¿Qué se te viene a la mente cuando escuchas esta palabra? La Real Academia de la Lengua Española la define como algo que no se puede averiguar, sondear o saber a fondo. Dicho del mar, que no se puede sondear, que no se puede hallar su fondo con la sonda.
Así como las sondas de pescase utilizan para determinar la profundidad y la forma, la dureza y la estructura de lecho marino, estas mismas sondas se utilizan para determinar la localización de bancos de peces. Si algo sabes de pesca o has escuchado hablar de un ecosonda, este es un instrumento que permite conocer la profundidad a la que se encuentra el fondo marino, el tipo de fondo y la detección de peces u obstáculos que se encuentran en la mayoría de los casos debajo de una embarcación.
Nos preparamos para despedir un año lleno de alegrías, tristezas y experiencias que de alguna manera Dios nos ha permitido vivir. Es propicio este tiempo para reflexionar y dejar a Dios recordarnos de sus insondables caminos, fidelidad y misericordia.
Así como comenzamos a pensar en los nuevos propósitos y planes para el nuevo año que está por comenzar, dejemos que el Espíritu Santo nos guie y examine haciéndonos saber si hay cosas en nuestra vida que debemos dejar morir al terminar este período. Cosas que no nos ayudan, que nos hacen daño, que no nos dejan avanzar en nuestra relación con Dios y con otros.
Te invito a que tomemos un tiempo para reflexionar, para arrepentirnos y para entregar cualquier raíz de amargura no confesada a Dios. Coloquemos a los pies de Cristo cualquier herida o deficiencia que hemos sufrido este año y dejemos que él nos sane y nos prepare para el 2023. Deja que el Espíritu Santo te ilumine para seguir avanzando, amándole y sirviéndole con todo el corazón. Después de todo, ha sido solo por su misericordia que hemos llegado hasta aquí.
Job 5:9 y 9:10 (NVI) nos recuerdan que el Dios en quien confiamos “Él realiza maravillas insondables, portentos que no pueden contarse”. El Salmo 145:3 (NVI) afirma “Grande es el Señor y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.” Isaías 40:28 NVI lo afirma, “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia es insondable”.
A ese Dios insondable, encomendamos nuestras vidas, luchas y sueños. Levanta tu mirada hacia el cielo y deja que el que cuenta las estrellas y las llama a cada una de ellas por su nombre nos enseñe a contar nuestros días a fin de traer a nuestro necesitado corazón sabiduría. ¡Un abrazo fraternal en Cristo y un feliz año, mi hermano(a)!
Porque Él vive
