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EDITORIAL: Pastoreando en medio del COVID-19


LAUREL, Md. (BP) — “Jesús les dijo, Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6

Es increíble como el virus “corona” ha cambiado la normalidad a nuestra vida social, económica, religiosa y familiar. De un momento a otro, experimentamos grandes cambios. Por ejemplo, algunos perdieron trabajos, otros fueron infectados con el virus. Algunos de éstos, desafortunadamente murieron. Las iglesias fueron cerradas por varios meses. En fin, como pastor me pregunto, ¿Cómo podemos pastorear la Iglesia en medio del COVID-19? Aunque hay mucho que podemos decir quiero ser breve en mis puntos.
Primero, en momentos como éstos debemos de ser humilde y ver nuestras limitaciones. Estoy limitado en mis conocimientos, mis juicios, y soy limitado en el control de las circunstancias. Necesito ser humilde y confiar en la sabiduría de Dios. Necesito orar para buscar la guía de Dios mientras hago decisiones que afectan a muchos en nuestra congregación.
Segundo, en momentos como éstos debemos de ser informados por la Palabra de Dios más que por las noticias diarias de las cadenas CNN o Fox. Después de todo, la Palabra de Dios es inmutable; no así las noticias de radio y televisión.
Tercero, en momentos como éstos necesitamos una correcta exégesis bíblica. En más de una ocasión he observado un libertinaje en el uso de versos o pasajes de la Biblia para respaldar una posición personal y, a veces, hasta política. No usen nunca la palabra de esta manera. Estudia el contexto del pasaje. Recuerda una cosa, la Palabra de Dios es apolítica.
Cuarto, en momentos como éstos debemos recordar que la iglesia es mucho más que un evento los Domingos. Sí, es importante que el cuerpo se reúna corporalmente. Y, para nosotros son los Domingos. Pero, en momentos como lo que estamos experimentando hoy día, la iglesia continúa reuniéndose por todos los medios posibles. Esto, quiero enfatizar, no sustituye la reunión corporal.
Quinto, en momentos como éstos necesitamos escuchar la palabra predicada por el Pastor. Y, claro, el mensaje del Pastor debe de ser guiado por el texto, y centrado en el evangelio. Pero la “iglesia reunida” tiene el privilegio y mandato de predicar el mensaje Cristo-céntrico, por todas partes, a todas las étneas como la “iglesia esparcida.”
Finalmente, en momentos como éstos debemos de eliminar una actitud simplista que descarta las amenazas serias a los demás porque “Dios protegerá a los fieles.” Acabo de escuchar un mensaje predicado por una persona muy dinámica y convincente donde llamaba al oyente a tomar de la promesa de Dios de protegernos. “Ora,” decía el predicador, “que por la promesa de Dios soy libre de corona . …” Esto es una herejía del evangelio de la prosperidad.
Pastor, que el “Yo Soy” les muestre claramente el camino que debe tomar. Que el “Yo Soy” le dirija claramente a una persona que no conoce a Jesús. Muéstrale que Él es el único camino a Dios. Que el “Yo Soy” te recuerde, en estos momentos difíciles, que él es la vida eterna.

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  • Gustavo V. Suarez

    Gustavo Suarez es profesor adjunto de evangelismo y misiones en el Southwestern Baptist Theological Seminary en Fort Worth, Texas.

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