Los últimos años de la vida estadounidense han sido difíciles. Durante ese tiempo, el país ha sufrido tensiones económicas, culturales y políticas, y esas tensiones han puesto de manifiesto importantes grietas en nuestros cimientos. Este tumulto no carece de precedentes, pero tampoco es del todo normal. Además, 2024 es un año de elecciones presidenciales en un entorno político notablemente polarizado, dividido, enfadado y cargado de emociones. Cuando nos enfrentamos a una temporada como esta, hay muchas cosas que podemos hacer para responder de una manera saludable, pero lo más importante que podemos hacer es orar. Así que, ahora que empieza la campaña presidencial, comprometámonos a “Orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17) mientras dure y, después, por nuestra política local, estatal y nacional.
A continuación encontrarán algunas sugerencias que esperamos les ayuden.
-Oremos por nuestro país
Nuestro país tiene la sensación de estar viviendo una convulsión. Abundan la tensión, la división y la confusión, especialmente en la política.
-Oremos para que el país rechace la política divisiva que hemos visto en los últimos años.
-Oremos para que Dios proteja a nuestros trabajadores electos en todo el país.
-Oremos para que Dios despierte en nosotros la gratitud por el derecho al voto del que disfrutamos.
-Oremos para que Dios ayude a los votantes a tomar en serio su responsabilidad y votar por lo que es bueno, correcto y verdadero.
Oremos por los candidatos
La campaña electoral es un proceso agotador e invasivo. La vida de los candidatos y de sus familias está a la vista de todo el país. Y sus horarios y su carga de trabajo pueden ser agotadores.
-Oremos para que Dios proteja a los candidatos que se presentan a las elecciones, manteniéndolos sanos y salvos mientras viajan y hacen campaña por todo el país.
-Oremos para que Dios proteja a las familias de los candidatos.
-Oremos para que los candidatos deseen mostrar un carácter elevado, hablar con la verdad y comportarse con honor.
-Oremos para que los candidatos más competentes y de mayor carácter ganen sus respectivas contiendas.
Oremos por nuestra comunidad
Aunque la frase no se originó con él, el expresidente de la Cámara de Representantes Tip O’Neill es famoso por decir que “toda la política es local”. Aunque hay varias capas a las que O’Neill aludía, una de ellas es sin duda que la política deja una huella indeleble en nuestras comunidades locales. Siendo así, deberíamos orar por nuestras comunidades en esta temporada electoral.
-Oremos para que los votantes elijan a los candidatos y aprueben las resoluciones que mejor sirvan a su comunidad local.
-Oremos para que el día de las elecciones transcurra sin contratiempos en cada colegio electoral de nuestra comunidad.
-Oremos por oportunidades en las que puedan servir a su comunidad local.
Oremos por nuestra iglesia
Lamentablemente, demasiadas de nuestras iglesias han sucumbido a las divisiones políticas que sacuden el país. Durante esta temporada electoral, debemos negarnos a dejar que la política nos divida y, en su lugar, decidir dar prioridad a nuestra unión con Cristo y entre nosotros por encima de nuestras lealtades políticas, y eso requerirá oración.
-Oremos para que nuestra iglesia esté unida, incluso cuando existan desacuerdos políticos.
-Oremos para que los miembros de la iglesia se comporten como Cristo en público, en privado y en línea.
-Oremos para que la iglesia sea un faro de esperanza en un ambiente cultural y político que a veces se siente sin esperanza.
Oremos por nosotros mismos
Personalmente, no somos inmunes a la división y la desesperación endémicas de la política estadounidense en estos momentos. Por ello, debemos orar para que Dios nos ayude a navegar fielmente a través de esta época tumultuosa de la vida estadounidense.
-Oremos para que Dios nos capacite para caminar al ritmo de su Espíritu incluso cuando nuestras convicciones sean criticadas.
-Oremos para que Dios nos capacite para tomar la iniciativa en cultivar relaciones “al otro lado del pasilllo.
-Oremos para que Dios nos ayude a mantener la integridad y a obedecer a la conciencia, ya sea en la cabina de votación o en las redes sociales.
-Oremos para que Dios nos capacite para tratar a los demás como Cristo, con dignidad, respeto y caridad.
Para evitar que la temporada electoral de 2024 esté a la altura del despliegue publicitario negativo, los cristianos tienen la oportunidad de liderar. Por la gracia de Dios, podemos servir de ejemplo de caridad, integridad, compasión y esperanza para un electorado desconcertado, desunido y desilusionado con la política estadounidense. Y en todo ello, podemos aprovechar la oportunidad para compartir la razón de la esperanza que hay en nosotros: el Salvador cuyo reinado definitivo esperamos.
