LAUREL, Md. (BP) — Estos versos anuncian el primer de cinco peligros que el autor del libro de Hebreos presenta. Muchas personas no toman tiempo de reflexionar sobre la condición de su vida. Sin embargo, no quiero que tomen esta pregunta de una manera negativa. Pero sí debemos de hacernos la pregunta, ¿qué será de mí vida? Si continuo por el camino que voy.
Muchas veces, durante nuestros años de vida, no pausamos con frecuencia para preguntarnos, ¿qué será de mí vida? La realidad es que cada día/año que pasa estamos más cerca de la muerte. La realidad es que la muerte nos toca a todos. La muerte tiene un excelente record — de cada persona que nace el 100% muere. La muerte no tiene respeto de edad, nacionalidad, o sexo. La muerte no discrimina si uno es gordo o flaco, bonito o feo, rico o pobre.
Aunque en estos cuatros versos encontramos varias lecciones, solo quiero comunicar dos importantes lecciónes para cada persona. Hebreos 2:1 dice, “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.” Para muchos se nos hace muy difícil poner atención a lo que otros nos dicen. Por experiencia propia yo se que cuando alguien me habla, a veces, estoy pensando en lo que voy a responder que en poner atención. Dios ha hablado a través de Su palabra. El nos ha comunicado como podemos tener una relación con Él, como caminar en Sus caminos, y como alabarle y servirle a Él. Esta palabra es una palabra náutica que significa tirar el ancla y establecer nuestras vidas en el puerto que da vida — Jesucristo.
Una segunda lección que nos enseña este primer verso es de no deslizarnos y ser movido por vientos extraños y marea fuerte y nos haga deslizar o no poder establecer nuestras vidas en el puerto de vida que es Jesucristo. La palabra deslizar presenta la imagen de un barco que se desliza a la destrucción porque el piloto se quedo dormido. Amigo, ¿qué será de tu vida?
¿Cuáles son algunas áreas de la vida donde la falta de atención/deslizarnos causará problemas para nosotros? Nuestros trabajos, y nuestras relaciones. Suponga que tu no presta atención a una relación importante como un matrimonio. En poco tiempo te darás cuenta de que te has alejado. Muchos matrimonios hoy en día están muy mal debido a la negligencia. Lo que es triste hoy es que el promedio de divorcio en la iglesia es igual o superior al número de divorcios en el mundo. ¿Por qué? ¿Cómo puede ser esto? ¡Falta de atención! Y ¡Deslizamiento espiritual! Así como los matrimonios requieren atención, la relación de los creyentes con el Señor requiere mucha atención.
Toma un tiempo para reflexionar el estilo de vida que tu tienes; tus relaciones con amigos y parientes y compañeros de trabajo. ¿Cómo está tu relación con tu conyugue y tus hijos? ¿Qué será de tu vida? Hoy te invito a que examines tu vida y actúes decisivamente para hacer los cambios necesarios para que seas un siervo al cual Jesús pueda decirte, “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor (Mateo 25:23).” Te deseo una exitosa y bendecida semana.