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EDITORIAL: Celebrando la Navidad


Tenemos mucho para celebrar en el verdadero significado de la Navidad cuando creemos que Jesucristo fue enviado al mundo como el único Salvador eterno. Podemos y debemos con el mismo gozo y expectativa de fe seguirle y servirle siempre.

La historia está llena de muchos “antes y después” que marcan un gran cambio. Sean decisiones nacionales o eventos mundiales hay momentos significantes que ocurren e impactan a las personas. Mientras preparamos celebrar la Navidad vemos como el nacimiento y vida de un niño marcó ese gran cambio verdadero en la historia. Jesús, el Salvador del mundo, nació en condiciones humildes y difíciles. Sin embargo, como Hijo de Dios reina para siempre. La historia fue dividida en dos como resultado del impacto de su vida: muerte y resurrección. La humanidad tiene la posibilidad de esperanza real porque Dios envió Su regalo de amor, perdón, y reconciliación en Jesucristo.

Repasando la historia de los milagros en el nacimiento de Jesús, vemos como Dios siempre obra fielmente. En medio de la adversidad, desafíos, y persecución Dios estaba revelando Su gloria. El no sería detenido en cumplir Sus propósitos en la venida de Su hijo Jesús. Cuando anhelamos y oramos que El traiga avivamiento y renueve nuestras vidas e iglesias durante los tiempos en los cuales vivimos, creamos que Dios todavía está obrando grandemente en medio de cualquier reto que enfrentamos. Su corazón de misericordia y mano de gracia siguen interviniendo Soberanamente mientras Su historia continúa siendo escrita en este mundo. El reino de Jesús nunca terminará y sigue avanzando poderosamente. Se cumplieron las promesas de la profecía en su primera venida, y se sigue desarrollando el plan eterno hacia Su regreso y reinado eterno.

“Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo en que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado, y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre Admirable consejero Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9:1-2, 6-7

Cuando el temor, preocupación, o duda quieren ahogar la esperanza de Sus promesas eternas, podemos escoger recordar y alabar Su nombre y atributos. El continúa hablando paz a nuestros corazones y mentes cuando levantamos nuestras oraciones en fe. Cuando enfocamos en Jesús y Su Palabra eterna que nunca cambia, nuestra fe es renovada y fortalecida. Nunca dejes que las circunstancias o crisis te hagan dudar de Su fidelidad de amar, sostener, y obrar en aquellos que se han sometido a Él como Salvador y Señor. Desafíos vendrán, pero Dios nos dará lo necesario para perseverar y crecer en todo lo que El desea para nuestro bien y Su gloria. Cuando miramos hacia atrás contamos de Su obra de gracia a través de todo. Pero mientras miramos hacia adelante podemos alabarle en fe por todo lo que confiamos que El hará. Permite que esta Navidad y el año entero sea un tiempo de renovar la esperanza, gozo, y paz porque Jesús el Salvador ha nacido y venció. Con fe en El podemos hacer lo mismo y seguir firmes en esa misma fe Bíblica. (Juan 16:33)

También hay gran expectativa cuando entendemos que Dios está activamente obrando en la historia y en nuestras vidas. El nacimiento de Jesús no fue solamente una espera de nueve meses. Por milenios Dios tenía un plan y propósito para cumplir en la humanidad. Cuando el pecado entró a un mundo perfecto después de la creación, Dios tenía elaborado Su historia de redención. Donde las cosas pueden ser confusas en nuestras historias personales, podemos confiar plenamente que Dios tiene propósitos divinos. Él está trabajando a través de la historia quebrantada del ser humano para traer esperanza y salvación a través de Jesús. De igual manera desarrolla nuestra fe para ser más como Su Hijo y glorificarle.

Dios usó las circunstancias mundanas de un censo en el Imperio Romano para posicionar el nacimiento de Su Hijo Jesús en el cumplimiento del tiempo perfecto. (Lucas 2:1-7) Hoy posiciona a Su iglesia y creyentes en esos cruces de la vida para anunciar y mostrar las buenas noticias de Jesucristo a personas a su alrededor. El viaje no fue uno de confort, seguridad, o ganancia personal para la pareja joven de Jose y Maria. Pero Dios estaba obrando Su plan soberano y los guio en cada paso. Dios sigue obrando poderosamente en medio de todo.

Parecidos a los movimientos de personas en la primera Navidad, vemos a tantos ser afectados en nuestros tiempos en muchos países. Dios no está ausente, desconectado, o desinteresado en movimientos de personas, migraciones, y perdidas que refugiados muchas veces enfrentan. Jesús entiende porque fue enviado a este mundo imperfecto y vivió una vida perfecta en circunstancias adversas. Habría muchos otros movimientos hacia la cruz en los años venideros. Cada uno sincronizado con propósito hasta el cumplimiento de su misión de redención. Siempre debemos dar las buenas noticias de Jesucristo en toda circunstancia que el ser humana enfrenta. Cuando la incertidumbre humana aparenta estar por delante, Dios ha prometido un Príncipe de Paz que traerá justicia verdadera y reinará por siempre.

Una de Sus últimas promesas es que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Nunca estamos en una jornada sin esperanza cuando Él está guiándonos fielmente a través de la vida. Sobre todo, Él ha prometido guiarnos hacia un hogar eterno con El en el cielo. Recuerda y comparte la esperanza de Cristo en Navidad con aquellos que pueden necesitarlo en Sus jornadas de la vida.

Esta temporada es un buen tiempo de hacer más personal y profunda esta relación con el Dios de la historia que envió a Su hijo Jesús por medio del cual todo encuentra Su propósito eterno. (Col. 1:16) Él todavía es un Maravilloso Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, y Príncipe de Paz para aquellos que creen y reciben Su regalo de gracia. Dios cumplirá Su obra única y completa a través de Jesucristo en la historia de este mundo. Su reino es el único que prevalecerá. Jesús reinará con justicia incluyendo a todos aquellos que han creído en El. ¡Realmente hay gran celebración, expectativa, y esperanza por delante siempre!

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  • Por Emanuel Roque