fbpx
Articulos en Español

Capellán en Afganistán refleja la paz de Cristo


KANDAHAR, Afganistán (BP)–El más reciente reporte trimestral del Capitán Kevin Humphrey, capellán de la Fuerza Aérea de los EE UU, para el grupo de capellanía de la Junta de Misiones Norteamericanas (NAMB, en inglés) en Alpharetta, Ga., se parece más a un guión taquillero de Hollywood.

Pero los incidentes en combate son reales –historias verdaderas de muertes en guerra, heridas horrendas, derramamiento de sangre, valentía y escapes de último minuto. Si fuera una película, pudiera titularse “Un día en la vida de un capellán bautista del sur que sirve en Afganistán.”

“Ha sido un gran reto mi tiempo aquí en Kandahar,” dijo el capellán de 38 años, endosado por la NAMB, y quien sirve en el Ala de Exploración Aérea 451. “Los peligros son muy reales y son muy duros para quienes están aquí. En el verano, hubo ataques de cohetes casi cada dos días más o menos, a veces dos veces al día,” dijo Humphrey, añadiendo que los ataques se habían desacelerado durante este otoño.

Las muertes en combate en la región son tantas que la bandera estadounidense nunca pasa más de cuatro días sin estar a media asta en honor de los fallecidos, dijo Humphrey.

Humphrey –- uno de los cerca de 190 capellanes militares en el “teatro” de Afganistán, como le llama el ejército — dijo que las fuerzas del Talibán en el área están constantemente adaptando sus métodos para infringir el mayor daño y muertes posibles para los EE UU y las fuerzas aliadas.

“Varias tramas peligrosas han sido descubiertas –- muchas de las cuales no se pueden discutir en público dadas la sensibles condiciones de seguridad. No es necesario decir que de no haber sido descubiertas, la pérdida de vidas hubiera sido real y grande,” dijo Humphrey.

Uno de los “sustos” más recientes que tuvo Humphrey fue el hospital cercano a la base donde él era uno de los capellanes voluntarios para que el capitán naval en guardia tuviera un merecido día libre. Aunque Humphrey no puede revelar los detalles debido a preocupación por la seguridad, el incidente casi le costó la vida y la del personal del hospital –- algunos de los cuales nunca habían estado tan cerca de haber muerto.

“Es atroz en el hospital y el ministerio es duro. Han tenido que hacer amputaciones de uno, dos o hasta tres extremidades en los últimos dos meses. Las cosas a las que estás expuesto aquí son cosas que ningún ser humano debería ver. Pero es un ministerio poderoso para el personal y los pacientes.”

Los muchos peligros en Afganistán no carecen de advertencia, dijo Humphrey.

“Durante un ataque reciente de cohetes, quedó herido un grupo del Departamento de la Defensa,” dijo Humphrey. “Su capellán no estaba disponible, así que yo fui y ministré a 250 civiles armados del departamento.

“Simplemente se apagó el generador en el edificio unos 30 minutos antes del ataque de los cohetes y sólo seis personas estaban en el edificio en ese momento cuando fueron golpeados. Si no se hubiera apagado el generador, muchos hubieran muerto. Gracias a Dios, sólo seis tuvieron heridas menores de metrallas.

“Hablé con un hombre que no podía entender porqué no estaba en el edificio en ese momento y hubiera muerto. Yo le compartí que Dios dice en Hebreos que hay un día establecido para morir y que el día de nuestra muerte ha sido fijado por Dios, y que Dios tiene un plan y propósito para nuestras vidas. Aunque todavía no es cristiano, ahora está buscando a Dios por primera vez en su vida.”

Humphrey dijo que dirige siete servicios de combate semanales para sus unidades.

“He predicado tres veces en los servicios contemporáneos en la capilla del ejército,” dijo Humphrey, añadiendo que los asistentes a los servicios no sólo son las tropas estadounidenses sino también los soldados de las naciones en coalición –- los británicos, canadienses, pakistaníes cristianos y otros. “Me hace pensar que así pudiera ser el cielo, con cada tribu y nación.”

Ocho personas aceptaron a Cristo en el primer servicio en el que predicó Humphrey recientemente, seguido por 15 en el segundo servicio y tres en el tercero.

Aunque el trabajo de capellán que tiene Humphrey es difícil por la hostilidad y el ambiente caótico en Afganistán –- “hay una tensión real aquí y algunos lo manejan mejor que otros” — su ministerio también es muy rico.

“La presencia real de Cristo ha estado aquí en medio de la dificultad,” dijo Humphrey. “El Salmo 91 se ha hecho muy real para mí. No he temido por mi vida desde que llegué –- no porque creo que soy valiente si no porque Cristo ha estado tan presente.”

Cuando Humphrey no está haciendo su labor de capellán, le encanta conocer y convivir con otros capellanes internacionales que sirven en la coalición. Hace poco en una tienda de donas cercana, se reunió con capellanes canadienses, británicos, holandeses, australianos y estadounidenses. Mientras estaban sentados tomando café y disfrutando una dona, discutieron el estado de la espiritualidad en sus países de origen.

“Un escalofrío recorrió mi espalda,” dijo Humphrey. Esperando su turno, cada capellán –- con tristeza en su corazón y en su voz — comenzó a describir el estado de deterioro espiritual en los asuntos en su país, sin importar su nacionalidad.

“El capellán holandés habló sobre la vida en una sociedad posmoderna. Describió a los holandeses como un pueblo a quien no le importa Jesús. Cada capellán dio un reporte negativo similar, de su propia nación.”

Por sugerencia de Humphrey, ahora los capellanes internacionales se reúnen y oran cada lunes a las 11 a.m. (hora de Afganistán) para que Dios se mueva en cada nación y bendiga sus ministerios.

“Yo le pediría a todos los bautistas del sur que oren por nosotros, para que esto sea el inicio de un movimiento de Avivamiento,” dijo. “Creo que no es un accidente el hecho que los capellanes finalmente se reunieron. Siento que es algo milagroso y una de las razones por las cuales Dios me envió aquí [a Afganistán].”

Humphrey y su esposa Jennifer –- quien está “en casa” en la Base de la Fuerza Aérea Kadena en Okinawa, Japón –- son los padres de cinco hijos que tienen entre 3 y 11 años. Él se graduó del Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, TX con una Maestría en Divinidades en el 2003, y fue pastor tres años antes de entrar en servicio activo como capellán de la Fuerza Aérea. El hijo del Sr. Ray Humphrey y su esposa, originarios de Amarillo, Texas, tienen programado servir en Afganistán hasta enero del 2012 cuando será reasignado a Okinawa.

La Asociación Nacional Bíblica, con sede en la Ciudad de Nueva York, acaba de anunciar que Humphrey –- entre 500 capellanes de la Fuerza Aérea — es uno de los tres recipientes del prestigioso Premio Witherspoon 2011, que dicha asociación otorga anualmente a los capellanes militares que representan al Ejército, la Fuerza Aérea y la Naval. El premio se da en cooperación con jefe de capellanes de la rama militar de los EE UU y se nombró en honor del famoso capellán de la 1ª y 2ª Guerras Mundiales, Maurice Witherspoon.

El premio reconoce a los capellanes que “promueven la lectura bíblica en una manera creativa, única y efectiva y cuyas acciones y actividades diarias animan a otros a leer, estudiar y aplicar los principios de la Biblia en sus vidas.”

Ya que Humphrey actualmente está sirviendo en Afganistán, la asociación presentará el premio a su esposa Jennifer, quien viajó desde Okinawa hasta la Ciudad de Nueva York para estar presente en la cena de gala de los premios anuales celebrada en el Hotel Waldorf-Astoria el 17 de noviembre.

Representando a la Convención Bautista del Sur, la Junta de Misiones Norteamericanas tiene a más de 1,500 capellanes endosados por la convención sirviendo en el ejército, lo cual requiere que todos sus capellanes sean endosados y calificados por una denominación reconocida. Un total de 3,400 capellanes comisionados por la junta y endosados por la convención están sirviendo en instituciones, el ejército, las corporaciones, el sistema de cuidados médicos y la seguridad pública.
–30–
Mickey Noah escribe para la Junta de Misiones Norteamericanas, NAMB.

Lea los encabezados y las noticias más recientes de Baptist Press en Twitter (@BaptistPress), Facebook (Facebook.com/BaptistPress) y a través de su correo electrónico (baptistpress.com/SubscribeBP.asp).

    About the Author

  • Por Mickey Noah