MEMPHIS, Tenn. (BP) — El ex misionero bautista del sur Wade Watts, quien milagrosamente sobrevivió varias lesiones cerebrales en una colisión frontal en Perú en 1996, murió el 6 de junio en su hogar en Memphis, Tennessee. Tenía 56 años.
Wade Watts
Miles de bautistas del sur oraron por Watts, su esposa Nancy y sus hijos Joshua y Marcus durante los siguientes meses a que ellos sufrieran lesiones en un accidente automovilístico el 1º de febrero de 1996, en una sinuosa carretera de las montañas de Perú. Nancy y Joshua sufrieron fracturas pero se recuperaron completamente. Sin embargo, el accidente dejó a Wade y a Marcus, entonces de nueve años en coma; los médicos no esperaban que sobrevivieran.
Nueve meses después, Marcus se recuperó en un 90 por ciento. Pero Wade permaneció en coma mientras los bautistas del sur — y los creyentes nacionales en el amado Perú de Watts — oraban por otro milagro.
Dios contestó.
Cerca de un año después del accidente, Watts salió del coma y comenzó a hablar. Una de las primeras cosas que expresó — en un habla poco entendible debido a sus lesiones — fue su deseo de regresar a Perú como misionero.
Cuando los bautistas peruanos escucharon esas noticias, “fue una especie de impacto,” dijo Kevin Shearer, ex misionero de IMB en Perú, ahora pastor bautista en Mississippi. “Ellos se quedaron sorprendidos de que alguien que había pasado por lo que Wade pasó quisiera volver a Perú y continuar haciendo su ministerio. Los peruanos se unieron a él en una oración muy emotiva pidiéndole a Dios que permitiera que eso sucediera algún día.”
Luego Watts recobró algo de su movilidad y mucha de su capacidad mental pero nunca logró su sueño de regresar a Perú. Sin embargo, siguió siendo misionero de corazón, dijeron amigos y familiares. Aunque quedó confinado a una silla de ruedas, encontró nuevas maneras de servir al Señor en su ciudad natal de Memphis.
“Wade tenía un gran corazón para las misiones,” dijo su esposa, Nancy Tate de Memphis. “Él siempre quiso hacer la voluntad de Dios. Aunque no pudo ser misionero en el campo de misión después del accidente o moverse lo suficiente como para hacer actividades misioneras aquí, aun así quería que Dios lo usara. Y Dios lo hizo.”
Watts aconsejaba a los peruanos por internet, hizo proyectos de traducción español inglés y compartió su fe con otros. Fue un fiel intercesor orando diariamente por los líderes de su país, los misioneros bautistas del sur en sus cumpleaños y muchas otras necesidades de oración.
También trabajó con el programa de educación misionera para chicos Embajadores Reales (RA por sus siglas en inglés) de los bautistas de Tennessee, un ministerio del que había sido voluntario antes de su servicio en Perú.
Karl Wallace, misionero de IMB en Colombia y que había servido con Watts en Perú, contó sobre la participación a través de Skype con Watts y algunos chicos que asistían a un evento de RA de los bautistas de Tennessee hace dos años.
“Tuvimos una grandiosa teleconferencia. Los chicos hicieron múltiples preguntas acerca de nuestro trabajo en Colombia,” dijo Wallace. “Claramente recuerdo a uno de ellos cuando dijo que quería crecer para ser un misionero como el señor Watts.”
Watts también animaba a sus hermanos miembros de la Iglesia Bautista Bartlett Hills de Bartlett, Tennessee. A pesar de sus incapacidades, él y Nancy trataban de asistir a la iglesia cada domingo, y eso en sí inspiraba a otras personas. Así lo hacía también la actitud positiva de la pareja.
La pareja tomó la decisión de no amargarse por el accidente sino “ser una bendición para otros,” dijo su pastor, John Finley, durante un servicio memorial para Watts el 9 de junio en Memphis.
“Nunca se escuchó una palabra negativa [de Wade y Nancy] acerca del accidente,” dijo Frank Green especialista de RA de los bautistas de Tennessee. “Era sorprendente cómo mantenían el espíritu misionero. Ellos continuaron siendo misioneros aun después de regresar a Memphis. Solamente cambiaron el enfoque.”
Colegas misioneros que trabajaron con los Watts en Perú lo describieron como amable, paciente, gentil, llevadero, amigable y buen oyente.
“Wade era el hombre con más mentalidad de siervo que yo haya conocido entre nuestros misioneros,” dijo Dan McLaughlin, ex misionero de IMB en Perú, ahora ministro de música en Missouri.
“Él siempre estaba activo buscando nuevas maneras de compartir el evangelio,” dijo Ken Bowie, ahora misionero de IMB en Chile. “Nunca veía la mitad vacía del vaso, siempre veía la mitad llena.”
“Siempre que hablamos de Wade y Nancy, recordamos historias simpáticas de ellos; era un gozo estar alrededor de ellos,” añadió Shearer. “Siempre nos sentimos en casa con ellos.”
Colegas también dijeron que Watts era profundamente respetado por los bautistas peruanos, tanto que lo invitaron a ser el director de misiones y dirigente del trabajo de los Hombres Bautistas de la Convención Bautista Peruana.
“Entre los muchos misioneros que han servido en Perú, yo pondría a Wade entre los primeros cinco en cuanto a relaciones con los hermanos nacionales se refiere,” dijo Gary Crowell, ex misionero de IMB quien ahora es parte del personal de la Asociación Bautista del Condado de Tarrant (Texas). “Cuando Wade llegó a Perú, los peruanos lo adoptaron como uno de los suyos. Nunca conocí a un peruano que no simpatizara con él. No había nada en Wade que no agradara.”
Muchos peruanos bautistas estuvieron en contacto con los Watts después del accidente y continuaron orando por ellos a través de los años.
Bowie recordó haber visitado a la familia Watts en Memphis hace 12 años acompañado por el líder bautista peruano David Trigoso. A los dos hombres se les había dicho que Watts tenía algunos problemas de memoria debido al accidente, así que no estaban seguros qué esperar.
Durante la visita, “Wade comenzó a hacerle a David docenas de preguntas específicas, todas en español, acerca de pastores y laicos… de todo Perú,” recordó Bowie.
Luego cuando dejaron la casa, las lágrimas corrieron por el rostro de Trigoso. “Ellos dijeron que [Wade] podría no recordar muchas cosas,” le dijo Trigoso a Bowie, “pero él podía recordar todo acerca del ministerio que Dios le dio en Perú.”
Los Watts fueron designados como misioneros de IMB en Perú en 1986. Wade primero sirvió como maestro de los hijos de misioneros (MKs) en Trujillo pero rápidamente se involucró en evangelismo e iniciación de iglesias. Él y Nancy también ministraron a través de su iglesia local en Trujillo, donde Wade enseñó cursos de discipulado. Una creyente que él discipuló fue una joven peruana llamada Armida, quien luego se casó con Mark, el hermano de Wade.
“El hermano Wade nos amaba [a los peruanos] como Jesús nos ama,” dijo Armida durante el servicio memorial de Watts. “Él trabajó fuerte en muchos lugares de Perú caminando, tocando puertas, involucrándose en nuestra cultura peruana… Oro para que todos seamos fieles a Dios y seamos un ejemplo cómo lo fue él.”
“Wade fue un hombre de Dios que siguió a Dios hasta el mismo final,” dijo Wallace en una carta.
“Él nunca se dio por vencido,” dijo McLaughlin.
Antes de su designación como misionero, Watts enseñó en la escuela secundaria en West Memphis, Arkansas, y sirvió como miembro del personal en un campamento de RA auspiciado por la Convención Bautista de Tennessee. Él y Nancy también sirvieron nueve meses como voluntarios en Burkina Faso a través de un compañerismo bautista de Tennessee.
Además de su esposa Nancy, a Watts lo sobreviven sus hijos Marcus de Memphis y Joshua de Pensacola, Florida.
–30–
Maria Elena Baseler es una editora/escritora de la Junta de Misiones Internacionales que vive en las Américas.