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Haciendo del Bronx ‘una mejor ciudad’ a través del discipulado


EL BRONX, Ciudad de New York (BP) — Ustedes han visto las fotos: edificios quemados, autos chatarra tirados en lotes baldíos, traficantes de drogas callejeando en las esquinas. Han visto las noticias: En una sola barrida, la policía arrestó a docenas de miembros de pandillas acusados de múltiples asesinatos, incluyendo el asesinato de una anciana de 92 años.

Pero la policía no puede arreglar el Bronx. Los trabajadores sociales no pueden sanar el municipio de la ciudad de Nueva York, localizado al norte de Manhattan. ¿Los políticos?

Israel Kelly tiene una mejor idea: el Movimiento ABC.

ABC — “por las siglas en inglés de ‘A Better City’ (Una mejor ciudad)” — es una visión para plantar iglesias de vecindario en cada uno de los 25 códigos postales de los municipios de la ciudad de Nueva York.

“Las autoridades no han podido cambiar la ciudad,” dijo Kelly. “Pero el evangelio puede hacerlo.”

Kelly, oriundo de República Dominicana, ha comenzado su movimiento en el corazón del Bronx: el código postal 10458. Este es el hogar de cerca de 79.000 personas, dos tercios de las cuales son hispanas. El trabajo del plantador de iglesias vocacional es hecho con ayuda de la iniciativa Envía Ciudad de la Junta de Misiones Norteamericanas, que busca estratégicamente mover iglesias e individuos hacia 32 de los centros de población más grandes en Norteamérica.

La estrategia de Kelly para hacer del Bronx una mejor ciudad no fue “hacer algo grande” con muchos asistentes y un bufé de programas. En vez de eso, él se enfocó en edificar discípulos intensos quienes se multiplicarán en sus propios vecindarios.

Esto ha tomado siete años de paciente trabajo entre gente muy dañada, pero Kelly está comenzando a ver el fruto.

‘Es tiempo de salir

Él comenzó con un estudio bíblico familiar — solamente su esposa Eunice y sus tres hijos. Oraban juntos y estudiaban la Palabra de Dios. Iban a la calle y hablaban con la gente que se encontraban. Le preguntaban a las personas cómo podían orar por ellos, compartían el evangelio y los invitaban a estudiar la Biblia.

Tomó dos años bautizar a los primeros tres cristianos. Tomó otros dos años bautizar a los siguientes cuatro. Luego en enero de 2015, en su primera reunión como congregación, Kelly bautizó a nueve. Ahora la iglesia cuenta con 75 discípulos comprometidos. Desde el principio del año, han bautizado cuatro personas y ahora planean tener servicios bautismales cada tres meses.

El método es intencional. Cada domingo, adultos y niños se enfocan en un pasaje que las familias de la iglesia han estado estudiando toda la semana. Los padres leen la Biblia con sus hijos cada día, en la mañana y en la noche. Memorizan un versículo clave juntos y discuten una serie de preguntas. Pequeños grupos de cinco personas, llamados “La Mesa” estudian el mismo pasaje en sus vecindarios.

“La mesa es donde nos sentamos juntos,” dijo Kelly. “La mesa es donde comemos, donde celebramos, donde hablamos de nuestras frustraciones y lo que nos fortalece, donde nos rendimos cuentas.

“Nuestra iglesia es un grupo de familias que crecen en el evangelio,” añadió. “Nos sentamos a la mesa e invitamos a otros a comer.”

Y luego se levantan de la mesa y salen.

“La última semana del mes, nuestra gente tiene que ir afuera,” dijo Kelly. “Vayan a un restaurant, siéntense y cómprenle comida a alguien más que vaya allá. Háganles saber que estamos acá para servir y compartir la fe.

“Algunos de ellos dan té, café y chocolate en las calles. No es accidental,” dijo Kelly. “Tenemos que ponernos de pie y decir: ‘Es hora de salir, orar y encontrar a alguien para compartir.'”

‘Nuestra herramienta más fuerte es la oración’

Cuando entablan conversaciones en la calle, las personas se abren acerca de sus problemas y reciben la oración.

“Es raro que oremos por alguien que no esté quebrantado y llorando,” dijo Kelly. “Ellos te llaman en la calle y te piden que ores. Así que nos detenemos ahí y oramos en la calle.”

Oran por problemas financieros y depresión. Oran con personas que se sienten solas y sienten que no vale la pena vivir. Oran con padres que no pueden controlar a sus adolescentes y los ven absorbiéndose en las pandillas.

Algunas veces responden a las buenas nuevas que Jesús cambia vidas. Gente como Jacqueline, que lloraba todo el tiempo, o Carmen, que estaba constantemente deprimida. Ahora son cristianas que están en el proceso de la clase de madurez espiritual de un año de duración de la iglesia.

“Nuestra herramienta más fuerte es la oración,” dijo Kelly. “Los martes tenemos un concierto de oración que mezcla música y oración. Cada miércoles oramos en diferentes casas.”

Poquito a poco, el Movimiento ABC crece. Kelly sueña con el día en el que los discípulos comiencen a multiplicarse y el evangelio empiece a transformar el Bronx.

“Todo nuestro esfuerzo está puesto en la Escritura y nos conectamos con personas de afuera para traerlos hacia esta cultura de discipular lo que estamos edificando,” dijo Kelly. “Este tipo de iglesia toma tiempo y mucha oración, mucha obediencia.

“Yo le digo a las personas que no quiero llevarles información. No se trata de conocimiento. El evangelio trae transformación,” añadió. “Mi principal preocupación es evangelizar todo el Bronx, de manera que conozcan a Jesús.”

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  • Por Mark Kelly