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Inundación del río Grande: Voluntarios ayudan a los sobrevivientes


RIO BRAVO, Texas (BP)–La joven madre dio a luz a la pequeña bebé cuando la tormenta tropical desbordaba el río Grande que absorbió su hogar en las corrientes. La familia, quedó sin casa, comida, agua o ni siquiera zapatos, ahora con una nueva vida que cuidar y una vieja vida que reedificar.

Las aguas del río Grande al retroceder dejaron atrás centímetros de lodo que cubrían todo lo que estaba a la vista. Sin zapatos que protegieran los pies de los niños del lodo lleno de bacterias y de los vidrios rotos, se volvieron susceptibles a cortadas, raspones e infecciones.

Cuando los oficiales de la ley llegaron para evaluar las necesidades de la nueva madre, la encontraron lavándoles los ensangrentados y sucios pies a sus niños con el poquito de agua limpia que le quedaba. El bienestar de su familia sobrepasaba cualquier necesidad propia, inclusive después de recién haber dado a luz.

Los bautistas del sur voluntarios de ayuda en desastres de la Convención de Texas (SBTC por sus siglas en inglés) fueron desplegados a Rio Bravo, Texas, recién pasada una semana después de que la tormenta golpeara el área el 8 de julio, para valorar las necesidades de los residentes locales antes de movilizar una unidad de limpieza de lodo que sirvió a 54 familias. De acuerdo al departamento del alguacil del condado Webb, alrededor de 70 casas recibieron alguna clase de daño causado por el agua, muchas de ellas completamente sumergidas por el crecido río Grande. El daño de la tormenta se sentirá durante los meses por venir.

Con una población de 5.657, Rio Bravo está situado entre Laredo, donde viven un cuarto de millón de personas, y la frontera con México. Debido a que la mayoría de personas vive bajo el nivel de pobreza, la comunidad está sintiendo el peso de su pérdida mucho más que otras ciudades afectadas por la inundación, de acuerdo al delegado local. La ya crecida tasa de criminalidad ha subido vertiginosamente debido a que las casas que fueron dejadas vulnerables por la inundación son atacadas por los ladrones.

“De las familias que ayudamos, no encontramos a nadie que tuviera cobertura de seguro,” reportó Jerry Bishop de Lufkin, Texas, quien asumió el liderazgo del equipo de ayuda a damnificados durante la última semana de trabajo. “Ellos están viviendo día a día.”

Identificar el robo, el pillaje, el tráfico de drogar, y el cruce ilegal por la frontera son parte de los problemas que los oficiales de la ley enfrentan, lo que causa que la Patrulla Fronteriza esté en alerta completa. En muchos casos, todavía tienen que evaluar completamente los daños debido a las sobrecogedoras necesidades de la gente y a la falta de recursos para ayudarlos.

Nena Segeba, una residente local que vivía a las orillas del río Grande, todavía está en busca de una razón para tener esperanza mientras continúa cuidado a su bebé de 9 meses. Su casa móvil, situada a menos de 60 metros del río, fue una de las primeras en ser engullida por la inundación.

La enfurecida inundación y el incremento en el crimen no son los únicos problemas que Rio Bravo enfrenta después de la tormenta. Una vez que el grueso lodo se seca y se vuelve polvo, las peligrosas partículas contaminarán el aire con bacteria y les causarán dificultades respiratorias a los residentes, explicó Cesar Estrado, comisionado del alguacil del condado de Webb. Pulgas, garrapatas y mosquitos proliferan en el denso calor del verano y en las aguas estancadas, lo que presenta un problema adicional para los niños que juegan afuera, dijo Estrado.

En algunos casos, los residentes han podido buscar refugio con parientes del área hasta que sus casas sean reconstruidas. En otros casos, dijo Estrada, “Muchos ilegales perdieron todo, así que han regresado a México.”

Los voluntarios de la ayuda en desastres de los bautistas del sur, algunos de los cuales habían sido desplegados unas semanas antes a Eagle Pass y a Laredo luego del huracán Alex, comenzaron a valorar el daño a Rio Bravo una vez que las aguas se han retirado lo suficiente para tener acceso. Los equipos de limpieza de lodo y de baños de SBTC estuvieron instalados el 16 de julio y fueron asistidos por una unidad de lavandería y voluntarios de la Convención Bautista de Luisiana y voluntarios de limpieza de lodo de la Convención Bautista de New Mexico.

Bishop y su esposa Geraldine el 12 de julio entrenaron a una unidad de cocina en Del Rio que llevó el equipo los 160 kilómetros hacia México para servir a los residentes desplazados y se conectaron con un ministerio continuo del misionero Lynn Pierce de Friendly Baptist Church en Tyler. Para el siguiente día, los Bishop se habían unido a los equipos de limpieza de lodo estacionados en las afueras de Laredo, donde permanecieron dos semanas.

El director de ayuda en desastres de SBTC Jim Richardson dio razón de los 440 días voluntarios de todo el despliegue a lo largo del río Grande, donde se limpiaron de escombros más de 62 casas y se ofrecieron baños e instalaciones de lavandería según la necesidad.

“Hemos visto a más de 167 personas confiar en Jesús,” dijo Richardson.

Los voluntarios de ayuda en desastres provenientes de tres estados se unieron a principios de julio a Baptist Global Response, una organización internacional de ayuda y desarrollo, para coordinar el ministerio a ambos lados de la frontera para servir en limpieza de lodo, baños, lavandería, valoración, operativos y capellanía. Los voluntarios de Eagle Pass procedentes de New Mexico ayudaron al equipo de Del Rio/Uvalde en 12 sitios de ministerio para completar la operación limpieza de lodo.

El trabajo realizado en México involucró a 40 anglos de EE. UU. y a 310 mexicanos, dijo Richardson. Más de 350 voluntarios de Texas y México limpiaron de lodo y escombros 16 sitios de ministerio, proveyeron comidas a 14.332 personas y vieron a 133 personas poniendo su confianza en Jesús como su Señor, añadió él.

Ayuda en Desastres Bautista del Sur (SBDR por sus siglas en inglés) es un ministerio compañero de las convenciones estatales bautistas y de la Junta de Misiones Norteamericanas de los bautistas del sur, fundada con el dinero del Programa Cooperativo que proviene de las contribuciones de las iglesias locales. A través de julio, la actividad de SBDR a lo largo y ancho de EE. UU. para el 2010 — incluyendo la respuesta al terremoto de Haití — ha incluido la preparación de más de 143.000 comidas, 18.400 días voluntarios, 45.000 contactos ministeriales, 11.500 presentaciones del evangelio y 1.442 profesiones de fe.

“Lo que ellos están haciendo es un gran trabajo,” dijo Omega Delgado, secretaria del ayuntamiento de Rio Bravo. “SBTC está ayudando con cada cosa que la gente perdió.”

A medida que pasan los días, la alcaldesa Nora Rivera suplica a la comunidad que tengan paciencia mientras ellos tratan de llenar las necesidades urgentes. Con su propia casa dañada por la inundación, Rivera entiende el dolor causado por el desastre. La gente necesita nuevas camas, electrodomésticos y ropa, y la alcaldesa se esfuerza por unir a las diferentes iglesias y grupos de auxilio mientras ayudan a la ciudad a recuperarse.

Al tiempo que trabaja con los voluntarios bautistas del sur desplegados al área, el misionero iniciador de iglesias de SBTC, Chuy Ávila está orando para que la tragedia abra las puertas a ministerios continuos en la región. “Laredo es un lugar donde el evangelio no está creciendo” dijo. “Siempre estoy buscando una manera de hablarle a alguien de Jesús.”

El ministerio en medio del desastre está sembrando esas semillas. El voluntario de SBTC Wayne Barber de Hillcrest Baptist Church en Jasper atendió la unidad de baño junto con su esposa Ann. “Salí con uno de los capellanes y él le testificó a una dama y ella aceptó a Cristo,” relató. En el proceso de su trabajo en 22 sitios de ministerio, 44 personas profesaron fe en Cristo durante ese despliegue.

“Es verdaderamente emocionante escuchar las historias de personas que son salvas. De eso es lo que se trata el asunto,” añadió Bishop.

Voluntarios de ayuda en desastres como los Barber y los Bishop regresaron a su hogar el 24 de julio, pero sabían que su descanso sería corto. Los Bishop tuvieron una semana libre antes de ir a Rio Grande City y Roma, donde las aguas finalmente se retiraron para permitir la entrada a las unidades de limpieza de lodo, con apoyo para alimentación, operativos y valoración.

“Regresaremos al hogar y esperaremos la siguiente llamada,” dijo Barber.

“Cuando miras a los ojos de estas personas y ves que ellos no conocen a Jesús, eso es para lo que estamos allí,” dijo Bishop. “Te cansas, pero no sabes que estás cansado cuando te sientas y duermes seis horas y va de nuevo. Llegas a tomarle el gusto. Tienes que ir a ayudar a esta gente tanto como puedas.”

Con Ávila que lanza una estrategia de iniciación de iglesias en el cercano Laredo, Bishop sabe que habrá cosecha que vendrá de las relaciones desarrollada en medio de las circunstancias difíciles. “Chuy es de mucho valor para la SBTC,” dijo Bishop. “Él se mantendrá visitando a esas personas y podrá ayudarlas debido a este ministerio.”
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Cari Phillips escribe para Southern Baptist TEXAN. Con información de la editora de noticias Tammi Reed Ledbetter.

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