El sábado, 11 de septiembre de 2021, Estados Unidos celebrará el vigésimo aniversario del 11 de septiembre (9/11). En este día, parecía que el mundo se detuvo mientras todos los ojos y corazones observaban los horribles acontecimientos que estaban ocurriendo ante nosotros en la televisión en vivo.
Los acontecimientos del 9/11 fueron impactantes.
El terrorismo golpeó a nuestra nación de una manera devastadora. Un total de 2.996 personas murieron en Estados Unidos ese día y más de 6.000 resultaron heridas por el ataque terrorista más mortífero de la historia mundial. Fue el ataque más devastador en suelo estadounidense desde que los japoneses atacaron Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, hace casi ochenta años.
La mañana del 9/11, estaba estudiando en la oficina de mi casa. Jeana entró y dijo: “Necesitas ver lo que está sucediendo en la ciudad de Nueva York”. Inmediatamente, mis ojos se fijaron en estos eventos mientras simultáneamente estaba hablando por teléfono con el personal de mi iglesia. Todo el día, la tarde y los días venideros fueron alterados mientras vivíamos con un miedo tangible a lo que estaba sucediendo en Estados Unidos.
¿Se ha olvidado Estados Unidos el 9/11?
Nunca olvidaré la forma en que nuestra nación se unificó y resolvió que “nunca olvidaremos” este día trágico en la historia de Estados Unidos. Bajo el valiente liderazgo del presidente George W. Bush, Estados Unidos resolvió poner fin al terrorismo en todo el mundo. La unidad con esta causa fue resuelta por millones y millones de estadounidenses.
Esta no fue una decisión partidista, sino una determinación para promover la libertad en todo el mundo, comenzando aquí mismo en Estados Unidos.
Nada ha sido igual en esta nación desde el 9/11. De hecho, al recordar los últimos veinte años, no puedo recordar ningún momento en la historia moderna desde ese día en que nuestra nación haya estado más conmovida, más resuelta y más unificada.
En muchos sentidos, Estados Unidos nunca lo olvidará. Esto es cierto para aquellos de nosotros que estábamos vivos en este período de tiempo y lo suficientemente mayores como para recordar sus efectos sobre nosotros personalmente y nacionalmente.
Sin embargo, lamentablemente, algunos estadounidenses lo han olvidado y tal vez hayan creado o imaginado alguna revisión en sus mentes que sería más acorde con su cosmovisión actual. Por ejemplo, los héroes del 11 de septiembre (9/11) fueron los primeros en responder y muchos estadounidenses comunes y corrientes que perdieron la vida ese día mientras intentaban salvar la vida de otros.
Lo que Estados Unidos necesita recordar en el vigésimo aniversario del 9/11
Estados Unidos necesita recordar que el mal todavía existe en este mundo, incluso en nuestro propio país. Necesitamos estar siempre alerta y nunca desdeñar el mal que puede estar a nuestro alrededor.
Estados Unidos necesita recordar que necesitamos a Dios como nación y nos necesitamos unos a otros. El 11 de septiembre y los días siguientes, la gente no estaba maldiciendo a Dios ni criticando la importancia de la libertad religiosa. La asistencia a las iglesias locales aumentó enormemente durante una temporada, mientras millones y millones vieron la necesidad de Dios y de unirse.
Estados Unidos necesita líderes valientes hoy en día que consideren a otros como más importantes que sí mismos. Los estadounidenses deben darse cuenta del valor de nuestros primeros respondedores y los miembros de nuestras fuerzas armadas al enfrentar estos días inciertos en nuestra nación y en todo el mundo.
El vigésimo aniversario del 9/11 debería ser un nuevo llamado a la Iglesia
Somos cristianos. Somos la iglesia. Creemos en el poder de la oración, ¿verdad?
¡La oración derriba los muros! La oración cruza las barreras percibidas de origen étnico, raza y generaciones, derribando los muros que nos dividen. ¡Que caigan las paredes! Es nuestra naturaleza pecaminosa y nuestras decisiones las que han construido estos muros. Pero es la obra de Jesús en la cruz lo que los ha derribado.
En este 11 de septiembre, creo que Dios nos está llamando de regreso a sí mismo. Él está diciendo: “¡Vuelve a mí!”
Por eso la iglesia debe despertar y volver a Dios en humildad, en oración, en buscar su rostro y en un profundo arrepentimiento de nuestro pecado. ¡Necesitamos arrepentirnos de nuestra incredulidad! Necesitamos estar bien con Dios y con los demás.
Cuando los que no asisten a una iglesia, los perdidos y los que están lejos de Dios ingresan a nuestras iglesias, necesitan vernos creyendo en el poder de la oración y el poder de Dios.
Sólo Jesús es la respuesta. Siempre lo ha sido y siempre lo será.
En este vigésimo aniversario del 9/11, que cada uno de nosotros ponga nuestros ojos en Jesús.
Ahora es el momento de liderar.
