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EDITORIAL: Predicando y Enseñando (Hechos 28:28, 30-31)


LAUREL, Md. (BP) — Recientemente estaba haciendo un auto examen de mi relación con Cristo y pensé en esto: “si hoy fuese el ultimo día de mi vida, ¿Qué haría yo diferente? Los últimos versos del libro de Hechos (28:23, 30-31) presentan al apóstol Pablo enfocado en dos importantes cosas — predicando y enseñando. Me gustaría, en el espacio limitado, dar un trasfondo de estos versos y terminar con una aplicación a nuestras vidas.

El libro de Hechos describe el movimiento del evangelio de Jerusalén hasta Roma. Lucas, el autor de los Hechos, fue el único escritor Gentil en la Biblia. El énfasis del libro no era tanto en las personalidades como lo era el presentar a Jesús, el evangelio, y el papel del Espíritu Santo en la expansión de Su palabra. Un tema central a través del libro es el rechazo por los judíos y la aceptación por los Gentiles del evangelio.

Después de su arresto en Jerusalén Pablo fue entregado a Roma donde esperaba juicio de parte de los oficiales Romano. A pesar de que la iglesia había existido en Roma estos judíos no habían sido confrontados con el evangelio de Jesús. Estando allí el llamó a los lideres judíos para presentar su caso y resaltar su inocencia. Estos líderes judíos vinieron a su casa (Hechos 28:23) en gran número a reunirse con Pablo. Era la práctica de Pablo de ir a las sinagogas. Ahora, en prisión, un gran número de los líderes judíos en Roma venían a Pablo. ¿Puedes ver la mano de Dios detrás de todas estas actividades?

A pesar de estar en cadenas y esperando juicio de parte de la corte Romana Pablo no estaba preocupado por las incertidumbres de los acontecimientos que lo rodeaban. El sí estaba muy consciente del poder de Dios que lo sostenía, inspiraba y lo guiaba.

Por todo un día “desde la mañana hasta la tarde (Hechos 28:23)” Pablo apasionadamente les explicaba y “testificaba el reino de Dios.” El resultado de esta reunión casera no fue que “los judíos se fueron (Hechos 28:29)” sino que Pablo se quedo en Roma dos años más esperando que la corte decidiera a favor del apóstol. Una vez más, ¿Puedes ver la mano de Dios detrás de todas estas actividades? Durante estos dos años Pablo predicaba y enseñaba acerca del Señor Jesucristo.

Estos versos me enseñan varias verdades bíblicas:

Primero, Dios está en control de todo lo que pasa en mi vida y a mí alrededor.

Segundo, Yo soy instrumento escogido de Dios para anunciar las buenas nuevas de la salvación.

Tercero, Debo yo de poner mi mira en las cosas eternas y no en las cosas temporales.

Cuarto, Mi prioridad siempre debe de ser “predicar” el evangelio y “enseñar de Jesús.”

Quinto, Cualquier otra actividad, aunque importante, debe de ser secundaria a estas.

Mi querido amigo, no dejes que las distracciones terrenales, aunque muy atractivas y sanas, te despojen de las ricas bendiciones que Dios quiere para tu vida. Comprométete a vivir el resto de tu vida con estas importantes prioridades de “predicad” y “enseñar.”

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  • Gus Suarez