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EDITORIAL: VIH ‘es una enfermedad de los homosexuales’


ALEXANDRIA, Louisiana. (BP)–¿Cómo debe la sociedad lidiar con un comportamiento – una escogencia de estilo de vida — que coloca a aquellos dedicados a tal comportamiento en alto riesgo de tener una salud pobre y una enfermedad grave?

Si el comportamiento en cuestión es fumar, la sociedad estadounidense hace todo lo que sea para desanimar el comportamiento al punto de aprobar leyes que hace ilegal resoplar en lugares públicos, aun si el lugar de reunión pública es propiedad privada.

Sin embargo, si el comportamiento que resulta en una probable salud pobre y en una potencial enfermedad fatal es sexo promiscuo, particularmente sexo homosexual, la sociedad solamente anima a aquellos que están dedicados al comportamiento a que tomen medidas de seguridad.

El resultado del colectivo ataque estadounidense contra el fumado es tal que el índice de los fumadores ha decrecido dramáticamente en los Estados Unidos. Adicionalmente, la actitud hacia los fumadores ha pasado de tolerante aceptación a intolerante disgusto.

¿Qué ha producido el “seguro” acceso al sexo inmoral y aberrante? Enfermedades de transmisión sexual que tienen un rampante y común lugar, tanto como los medicamentos designados para tratarlas son ahora rutinariamente anunciados por la televisión.

Además, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) han adoptado nuevos métodos de conteo que han revelado que el índice de VIH en los Estados Unidos de América es un 25 por ciento más alto de lo que originalmente se pensó.

El CDC estima que hay 50.000 nuevos casos de infección de VIH reportados cada año. Actualmente se cree que 1.1 millones de personas en los Estados Unidos están infectadas con VIH.

Todas las infecciones de VIH son el resultado del comportamiento de alguien. De acuerdo al CDC, en el 2006 el 59 por ciento de las nuevas infecciones de VIH fueron causadas únicamente por el contacto sexual hombre-hombre, y el 7 por ciento por el contacto hombre-hombre y el uso de drogas. Eso significa que los hombres homosexuales, que comprenden aproximadamente el 2 por ciento de la población, sumaron el 66 por ciento de los nuevos casos de VIH hace dos años. De los restantes casos de VIH, el 17 por ciento fue transmitido por contacto heterosexual de alto riesgo y el 16 por ciento solamente por el uso de drogas.

La única cosa que todas las infecciones de VIH tienen en común es que son el resultado directo del comportamiento.

Durante años, los activistas homosexuales insistieron en que el VIH no era una enfermedad homosexual. Eso ha cambiado. Matt Foreman, director ejecutivo de la Fuerza Nacional de Trabajo de Homosexuales y Lesbianas, le dijo a la organización de conferencia nacional en febrero que el VIH es una “enfermedad de homosexuales.” “Amigos, con un 70 por ciento de gente en este país que vive con VIH que son gay o bisexuales” dijo Foreman, “no podemos negar que el VIH es una enfermedad de homosexuales. Tenemos que reconocer eso y enfrentarlo.”

Foreman reconoció lo que muchos hemos sabido por épocas: el VIH y su enfermedad compañera el SIDA están dramáticamente desproporcionados entre los varones homosexuales.

El mensaje de sexo seguro en relación con el VIH no ha sido sabio ni útil. Un reporte publicado en el 2001 por la CDC concluyó que el condón reduce el riesgo de contraer VIH solamente en un 85 por ciento — y solamente cuando se usa “correcta y consistentemente.”

En un “juego” de ruleta rusa hay un 83.4 por ciento de chance de disparar una cámara descargada. Sin embargo, nadie anima la participación en el peligroso juego aunque las posibilidades de recibir un balazo son relativamente bajas. ¿Por qué? El riego simplemente es muy alto. Lo mismo es verdad para los condones y el VIH.

Lo que encuentro completamente asombroso es que aunque las enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH, se propagan solamente debido al comportamiento, la sociedad continúa enviando mensajes de seguridad en lugar de abstinencia. Y el sexo homosexual continúa siendo descrito como un derecho civil en vez de una incubadora de enfermedades mortales.

Parece que la mayoría en la cultura estadounidense se ha rendido a la idea de que el deseo sexual es tan insoportable, tan parte de nuestra naturaleza, que simplemente no se puede dominar.

En la película clásica: “La Reina Africana” hay una escena en la que Charlie Allnut, actuado por Humphrey Bogart, justifica su propensión a beber licor. Él dice a Rose Sayer, una misionera actuada por Katharine Hepburn, “Que un hombre tome mucho de vez en cuando, es solamente naturaleza humana.” A lo que Rose replica: “Sobreponernos a la naturaleza, señor Allnut, es la razón de haber sido puestos en este mundo.”

El hombre puede sobreponerse a cualquier y todos los aspectos negativos de la naturaleza humana — sea el deseo de encender un cigarrillo o envolverse en sexo promiscuo riesgoso.

Dado el hecho de que el sexo promiscuo, y en particular el sexo homosexual está tan cargado de consecuencias negativas para la salud y el potencial de una aterradora enfermedad, parecería que la sociedad adoptaría el mismo mensaje que está dirigido hacia los fumadores: ¡Solamente di no!
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Kelly Boggs, cuya columna aparece cada semana en Baptist Press, es editor del Baptist Message (Mensaje Bautista,) el periódico de la Convención Bautista de Louisiana, que está en el Internet en baptistmessage.com.

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