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En Malasia, mujeres filipinas hacen una caminata de oración por el Evangelio


MALASIA (BP) — Mientras recorren varias ciudades de Malasia, cinco líderes de la Unión Femenil Misionera hacen oraciones pidiéndole a Dios que traiga un avivamiento.

Por los últimos diez años estas mujeres han estado incrementando su pasión por las misiones. Pero este viaje inicia sus esfuerzos por compartir el Evangelio entre las naciones.

Augusta Knox*, una obrera del IMB quien ha ministrado en las Filipinas por más de 40 años, ha sido clave en el viaje que condujo a esta caminata de oración. Knox cree en la importancia de la visión de las mujeres y dijo que “Dios trajo el cristianismo a las Filipinas hace 500 años. Ahora es nuestro turno de llevar el Evangelio a las naciones.”

Sus acompañantes de la Unión Femenil Misionera de las Filipinas (PWMU por sus siglas en inglés) son María Cruz*, Carla Montes*, Mirasol Galit*, Riza Pecore* y Reina Salazar*. Montes es una dentista quien dice que ayunó por dos semanas mientras discernía el propósito de Dios en este viaje. Como resultado de su ayuno, Montes mantuvo su confianza en el llamado de Dios a las mujeres filipinas para que se mantuvieran firmes y oraran con confianza para que Cristo sea proclamado en el mundo, específicamente en Malasia. Los malayos son mayoritariamente no alcanzados; de hecho, ni siquiera se ha traducido la Biblia a su idioma materno, Bahasa Melayu.

Destino Malasia

En un centro comercial en Malasia, las mujeres usan el tradicional hijab o velo islámico en las escaleras eléctricas, caminan de tienda en tienda y se ríen y conversan con sus amigas. Las mujeres del PMWU se detuvieron en el último piso del centro comercial para orar por las multitudes de personas de diferentes religiones que pasaban por ahí. La habilidad para ver y conectarse con algunas de las 26 millones de personas que viven en Malasia era un factor importante al escoger un lugar para visitar físicamente y caminar entre los malayos.

“Caminas entre la gente, ves la cultura, sus costumbres y actitudes,” dijo Galit. “Es importante. Ves sus caras felices y puedes orar específicamente por las personas mientras caminas entre ellos.”

Las mujeres Filipinas y Knox se sientan afueran para tomar el té tradicional o “teh tarik,” y comer el pan de la India llamado “roti” en un restaurante al aire libre que se encuentra entre dos torres de edificios altos de concreto. Ellas comparten lo que Dios les ha enseñado hasta ahora sobre este viaje. Ellas también hablan sobre sus impresiones generales, desde las marcas de lujo que ven en el centro comercial hasta el número de veces que han escuchado el “Achaan,” el llamado a la oración que hacen las mezquitas locales.

Salazar, quien trabaja para la PWMU en Manila, resume bien el propósito del viaje: “No es una casualidad que estemos aquí. Es un privilegio. El Señor ha guiado nuestros pasos y tocará el corazón de los malayos a su debido tiempo”.

Después de la comida, las mujeres le preguntan a Knox acerca de lo que significa ser un cristiano en Malasia. Knox les cuenta que es ilegal para un malayo dejar el Islam y que la persona puede terminar en uno de los campamentos islámicos de inmersión. Con frecuencia, aquellos que desean dejar el Islam son enviados a un lugar secreto para ser “re-educados” y animados a regresar al Islam.

A pesar de que hay Iglesias a lo largo de Malasia, es difícil que dejen el Islam y casi imposible si la persona es de ascendencia malaya. Tradicionalmente, se dice que los malayos son cien por ciento islámicos y cualquier malayo que diga que tiene una religión diferente no es reconocido por el gobierno.

Al escuchar esto. Salazar se inclina, toma la mano de Galit y dice: “las oraciones verdaderamente se necesitan. Se tienen que levantar guerreros de oración.”

Un llamado a la oración

Las sandalias están mojadas y los zapatos tenis chapotean mientras las mujeres caminan a la mañana siguiente por las calles que la lluvia empapó. Es el inicio de la temporada de lluvias y son frecuentes los aguaceros repentinos. Las mujeres están agradecidas que pronto se sentarán dentro de una iglesia local, escucharán el servicio matutino y orarán por los creyentes en todo Malasia. Hasta hace poco ha habido una gran ola de represión del gobierno por compartir el Evangelio entre los malayos.

A pesar de que habido algo de progreso en Malasia, las iglesias todavía tienen que equilibrar la necesidad de compartir el Evangelio contra la posibilidad de perderlo todo. Hasta ahora, el gobierno ha tenido éxito en silenciar la evangelización porque las iglesias dicen que las consecuencias son muy grandes si el gobierno las descubre tratando de compartir las buenas noticias con los musulmanes. De hecho, muchos materiales cristianos tienen la etiqueta “solamente para no musulmanes.” Incluso ahora, la Biblia en el idioma oficial de Malasia tiene que ser llevada de contrabando al país porque el gobierno no le ha permito a nadie importar biblias en el idioma oficial.

Know y las mujeres de la PWMU escuchan atentamente mientras los creyentes y misioneros en Malasia les dan consejos y explican los riegos que implica compartir el Evangelio con los malayos. A pesar de todos los obstáculos, Dios está moviendo los corazones de los malayos y les habla a través de sueños y visiones,

Las mujeres escuchan mientras una creyente malaya les comparte su testimonio y confirma que Dios está trabajando en su país.

Ella anima a las mujeres filipinas a seguir adelante incluso si enfrentan persecución. “Cuando algunos te persiguen, ámalos. Ámalos más allá de su habilidad para comprenderlo.”

Lo que antes era solamente una visión ahora se ha convertido en realidad cuando las mujeres aceptaron el reto de alcanzar Malasia, un país cerrado, para Cristo.

“Ciertamente oraremos y continuaremos orando por la gente en Malasia,” afirmó Salazar.

Montes se anima a decir “Dios me puso una carga por Malasia en el corazón. He aprendido a amar a los malayos. He aprendido a amar en este viaje.”

A pesar de que las mujeres viven en las Filipinas, se han comprometido a regresar a orar e inspirar a más mujeres para compartir el mensaje del amor de Cristo a través de las ciudades y pueblos.

Con el primer viaje completado, Knox tiene confianza en que más filipinas se comprometerán y orarán mientras la PWMU trabaja junto al IMB en la tarea de compartir el Evangelio internacionalmente.
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*Los nombres han sido cambiados. Evelyn Adamson es una escritora quien vive en el sureste asiático. Para ver la caminata de oración de la PWMU vaya al video correspondiente en: http://vimeo.com/67349285.

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  • Por Evelyn Adamson