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Lottie Moon: La rebelde que yo quiero ser


NOTA DEL EDITOR: La Semana de Oración de este año por la Misiones Internacionales en la Convención Bautista del Sur es del 4 al 11 de diciembre con el tema de “El Evangelio Resuena.” El tema refuerza la Ofrenda de Navidad Lottie Moon para las Misiones Internacionales. La ofrenda, en conjunto con las ofrendas al Programa Cooperativo de las iglesias bautistas del sur, sostienen a los obreros internacionales que buscan llevar adelante la Gran Comisión. Las donaciones a la ofrenda Lottie Moon son recibidas a través de las iglesias bautistas del sur locales o en línea en IMB.org, donde hay recursos para promover la ofrenda. La meta de este año es de $155 millones.

RICHOND, Va. (BP) — Lottie Moon. Yo quiero ser como ella, pero no me di cuenta cuánto hasta que me sumergí en su historia.

Usted podría trazar una línea en la arena, mencionar el nombre Lottie Moon, y las personas que la reverencian se pasarán a un lado de la línea mientras que la gente que susurra: “¿Quién es esa?” se irá al otro lado. Yo tenía un pie en cada bando.

La iglesia a la que asisto actualmente está en la categoría “¿quién es esa?” La mayoría de las personas de mi iglesia, plantada hace 15 años, no es bautista del sur de pura cepa. Aunque participan y dan para las misiones globales, no están familiarizados con Lottie. Sin embargo, yo crecí en una iglesia que la reverenciaba, y recaudé dinero para las misiones en mi alcancía en forma de tazón de arroz para dar a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon.

Sus fotos en las que lleva puesto un traje con cuello victoriano de encaje puede dar la impresión de que era una estirada maestra de escuela que se adhería a estrictas reglas. Sin embargo, ella era desafiante, juguetona y chistosa hasta que escogió seguir a Cristo a la edad de 18 años. Y era ambiciosamente inteligente y se volvió una de las primeras mujeres en el sur de Estados Unidos en obtener una maestría.

Sea que usted esté familiarizado con su historia o que esta sea su primera introducción, encontrará que en cierto modo su terso lenguaje fluye de un corazón tenaz y contagioso por las misiones de Dios.
Por qué quiero ser como Lottie

1. Ella confiadamente creía que la salvación era personal y de la misma manera la Gran Comisión. El evangelio vino a través de Cristo a nosotros para salvarnos, pero no para que terminara en nosotros. Somos salvos por la gloria de Dios y entonces designados a declarar su gloria.

“¿No deberíamos poner en nuestra conciencia que el único objetivo de nuestra conversión no fue la salvación de nuestra propia alma, sino que nos volviéramos colaboradores de nuestro Señor y Maestro en la conversión del mundo?” preguntó Lottie.

2. Ella arrojadamente pidió una insurrección en el statu quo del pensamiento misionero.

Si la Gran Comisión es para todos los creyentes, entonces debemos personalmente responder a la pegunta: “¿Voy o envío?”

— Desafió a los hombres jóvenes: “No pregunten si es su responsabilidad ir a los paganos, sino si pueden atreverse a quedarse en casa. El mandato es muy sencillo: ‘Vayan.'”

— Desafió a los pastores: “Conociendo el fuerte llamamiento de obreros al campo en el extranjero, ¿se asentará usted en el pastorado local? Muchos podrían ocupar su puesto…muy pocos se ofrecerían de voluntarios para el trabajo en el extranjero.”

— Desafió a las mujeres: Miles de mujeres nunca escucharán el evangelio hasta que mujeres lo lleven a ellas.”

3. Ella sin pena les pidió a los creyentes que dieran.

Aunque la salvación es gratis, enviar personas donde el evangelio no ha sido compartido tiene un costo. Dar a las misiones de Dios es una inversión. Las preguntas de Lottie crean un sobresalto destinado a mover los corazones a una necesidad urgente. “¿Por qué estas extrañas indiferencias a las misiones?” escribió ella. “¿Por qué estas escasas contribuciones? ¿Por qué el dinero no llega cuando hombres y mujeres aprobados están pidiendo ser enviados a proclamar las ‘inescrutables riquezas de Cristo’ a los paganos?”

4. Ella sistemáticamente obedeció a Dios y abandonó la comodidad para vivir en un lugar difícil.

La eterna realidad de que la gente estaba muriendo sin oír de Jesús superó la realidad de vivir en un lugar falto de conveniencias y comodidades. Vivir en China durante la convulsión política y en medio de gente que “tenía aversión a los extranjeros” eran meras esquirlas de las dificultades que ella enfrentaba. No obstante, escribió desde un pueblo: “Las circunstancias sugerirían una absoluta ausencia de comodidad, sin embargo, nos encontramos más que contentos.”

5. Ella no se abstuvo de suplicar para que una legión de obreros fuera enviada.

Lottie no meramente participó en misiones, sino que confiadamente persuadió a otros a considerar la realidad de la gente que se va al infierno eterno. “Les imploramos que nos envíen ayuda. No permitamos que estos paganos se hundan en la muerte eterna sin una oportunidad de oír ese bendito evangelio, el cual es para ustedes la fuente de todo gozo y comodidad,” escribió.

Lottie desafió los límites de las normas generacionales, culturales y misionales por el bien del evangelio. Yo quiero ser muy valiente. Con casi tres billones de personas que nunca han oído de Jesús, deberíamos atrevernos a ser la misma clase de rebelde desestabilizando el pensamiento casual de la misión y ambiciosamente resolviendo llevar el evangelio a todas las naciones a todo costo.

Sin pena usaré las mismas palabras de Lottie: “¿No es la temporada festiva el tiempo en el que las familias y amigos intercambian regalos en memoria del Regalo presentado sobre el altar del mundo por la redención de la raza humana, el tiempo más apropiado para consagrar una porción de las inescrutables riquezas y la escasa pobreza para enviar las buenas nuevas de gran gozo a toda la tierra?”

¡Vamos! Pero si nos quedamos, demos, de manera que otros puedan ser enviados.

Todas las citas son de las cartas de Lottie escritas mientras ella vivía en China.

    About the Author

  • Por Lori McDaniel

    Lori McDaniel es líder de iniciativas de iglesia de la Junta de Misiones Internacionales. Ella sirvió con su familia durante varios años en África antes de regresar a plantar iglesias en Estados Unidos.

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