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EDITORIAL: Un pavo de Acción de Gracias en India


INDIA (BP)–Muchos amigos y parientes nos han preguntado cómo celebramos el Día de Acción de Gracias aquí en India. Bueno, obviamente, no es una celebración india, aunque comenzó con los indios en la primera celebración en el siglo XVII— sólo que eran otro tipo de indios.

Para comenzar nuestro relato, se nos dijo que no podríamos conseguir un pavo aquí, así que asumimos que era un hecho. Sin embargo, mientras Boyd* estaba de camino a casa luego de haber ministrado en la prisión, notó a un pavo a un lado del camino cerca de una de las aldeas. Llegó a la casa con una fotografía, así que así supimos que sí podríamos conseguir uno.

La semana siguiente fuimos al área de carnes en el mercado del pueblo, específicamente al mercado de aves. El primer vendedor que encontramos tenía un pavo vivo enjaulado y listo para ser comprado. ¡Qué sorpresa! ¿Realmente sería tan fácil?

Seguimos caminando y descubrimos que varios de los vendedores los tenían. Después de algunas paradas, discutimos la opción con uno de los mercaderes, y nos dijo que esperáramos un momento. En unos minutos, su ayudante se apareció con un pavo desplumado. Parecía haber estado “colgado” ya por un tiempo. Le explicamos al hombre que no queríamos comprar un pavo en ese momento sino poner un pedido para el martes antes del Día de Acción de Gracias. Discutimos el precio y el peso y llegamos a un acuerdo con él. Le dejamos nuestra información personal, nos dio una tarjeta de presentación suya, y nos retiramos muy orgullosos de nosotros mismos.

Uno de nuestros compañeros de trabajo que había dicho que no podíamos conseguir un pavo corrigió su historia y nos dijo que los que había aquí eran muy viejos como para comérselos. Bueno, yo ya he cocinado pavo silvestre antes, gracias a las aventuras en cacería de Boyd, ¡así que decidí que esto era como un reto! La receta que me dio la madre de Boyd para hacer el pavo perfecto nunca me había fallado, y no esperaba que ésta fuera la primera vez.

El martes antes del Día de Acción de Gracias, Boyd iba a recoger el pavo, pero estaba muy ocupado y le pregunté si quería que yo fuera al mercado con el chofer a recoger el pavo. Así que Edom* y yo nos dirigimos hacia el pueblo. El vendedor me reconoció, sonrió, y luego de una breve conversación relacionada con nuestro asunto, le dio instrucciones a su ayudante. De inmediato, tomó un pavo de la jaula, caminó al centro de la banqueta, y lo puso en piso con las alas revoloteando. Nos preguntó, “¿Este está bien?”

Con una cara de sorpresa, le respondí que esperaba que el pavo ya estuviera desplumado y limpio. Pronto me respondió que sí lo haría por mí. Quedamos en un precio, y se llevó al pavo a la parte trasera para limpiarlo. Decidí decirle a Edom que apagara el carro porque se iba a tardar un poco.

Un hombre local me estaba mirando, especialmente cuando comencé a tomar fotografías de lo sucedido. Me preguntó que hacía y qué tipo de ave era. Le expliqué que nuestra celebración nacional era para agradecer a Dios lo que ha hecho por nosotros. Conversamos sobre el origen de esta tradición y que el Presidente Lincoln la declaró una fiesta nacional en la década de 1860. Le dije que los peregrinos estaban muy agradecidos con Dios por haber sobrevivido el primer año en una nueva tierra. Él tenía muchas preguntas, y yo estaba contenta de poder compartir acerca del verdadero significado del Día de Acción de Gracias.

El pavo finalmente estuvo listo, y lo pusieron en la báscula para pesarlo y que el vendedor supiera cuánto cobrarme. Eran 8.15 kg (unas 18 libras). Su ayudante puso el pavo en una gran bolsa para basura y lo llevó al carro por mí. Edom me llevó a la casa para que pudiera limpiarlo mejor antes de ponerlo en el refrigerador.

Y cuál fue mi sorpresa al sacarlo de la bolsa- ¡todavía tenía la cabeza y las patas! Después de limpiarlo por dentro, remover el esófago, y otras partes internas no deseadas, lo puse en una bolsa limpia y dentro del refrigerador hasta que fuera la hora de cocinarlo al día siguiente.

Boyd había pedido prestadas unas cacerolas para cocinarlo. Cuando las vi, me di cuenta de que no eran lo suficientemente grandes. Medí el pavo para saber qué tamaño de cacerola comprar, y el miércoles por la mañana, Edom y yo comenzamos otra aventura. Llegamos a la primera tienda de utensilios de cocina y no tenían nada parecido. En la segunda parada, encontré una cacerola redonda de 16 pulgadas donde pudiera caber el pavo. Llamé a mi vecina para ver si cabría en su horno de gas, ya que sólo tengo un horno tostador pequeño. Ella dijo que no, así que fuimos a una tercera tienda. Después de varias llamadas telefónicas, finalmente compré una cacerola.

El miércoles por la noche, después del servicio de alabanza en casa, saqué el pavo para prepararlo para cocinar. Varios de nuestros compañeros de trabajo, nuestra vecina y otros amigos estaban muy animados cuando saqué al pavo de la bolsa y vieron que todavía tenía la cabeza y las patas. Después de tomar muchas fotografías, Boyd le cortó las partes “extras”, y yo lo preparé para ser horneado. Lo llevamos a la casa de a un lado para hornearlo toda la noche con una receta especial. El jueves por la mañana, saqué el caldo para hacer el relleno y el gravy, y mi vecina puso al pavo de vuelta en el horno para la hora final antes de nuestra celebración del Día del Acción de Gracias.

Éramos casi 80 estadounidenses allí listos para celebrar, usando un gran salón para juntas que había en el campus. Todos trajeron algún platillo, y nadie se quedó con hambre. Nuestro pavo fue todo un éxito, y los huesos quedaron limpios. Me las ingenié para separar un poco de pavo con relleno y gravy para dárselo a Edom, nuestro chofer, y a su familia. Nunca antes habían comido pavo, y al día siguiente nos llegó el reporte de que les gustó y se sorprendieron de lo tierno que estaba. ¡La “receta” funcionó una vez más!

El Día de Acción de Gracias debería ser parte de nuestras vidas diarias, no sólo un día al año. Debemos dar gracias a Dios siempre de que alabamos a un Dios vivo que provee para todas nuestras necesidades, sin importar en qué parte del mundo le servimos.
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*Los nombres reales han sido cambiados. Boyd y Peggy Uppinghouse recientemente completaron su servicio como representantes de los bautistas del sur. Este año, celebrarán el día de Acción de Gracias con su familia en Texas.

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  • Por Peggy Uppinghouse*