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35 nuevos misioneros de IMB son designados


[SLIDESHOW=41490,41491]NEW ORLEANS (BP) — Joseph Somkhith* entiende la difícil situación de los 60 millones de refugiados de hoy en día; una vez él vivió como uno.

Somkhith tenía 10 años cuando él y su hermano huyeron de Laos después de que los comunistas tomaron el poder a mediados de los 1970s. Los dos chicos cruzaron el río Mekong hacia Tailandia y se enfrentaron a lo que Somkhith describió como “inseguridad y violencia” a los largo del camino. Casi un año después, la familia de Somkhith se reunió en un campo de refugiados en Tailandia.

“Mi familia se separó en aras de salvar nuestras vidas,” recordó Somkhith. “Vivir en el campo fue comparable a un zoológico, pero pronto tuvimos la oportunidad de ir a EE.UU….tierra de libertad y autonomía.”

Somkhith y su esposa Rebecca* fueron dos de los 35 candidatos designados misioneros por los directivos de la Junta de Misiones Internacionales el 8 de noviembre durante un servicio en la Primera Iglesia Bautista de New Orleans. Los nuevos misioneros se unen a los obreros de la IMB alrededor del mundo que sirven en ciudades del globo y en lugares difíciles como selvas, desiertos y zonas de guerra.

Al predicar de Apocalipsis 5:1-14, el presidente de IMB, David Platt desafió a la congregación a estar dispuesta a ir dondequiera y cuandoquiera Dios desee que ellos vayan porque la soberanía y la gracia de Dios lo demandan.

“Como cristianos, ustedes le han rendido el derecho a determinar la dirección de su vida,” dijo. “No pueden ser discípulos de Jesús si no renuncian a todo.”

Aunque Platt reconoció que este nivel de compromiso podría causar temor en algunas personas, le recordó a la congregación: “No olviden a quien le están diciendo esto. Se lo están diciendo al Dios que los ama. Él sabe mucho mejor que ustedes lo que es mejor para su vida. …Es bueno poner su vida en las manos de este Dios.”

Somkhith se dio cuenta de estas verdades cuando era un joven adolescente, poco después de que él y su familia se reubicaron como refugiados en Estados Unidos.

“Cuando leí la historia bíblica de José, sentí que Dios me hablaba al corazón,” dijo Somkhith. “La historia de José se relacionaba a la mía…Yo me sentía solo, asustado y abandonado (al escapar de Laos).”

Sin embargo, él se dio cuenta que Dios, a quien no había conocido en ese entonces, lo había protegido durante todo el camino.

“Pude haber muerto en la carretera pero de alguna manera fui salvado,” dijo. “Pude haber caído al río Mekong cuando iba en canoa, pero llegué al campo sin percances. Pude haber sido uno de los que fue secuestrado y vendido como esclavo.”

Este nuevo entendimiento de la soberanía y gracia de Dios llevó a Somkhith a poner su fe en Jesús y, años después, a comprometerse a llevar el evangelio a la gente que vive en lugares difíciles.

La decisión de “ir” es la respuesta natural para cualquier creyente — como Somkhith — que entiende completamente la gloria de Dios, dijo Platt.

“La gente que realmente cree que Dios es glorioso, dará su vida para que todos lo conozcan,” dijo Platt. “El propósito de Dios no es solamente salvarlos. El propósito de Dios es enviarlos.”

Debido a que en el pasado, misioneros siguieron el llamado de Dios a lugares difíciles, Rebecca Somkhith estaba junto a su esposo, un testimonio visible del poder de Dios para cambiar vidas a través de generaciones.

La abuela de Rebecca, una viuda con cinco niños, oyó el evangelio en su pueblo en Laos de misioneros estadounidenses, dejó el sacrificio de animales requerido por su religión, y le dio su vida a Cristo. También guió a sus hijos a la fe en Jesús, que guiaron a sus hijos, incluyendo a Rebecca, a seguir a Jesús.

“Debido a esta mujer, cada uno de sus descendientes hasta ahora es hijo de Dios,” dijo Rebecca. “Nunca he conocido a una mujer más valiente que mi abuelita.”

La valentía de su abuela animó a Rebecca a buscar a Dios en su propia vida. Y ahora ella planea trabajar en medio de gente no alcanzada y declarar la gloria de Dios entre las naciones.

Platt dijo: “No alcanzadas son las personas que todavía no han sido alcanzadas por el evangelio. Sin Cristo no hay esperanza. Más de 2.8 billones de personas se encuentran en esa posición.”

Sin embargo, añadió: “El propósito de Dios es radicalmente grácil, global y glorioso. Somos seguidores de Cristo porque Dios nos ha perseguido. La razón de ser de Apocalipsis 5 es que él no solamente me ha comprado a mí o a ustedes sino a aquellos de cada tribu, pueblo y nación.

“(Estos nuevos misioneros) van porque Dios ha comprado a la gente de todos los lugares,” dijo Platt. “…ninguna persona en este salón va a fracasar cuando predique el evangelio.”

Rebecca señaló: “Sé que este es el tiempo correcto.”

“Hemos sido llamados para dejar la comodidad de nuestro país para ir a la tierra del perdido,” dijo, “así como nuestros hermanos y hermanas en Cristo nos llevaron las buenas nuevas a nosotros hace mucho tiempo.”

*Nombres cambiados.

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  • Por Tess Rivers