Nota del Editor: El domingo de la Santidad de la Vida, el 18 de enero en el calendario de la Convención Bautista del Sur, conmemora los 42 años del aborto legal en EE.UU.
DUMAS, Ark. (BP) — Aquellos que conocen a Haylee Kirtley probablemente la describirían como una locuaz y dulce niña de 6 años con un gran corazón. Es aplicada en la escuela, disfruta jugando futbol, y como a muchas niñas de su dad, le encanta Elsa de la película “Frozen.”
Y para sus padres, ella es un regalo de Dios — un regalo por el que esperaron largo tiempo.
Jada y Allen Kirtley, miembros de la Primera Iglesia Bautista, Dumas, Arkansas, trataron de tener hijos durante una década antes de que Jada Kirtley fuera sometida a un procedimiento médicamente necesario que hizo imposible que ella tuviera hijos.
Hubiera parecido como el fin de un sueño para la pareja. Pero Jada Kirtley, quien funge como directora asistente de la guardería de la Primera Iglesia Bautista, sabía que Dios la convertiría en madre si esa era su voluntad.
“Hemos estado orando por un hijo antes de esto, y finalmente dije: ‘Bien, Dios, está en tus manos como siempre ha estado,'” recordó Jada Kirtley. “Y yo dije: ‘Si he de ser madre, tú harás que eso suceda en tu propio tiempo.”
Un par de meses después de su procedimiento médico, una prima de Jada Kirtley le dijo de una mujer que estaba embarazada y planeaba dar a su hija en adopción. Los Kirtley se reunieron con la familia; y esperaron oír si habían sido escogidos como los padres adoptivos.
Allen Kirtley dijo que su esposa estaba nerviosa ante la posibilidad de no ser escogidos.
“Así que ella y yo nos arrodillamos en el piso de la sala, nos tomamos de las manos y oramos que nuestro Dios nos diera esta bebé y nos dejara ser la mamá y el papá de esta bebé,” dijo Allen Kirtley. “Puedo decirte que cuando nos levantamos, Dios me dijo que ella era nuestra y yo no creería nada más de lo que Dios me había dicho.”
Unos pocos días después, recibieron la noticia de que habían sido escogidos como los padres adoptivos, y pocas semanas después de eso, Haylee nació.
“Yo estaba en la sala de partos cuando ella nació,” dijo Jada Kirtley. “Y por eso pude sostenerla primero. … La enfermera me puso una manta tibia y me la colocó en los brazos y dijo; ‘Aquí.’ Y así la llevé afuera del cuarto de operaciones al cunero.”
Allen Kirtley recordó cuando la miró en el hospital.
“Puedo decir que inmediatamente supe cuánto me amaba Dios porque en ese mismo instante amé a esa pequeña niña más que nada y creo que Dios me ama más de lo que yo pueda amar nada,” dijo.
Jada Kirtley dijo que la adopción de Haylee cerró su historia.
Jada Kirtley, misma, fue adoptada. De hecho, fue su tía — la madre de la prima que a ayudó a los Kirtley a encontrar a Haylee — quien ayudó a los propios padres de Jada Kirtley a adoptarla a ella.
“La adopción para mí es la cosa más maravillosa del mundo…ya que esas damas pudieron haber escogido abortar en vez de adopción, y ya sabes que hay muchas…mujeres que no pueden tener hijos propios,” dijo Jada. “Y todo el proceso de adopción fue maravilloso.”