ASHLAND, Ky. (BP) – El miércoles 8 de febrero, Asbury College tuvo un servicio en la capilla. La capilla es una experiencia bastante ordinaria en una universidad cristiana. Lo que es extraordinario es que el tiempo de adoración que comenzó el 8 de febrero todavía continúa mientras escribo esto el 13 de febrero.
Los participantes pronto describieron los testimonios de lo que estaba pasando en Asbury como un avivamiento. Sin embargo, estas descripciones de experimentar un avivamiento no eran descripciones eruditas o académicas del avivamiento como se entiende históricamente. En cambio, eran expresiones de experimentar el revivir espiritualmente sobre el terreno y en el momento.
Lamentablemente, no pasó mucho tiempo antes de que muchos cristianos recurrieran a las redes sociales para cuestionar la validez de lo que estaba sucediendo en Asbury y lo que se describía como un avivamiento.
“¿Sobre qué base estamos llamando a esto un avivamiento?”
“¡La emotividad, el canto y el ondear banderas no son avivamiento!”
“Nadie sabrá si se trata de un avivamiento o no hasta que se examine su fruto dentro de unos años en la vida de las personas que no están en el campus”.
Estos son solo algunos de los tipos de comentarios que he visto de cristianos en respuesta al avivamiento de Asbury. Parece que cualquier reclamo de avivamiento debe considerarse culpable hasta que se demuestre su inocencia.
Jonathan Edwards, en Marcas distintivas de una obra del Espíritu de Dios, establece las marcas de un avivamiento genuino (basado en 1 Juan 4):
- Jesús es exaltado.
- El Espíritu Santo actúa contra la influencia del reino de Satanás al predicar el pecado y el arrepentimiento.
- La Biblia es exaltada y mantenida en alta estima.
- El Espíritu de entendimiento y de verdad se opone a los espíritus de mentira.
- Se promueve el amor a Dios y al hombre.
La lista que proporciona Edwards se alinea bien con los informes que he escuchado de los estudiantes universitarios de nuestra iglesia que asisten a Asbury y lo que he visto de otros sobre lo que ha sucedido y está sucediendo en Asbury.
De hecho, el tiempo lo dirá, pero confío en que nuestra disposición adecuada desde el exterior mirando hacia adentro en el presente debe ser la esperanza y no el cinismo.
Vivimos en una era cínica. El cinismo está en el aire que respiramos, una norma cultural, nuestra configuración predeterminada. Ser un cínico es fácil. Los cínicos no hacen; critican (desde una distancia segura) a los que hacen. Recuerdo haber escuchado una vez que el cinismo se describía como una sospecha autorreferencial demasiado confiada. Creo que eso suena bien.
El cinismo tiene sus raíces en la desesperanza. ¿Qué es más antitético para una cosmovisión cristiana que la desesperanza? Pablo nos dice: “Así que ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor” (1 Corintios 13:13). El cinismo es contagioso, pero también lo son la fe, la esperanza y el amor.
Tengo esperanza acerca de lo que está sucediendo en Asbury, y también confío en que cualquier avivamiento genuino destruye el cinismo mundano entre el pueblo de Dios. Señor, avívanos de nuevo.
