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EDITORIAL: El cumplimento del tiempo


SAN ANTONIO, Texas (BP)–Por días he buscado el regalo perfecto para mi esposa esta navidad. Después de mas de tres décadas de cazados no es fácil sorprenderla. Hace unos días le dije en broma, “por fin, ya se lo que necesitas.” Me respondió, “¿y que es eso?” Le dije, “Te voy a regalar un reloj con mas horas en el día.” Tengo que admitir que quizás me tenía a mi mismo en mente. A menudo pienso que seria bueno tener más tiempo en el día.

La Biblia le da mucha importancia al tiempo cronológico, por lo menos en dos sentidos y quizás más. En primer lugar, por lo general Dios no viola sus leyes naturales y obra dentro del contexto de la marcha histórica. Esto es interesante pues fácilmente podría haber aplastado el botón de “delantero rápido” pero no lo hizo. En cuanto al nacimiento del Mesías, Dios espero hasta el preciso tiempo designado para encarnar su Hijo en el vientre de una virgen (Gálatas 4:3-5).

La segunda razón esta íntimamente conectada con la primera. Dios sabía que el nacimiento de su hijo estaba ligado a eventos y condiciones que tenían que alinearse perfectamente. En ese nacimiento único iban los propósitos de Dios envueltos pero, ¿qué propósitos eran estos? El libro de Mateo nos enseña varias cosas que Dios empieza a cumplir por esperarse hasta ese momento decisivo.

Jesús nació en el momento preciso para demostrar la autenticidad de la palabra de Dios. Una característica del evangelio de Mateo es el uso de la profecía (Mateo 2:5-6). Romanos 3:4 declara en parte, “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.” En su obra comprensiva, Encylopedia of Bible Prophecy, J. Barton Payne ha estimado que, “La Biblia entera contiene el 27% de material predictivo.” Sin duda Dios ha ligado la veracidad de su palabra al cumplimiento de la profecía bíblica, y en este sentido la vida y el ministerio de Jesús es el enfoque central. Podemos tener la seguridad que Dios incluyó el tiempo oportuno del nacimiento del Mesías para demostrar la certeza de su palabra.

Jesús también nació para reclamar la creación de Dios. Poco pensamos en esto, pero Pablo enseña en Romanos 8:19-24 que la creación “gime” y espera su redención como nosotros la nuestra. Sin duda es cierto que al momento Satanás tiene dominio sobre este mundo (Lucas 4:5-6), y es “el príncipe de este mundo” (Juan 14:30; Efesios 2:2). Pero esa noche se anuncio un gran retorno. En veces pienso que Dios empleo su creación — en este instante, la estrella de Belén — como para recordarle al enemigo que también la creación no siempre estaría bajo la maldición (Génesis 3:17-18).

Es irónico que el nacimiento de Jesús también atrajo a magos, hombres sabios del oriente. El gran pecado anterior de Israel era que habían dado sus espaldas a Jehová precisamente para alabar a los dioses del este (Ezequiel 8:16-18). Pero la atracción anterior fue reversada esa noche buena. Estos intrépidos peregrinos del oriente fueron los primeros de una corriente de gente de toda lengua y nación que reconocería el niño nacido en un pesebre como el Rey de Reyes y Señor de Señores (Revelación 5:9; 7:9-10).

Pero sobre todo, “cuando vino el cumplimiento del tiempo” dice la Biblia, “Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos” (Gálatas 4:3-5). Jesús nació en el cumplimiento del tiempo para hacer posible la salvación personal que hoy disfrutamos.

Últimamente leí el relato de la conversión “intelectual” de Anthony Flew; quizás el más célebre ateo de nuestro día. En 2004 divulgo que ahora admite la posibilidad de un dios que haya creado el universo. En parte cambio su pensar porque tuvo que admitir que el universo esta compuesto de tal manera que anticipa la existencia humana conciente. Los científicos han identificado este fenómeno como el principio antrópico. Flew reconoce que la teoría de evolución es incapaz de dar una explicación satisfactoria por ello.

Los creyentes en Cristo hemos conocido que Dios creo los cielos y la tierra para nuestra habitación, pero quizás no lo que sigue. El tiempo que tenemos también no consiste solo de segundos brutos, coincidentes. El tiempo marcha hacia algo; tiene propósito, y nuestro tiempo también. No pierda su tiempo pidiendo por más. Cumpla todo lo que tiene que cumplir para usted, su familia, su pueblo, y su Señor. Recordemos, todo tiene su tiempo (Eclesiastés 3:1).
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Rudolph D. González es el decano de la Southwestern Baptist Theological Seminary William R. Marshall Center for Theological Studies, San Antonio, Texas. Estudios hispanos, Southwestern Baptist Theological Seminary: http://www.swbts.edu/hispanicstudies/sp/.

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