Hendricks es escritor de la Junta de Misiones Internacionales.

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  • Por Shawn Hendricks