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EDITORIAL: Un solo cuerpo


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NASHVILLE (BP) — “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.” — Romanos 12: 4-5

Siempre me ha llamado la atención que el apóstol Pablo dice que siendo muchos miembros somos un solo cuerpo y que no señale que el corazón o los pulmones son los órganos más importantes. Recuerdo los días cuando en mi iglesia en Albuquerque, cuyo templo tenía más de treinta años de construido, después de un invierno muy benigno, tuvimos una primavera y un verano colmado de cuantos insectos uno pudiera imaginar que existieran. Los servicios de fumigación tenían que venir cada dos semanas, pero esto generaba una nueva e imprevista situación: ¿Qué hacer con los “cadáveres” de los insectos muertos que aparecían por todas partes?

Resultaba muy desagradable entrar por la mañana y tropezar con las cucarachas, grillos y otros muchos insectos. ¿Se imagina llegar al templo un domingo en la mañana y encontrar ese espectáculo? De manera que a un hermano, con el don de servicio, se le ocurrió la idea de organizar lo que llamamos: “Las patrullas de rescate.” Los que formaron parte de aquel grupo tenían dos tareas esenciales: Primero, llegar antes que cualquier otra persona al templo los días en los que había servicios, que por lo general eran todos los días menos el viernes, y recoger y echar en la basura los “cadáveres” de los insectos.

¿Simple verdad? ¡Pero muy necesario! Eso era tan importante como tener una buena oferta musical el domingo y los que predicábamos tener preparado un mensaje bíblico. Nadie alguna vez ni siquiera pensó que las personas que integraban la “Patrulla de rescate” fueran inferiores o menos importantes.

Pablo retoma aquí las imágenes que les presentó a los corintios: la iglesia como el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12). Pablo hace una descripción doble. Primero, declara que en un cuerpo, lo cual ASUME que TIENE que existir UNIDAD dentro del cuerpo de creyentes, tenemos muchos miembros o partes distintas, cada una de las cuales realiza una tarea y tiene un propósito. Realmente, la unidad de los distintos miembros era muy importante para Pablo, y también lo es para nosotros hoy.

El cuerpo humano es la ilustración que aquí se elige porque opera armoniosamente como una unidad, con todas sus partes contribuyendo a la salud y el funcionamiento del cuerpo. ¿Cuán diferentes son las partes entre sí? Compare el corazón, los pulmones y el hígado que están dentro del cuerpo (y que en cada cuerpo difieren notablemente entre sí) con las extremidades, los ojos, las orejas, la nariz, las manos y los pies, que son claramente visibles por fuera (y cada una de los cuales también es diferente y única en cada cuerpo).

Así que muchos miembros diferentes componen un mismo cuerpo que es la iglesia. Pablo también señala que no todos los miembros tienen la misma función. Lo que el apóstol deseaba destacar era que la diversidad, cuidadosamente organizada, permite que un cuerpo exista y funcione. Así que, esta diversidad es un beneficio y no un obstáculo a superar. Sin la diversidad que Dios ha unido tan ricamente en la iglesia, no habría cuerpo de Cristo, sino un tipo de mutación deformada. Sin embargo, Pablo escribe que somos un cuerpo en Cristo. El apóstol bajo la inspiración del Espíritu Santo pudo haber usado otra ilustración, pero esta es simplemente genial. Hay ocasiones en las que nos duele un dedo, PERO A NADIE se le ocurre cortárselo para resolver el problema. ¿Entonces por qué algunos quieren aplicar este principio en la iglesia? ¿Es más fácil irse a otra parte que tratar de trabajar en paz y armonía con los demás? ¿Es más fácil irse cuando alguien nos señala nuestros errores que están dañando al resto del cuerpo de Cristo que esforzarse por cambiar? Nadie piensa en cortarse la cabeza cuando esta le duele. Debemos pensar con profundidad en la analogía que usó Pablo con el cuerpo humano para describir la función de los miembros en la iglesia.

Para enfatizar ante los corintios la unidad hecha posible por la diversidad existente entre las partes del cuerpo (1 Corintios 12.12-18), Pablo los animó a funcionar como uno. También lo hizo cuando escribió su carta a los romanos. La UNIDAD cristiana en Roma y, naturalmente, en cualquier otra parte, estaba y está basada en todo lo que Dios ha hecho por los creyentes en Cristo. Los observadores externos pueden ver a la “iglesia” como un grupo que se reúne los domingos por la mañana, y los miércoles por la noche. ¡Pero las veces que nos reunimos, y los días que lo hacemos, no definen a la iglesia!

De hecho, los creyentes pueden reunirse por muchas razones y en diferentes tiempos y lugares. Dicho en pocas palabras: la iglesia es más grande que cualquier edificio o grupo. Es la totalidad del cuerpo de Cristo en todo el mundo que se reúne en muchos lugares y a diferentes horas. Localmente, somos una pequeña parte del cuadro general, un plan que Dios está cumpliendo por medio de su Espíritu Santo y por medio de los creyentes que colaboran en todo el mundo.

A menudo nos gusta pensar en cumplir grandes empresas, pero gran parte del trabajo de la iglesia se compone de pequeñas tareas en numerosos lugares. Si colaboramos y trabajamos juntos, todas esas pequeñas tareas se suman para que podamos ejercer una influencia positiva en el mundo.
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Óscar J Fernández es editor, escritor y consultor de publicaciones trabajando de manera independiente. Vive en la ciudad de Brentwood en TN y es miembro activo de Brentwood Baptist Church.

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