CIUDAD DE GUATEMALA, Guatemala (BP)–Cuando Paul Bell, misionero bautista del sur en Panamá, comenzó a aventurarse en varios países de Centro América a mediados de 1940, posiblemente no imaginó el fruto que resultaría de llevar el evangelio a áreas pioneras como Guatemala.
Más de 60 años después, esas semillas, suplidas a través del dar sacrificado de los bautistas del sur a través del Programa Cooperativo, han llevado a una abundante cosecha de almas a través del país.
Hoy en día, la Convención de Iglesias Bautistas en Guatemala, fundada a través de los esfuerzos de Bell y sus compañeros misioneros, abarca más de 600 iglesias con más de 60.000 miembros.
José Ángel Samol es una de esas almas alcanzadas a través de los esfuerzos de los misioneros de la Junta de Misiones Internacionales que siguieron los esfuerzos iniciadores de Bell. Samol, presidente de la Convención de Iglesias Bautistas de Guatemala, llegó al Señor cuando tenía 10 años de edad por medio del ministerio de los misioneros bautistas del sur que ayudaron a su iglesia a realizar una Escuela Bíblica de Vacaciones cuando él era niño.
De hecho, su iglesia en San Pedro fue iniciada por los misioneros bautistas del sur Carl Wilder y Ted Lindwall. Cuando él tenía 19 años, comenzó a asistir al Seminario Bautista en la Ciudad de Guatemala, el cual fue comenzado mediante los esfuerzos de los misioneros bautistas del sur.
En abril, en el evento de Relaciones Evangélicas Globales de la CBS en una iglesia bautista guatemalteca, Samol compartió con los miembros de la iglesia: “Recordamos esta noche que los bautistas del sur fueron los primeros que trajeron el evangelio [a nuestra comunidad]; estamos aquí debido a esta gente.”
Hoy en día, trabajando a través de ocho asociaciones bautistas, la convención guatemalteca se esfuerza para ayudar a sus iglesias a llevar el evangelio a los 14 millones de personas de Guatemala, un país que tiene un territorio de aproximadamente el tamaño de Tennessee.
Samol dijo que el evangelio ha ido avanzando y las iglesias han estado creciendo, particularmente en las remotas regiones montañosas donde viven los indios quekchíes. Dos de las iglesias guatemaltecas más grandes, con más de 1.000 miembros cada una, están entre estos descendientes de los mayas.
La convención también patrocina el Seminario Bautista en la Ciudad de Guatemala, el cual juega un papel vital en el entrenamiento de pastores guatemaltecos, ofrece educación secundaria, cursos a nivel universitario y de maestría. Fundado en 1948, el seminario tiene una matrícula de más de 170 estudiantes. El seminario también mantiene una relación vital con el Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, Texas, a través del cual los estudiantes para pastores pueden obtener un título de maestría en divinidades.
“Creemos que si podemos levantar grandes líderes, también tendremos grandes iglesias. Estoy convencido de que todo vuelve a los líderes, así que estamos invirtiendo en ellos para darles una nueva visión,” dijo.
Samol está agradecido por todo lo que los bautistas del sur han hecho pero ve una gran necesidad y oportunidad.
“Estamos en el tiempo de la cosecha aquí,” dijo, “pero cualquier ayuda [que nuestra familia bautista del sur pueda ofrecer] a esa cosecha sería una gran bendición.”
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John Revell es editor de SBC LIFE, revista del Comité Ejecutivo de la Convención Bautista del Sur.
