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Una madre se convierte a través del sermón de su propio hijo


FORT WORTH, Texas (BP)–Beau Brewer casi no podía terminar su sermón. Mientras predicaba el Evangelio en una pequeña iglesia en el Oeste de Texas, lo abrumó la emoción de ver a una mujer que lloraba sentada entre la congregación.

Esa mujer era su propia madre.

Jeanne Brewer estaba llorando por sus pecados — un punto de partida de la fe por la cual su hijo había orado por más de una década. Cuando Brewer extendió la invitación, su madre pasó al frente, y él pudo ayudarla a llegar al Señor.

“Con mi madre, mientras veía cómo Dios trataba su corazón,” dijo Brewer, “comencé a darme cuenta de que definitivamente aquí estaba a cargo Dios. Él estaba haciendo algo que yo nunca hubiera podido hacer.

“Yo no acepto el crédito por nada de lo que pasó con mi mamá, aunque estaba ahí y yo fui el vocero ese día. Simplemente vi al Señor derritiendo su corazón.”

Brewer, un estudiante de la maestría en divinidades en el Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, Texas, estaba predicando en el púlpito de la Iglesia Bautista Crossway en Abilene como parte de un fin de semana evangelístico coordinado por el seminario y la Asociación Bautista de Cross Timbers. Aunque Brewer predica mensualmente en la Iglesia Bautista Bisbee en Mansfield, Texas, donde sirve como ministro de música, ésta era la primera ocasión que sus padres lo escucharon predicar.

Dieciocho estudiantes y profesores de Southwestern, incluyendo al Presidente Paige Patterson, participaron en abril en el fin de semana evangelístico de la asociación. Las iglesias que no habían experimentado algún bautizo durante el año pasado invitaron a los estudiantes del seminario a hacer evangelismo puerta por puerta el sábado y predicar en sus púlpitos el domingo.

Los estudiantes de Southwestern distribuyeron más de 250 folletos explicando el Evangelio y directamente compartieron su fe con casi 100 personas el sábado, dado como resultado nueve profesiones de fe. Además, tres individuos hicieron profesiones de fe durante los servicios del domingo.

Por la tarde del sábado, el grupo de estudiantes y profesores se reunieron para compartir acerca de sus encuentros evangelísticos hasta esa hora del día y para orar por las predicaciones del día siguiente. Durante esa reunión, Brewer mencionó que sus padres estarían escuchándolo predicar por primera vez y oró intensamente por su condición espiritual.

“Cuando piensas en tus experiencias pasadas y ves la mano del Señor trabajando a través de ti,” dijo Brewer, “¿cómo no puedes orar por los perdidos, especialmente por aquellos en tu familia cercana?

“Es devastador pensar dónde pasarán la eternidad si no les das el mensaje claramente. Más que nada, oré por claridad,” dijo. “Oré para que mis padres pudieran ver más allá de mi y de mis fallas… y ver a Cristo viviendo en mí y desear lo mismo.”

Brewer estaba emocionado de ver a la mujer que le dio la vida experimentar el nuevo nacimiento en Jesucristo. Le compró una Biblia y conversan diariamente mientras ella continua creciendo en la fe.

“Lo que he aprendido acerca del Evangelio,” dijo Brewer, “es que el Evangelio puede alcanzar a cualquiera en cualquier momento.”
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Keith Collier escribe para Southwestern Baptist Theological Seminary.

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  • Por Keith Collier