NOTA DEL EDITOR: La Semana de Oración de este año para las Misiones Internacionales en la Convención Bautista del Sur es del 4 al 11 de diciembre. Cada año, la Ofrenda de Navidad Lottie Moon para Misiones Internacionales complementa el Programa Cooperativo para apoyar las iniciativas de los misioneros internacionales bautistas del sur para compartir el evangelio. La meta para la ofrenda de este año es de $185 millones de dólares. Para encontrar recursos sobre la ofrenda, vaya a https://www.imb.org/generosity/lottie-moon-christmas-offering/
En un típico día soleado del norte de Uganda, Héctor Cabrera, un aliado misionero global, se adentra en el río para tenderle la mano a Oketa Robert, un nuevo seguidor de Jesús que se sumerge en el agua, dispuesto a dar su siguiente paso de fe y ser bautizado. Él es uno de los 34 creyentes del asentamiento de refugiados del campo de Rhino que decidieron bautizarse a principios de la primavera.
Héctor colabora estrechamente con los equipos de la Junta de Misiones Internacionales en Uganda; lo envió la agencia misionera Cuba a las Naciones, y su labor principal es el discipulado y el servicio en los campos de refugiados, los cuales están repletos de sudaneses del sur y del Congo. Este misionero sueña con ver una iglesia saludable plantada en ese campo.
Para lograrlo, tanto Héctor, como los misioneros de la IMB y los aliados locales están discipulando intencionalmente a los nuevos creyentes y buscando cualquier oportunidad para entablar relaciones; su labor multiplica el ministerio en la zona.
Cuando Héctor fue a construir un pozo en otro campamento, le pidió a Josué que lo acompañara, y mientras trabajaban en el pozo, conversaban sobre su estudio bíblico y las dudas de Josué en cuanto al bautismo.
Cada semana, Héctor invita a un grupo de 13 jóvenes a su casa. Les prepara comida casera cubana y les comparte el evangelio. Está ayudando a otra iglesia en casa, plantada por su amigo Arich, un creyente del sur de Sudán que fue discipulado por los misioneros de la IMB hace unos años, y cuyo deseo es alcanzar a los jóvenes de su pueblo.
Héctor practica su ministerio en los campamentos de refugiados, pero no lo hace solo, ya que Frankie Mosses, un refugiado sursudanés, discipula y bautiza junto con él.
La jornada diaria de Héctor es ajetreada, pero nunca está completa hasta que visita el campamento “Rhino”, normalmente con un balón de fútbol para jugar y compartirles la esperanza de Cristo a los niños refugiados que han visto tanta violencia, destrucción y desesperanza en sus cortas vidas.
Pronto estos pequeños jugarán en una instalación deportiva permanente, financiada gracias a la generosidad de los bautistas del sur. Héctor le pide a Dios que el ministerio de alcance crezca y prospere a través del nuevo centro juvenil.
Al igual que estos refugiados, Héctor conoce la crisis política y la incertidumbre de su país. Durante un tiempo de incertidumbre en Cuba, tuvo que confiar en el cuidado que Dios tendría para sus seres queridos y su iglesia enviadora, la Iglesia Bautista Montes de los Olivos en Alamar, Cuba, ya que ellos hicieron posible su viaje a Uganda.
También está familiarizado con el estilo de vida transcultural y convivir con personas de una tercera cultura: los misioneros de la IMB.
Aunque su ministerio es multifacético, su corazón se centra en un objetivo: que las personas no alcanzadas en estos campamentos sean encontradas por Cristo.
Demos gracias a Dios por la labor en conjunto de la IMB y los aliados misioneros interculturales. Oremos por Héctor Cabrera y por todos los aliados misioneros globales para que proclamen el evangelio entre las naciones. Pidamos al Señor que extienda su esperanza por medio del centro de refugiados de Uganda.
