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Cambios al código de impuestos para las organizaciones de beneficencia pudieran perjudicar a las iglesias, organizaciones caritativas, dicen los senadores


WASHINGTON (BP)–La deducción actual para las donaciones a las organizaciones de beneficencia está siendo atacada, y los servicios provistos por las iglesias y otras instituciones pudieran sufrir sus consecuencias, según advirtieron el 18 de octubre los senadores de los EE UU.

“Las opciones de la reforma de los impuestos que se discuten hoy son opciones que tienen en la mira las donaciones a la beneficencia, pensadas por aquellos que, hambrientos por más dólares en los impuestos para financiar el gasto excesivo del gobierno, ahora ponen la mira en los recursos de las ya mermadas caridades e iglesias,” dijo el Senador Orrin Hatch, republicano de Utah, en una audiencia del Comité de Finanzas del Senado.

El comité escuchó el testimonio sobre una propuesta del Presidente Obama que podría, a final de cuentas, limitar la deducción de impuestos para las donaciones a las organizaciones de beneficencia. Una prominente organización que hace investigaciones ha calculado que la propuesta del 28 por ciento como límite para las deducciones detalladas pudiera causar una baja de $6,000 millones en las donaciones para la caridad, dijo Hatch. Algunos testigos expresaron su temor de que las organizaciones sin fines de lucro, las caridades y las iglesias sufrirían mucho durante este tiempo de crisis económica si se suprime el incentivo para hacer donaciones.

El Senador Max Baucus, demócrata de Montana, y presidente del comité, señaló que un tercio de los contribuyentes hicieron deducciones detalladas el año pasado. El 86 por ciento de ellos reclamó deducciones de impuestos por donaciones para la caridad.

Las familias con mayores ingresos tienden a donar a organizaciones médicas, mientras que las familias con menos ingresos a menudo contribuyen a establecimientos religiosos y caridades que suplen necesidades básicas, dijo Baucus en su declaración de apertura. Hatch dijo que alterar el código de impuestos actual pudiera causar que disminuyeran las donaciones y por ende dañar significativamente la habilidad de las organizaciones sin fines de lucro para que continúen sirviendo a la comunidad.

“Las donaciones para la caridad son la sangre vital de las instituciones caritativas, y lo último que debería hacer el Congreso es interrumpir el flujo de esta sangre,” dijo Hatch, el líder republicano en el comité.

Frank Sammartino, director asistente para el análisis de impuestos en la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), presentó ante el comité algunas opciones para revisar el manejo de los impuestos de las contribuciones a las caridades. La oficina mencionada, dijo, categorizó 11 alternativas posibles dentro de cuatro grupos:

— Retener la deducción actual de impuestos para las donaciones detalladas, pero añadir un límite o nivel mínimo.

— Permitir que todos los contribuyentes reclamen la deducción, con o sin un límite.

–Reemplazar la deducción con un crédito no reembolsable para todos los contribuyentes, equivalente al 25 por ciento de las donaciones caritativas de un contribuyente, con o sin un límite.

— Reemplazar la deducción con un crédito no reembolsable para todos los contribuyentes, equivalente al 15 por ciento de las donaciones caritativas de un contribuyente, con o sin un límite.

Al expresar su oposición ante el cambio de las deducciones de impuestos para las donaciones caritativas, Hutch dijo que la meta no es recompensar a algunos donadores más que a otros o permitir que el gobierno federal experimente convirtiendo la deducción en un crédito de impuestos.

“Realmente no se trata del donador,” dijo Hatch. “Se trata de la caridad, se trata de dirigir los fondos suficientes para las caridades para que puedan continuar haciendo la buena obra en nuestra sociedad, una que les necesita desesperadamente.”

También explicó que los estadounidenses con menores ingresos son más generosos que los más ricos, dando un mayor porcentaje de sus ingresos que los contribuyentes con mayores recursos, sin tomar en cuenta los beneficios recibidos al pagar impuestos. Los economistas lo llaman “donaciones caritativas no elásticas,” pero Hatch les llama “donaciones que provienen del corazón.”

Russell Moore, decano de la escuela de teología en el Southern Baptist Theological Seminary en Louisville, KY., dio una breve declaración y dijo que la discusión no puede reducirse a meramente la economía. Instó a los senadores a no cambiar la deducción de impuestos para caridades, y dijo que el hacer donaciones caritativas “enseña y muestra que hay cosas más importantes que simplemente la abundancia de nuestras posesiones.”

“No somos unidades económicas solamente,” dijo Moore.

Puede ver la audiencia a través del internet en http://1.usa.gov/qCNXCo.
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Holly Naylor es una interna con el buró en Washington de Baptist Press.

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  • Por Holly Naylor