fbpx
Articulos en Español

El culto a la ‘Santa Muerte’ crece en Texas


LAREDO, Texas (BP)–La llaman “La Santa Muerte,” y sus seguidores se han multiplicado rápidamente durante la última década mientras la violencia ha asolado a México y se ha esparcido a lo largo de la frontera, de acuerdo a los misioneros que han sido testigos de la influencia del creciente culto a la muerte.

Desde la Ciudad de México hasta las ciudades en la frontera como Laredo, y últimamente en grandes ciudades estadounidenses como Houston, Dallas, Los Ángeles y Chicago, su encapotado y esquelético ícono, generalmente descrito agarrando la guadaña del ángel de la muerte, es a menudo visto colgando de las ventanas, los pórticos y algunas veces en los tatuajes de sus discípulos.

Su advocación yace en los deseos humanos básicos — especialmente atractivos para los pobres y los traficantes de drogas, quienes le suplican protección y venganza.

“Quieren sanidad, dinero, protección o poder,” dijo Orpha Ortega, quien junto con su esposo William sirven como misioneros en la Ciudad de México.

El culto a la Santa Muerte es una preocupación creciente entre los pastores de las ciudades de la frontera como Laredo, donde una reunión auspiciada por los misioneros bautistas del sur en enero atrajo a los pastores hispanohablantes, a líderes de iglesia y por lo menos a un oficial de policía interesado cuya experiencia en la cárcel local lo impulsó a asistir. (Hay un video en español de la reunión que está accesible en www.sbtexas.com/videos.)

El culto a la muerte figura prominentemente en la emergente violencia de los traficantes mexicanos de la droga conocidos como narcos en el interior de México y a lo largo de la frontera EE. UU. y México, les dijo William Ortega a los asistentes a la reunión.

Durante seis de los 12 años que han estado en la Ciudad de México, los Ortega han ministrado en el vecindario de Tepito, el cual es notorio por su próspero mercado negro. La pobreza, las drogas y la violencia son penetrantes, y el más grande santuario a la Santa Muerte es una institución allí.

De los 28 millones de habitantes de la Ciudad de México, cerca de 2 millones se estima que son seguidores de la Santa Muerte, dijo Ortega, con su mayor número en Tepito.

En enero, los Ortega recibieron bien las noticias de que las autoridades mexicanas habían arrestado a David Romo, líder del santuario de Tepito, y lo más cercano a un sumo sacerdote que el culto tiene, por imputaciones de secuestro y lavado de dinero.

Cada vez más, el culto a la muerte se ha desplazado al norte incursionando en las ciudades de la frontera y las ciudades estadounidenses donde los inmigrantes mexicanos encuentran trabajo.

Ortega dijo que los seguidores mayormente forman dos grupos: los traficantes de drogas y los pobres, donde el primero busca protección de las autoridades y venganza de sus enemigos y el segundo busca sanidad, protección de la violencia a su alrededor y prosperidad. La Santa Muerte, aseguran sus seguidores, ofrece todo lo anterior.

Un obrero bautista del área de Laredo le dijo a Southern Baptist TEXAN que él escucha testimonios de sanidades de cáncer, SIDA y otras dolencias a manos de la Santa Muerte.

“Sin embargo, la mayoría del tiempo, su promesa de sanidad o protección involucra el asesinato de alguien para poder recibir un milagro o para recibir protección,” dijo el obrero.

Ese fue uno de los puntos que Ortega enfatizó durante la reunión en Laredo. En la ciudad de la frontera de Texas y al otro lado del Rio Grande en Nuevo Laredo se encuentran el mayor número de seguidores de la Santa Muerte a lo largo del Rio Grande, dijo Ortega.

A menudo, los cristianos son vistos como enemigos del culto por ganar convertidos y rehusarse a sincretizar el cristianismo ortodoxo con el culto a la muerte.

Aunque en el 2005 el gobierno mexicano oficialmente quitó la Santa Muerte de la lista de religiones reconocidas y la Iglesia Católica Romana lo estima como un culto pagano, muchos de sus adherentes se dice que mezclan su catolicismo con las prácticas de la Santa Muerte, dijeron los misioneros.

Con su autoridad basada mayormente en la tradición oral y sus raíces en los antiguos dioses aztecas y mayas de la muerte, el culto fácilmente esparce su mensaje a través del folclore. Las prácticas de adoración incluyen poner ron, flores o velas a los pies del altar de la Santa Muerte donde le ruegan su favor a cambio de sus regalos favoritos.

En la Ciudad de México, los Ortega han tenido éxito en algunas áreas iniciando iglesias y ganando convertidos, pero ellos dicen que en Tepito algunas de las iglesias no duran mucho “porque ellos son cristianos débiles y les cuesta crecer debido a toda la oposición que hay alrededor de ellos,” dijo Orpha Ortega.

“Usted puede ir allí [a Tepito] y darles un tratado y ellos lo van a leer, pero es casi como pelear en contra del mismo Satanás,” dijo Ortega. “Allí hay una verdadera batalla.

“Todavía no hemos sido lastimados y estamos agradecidos con Dios por eso. Así que continúen orando para que seamos fuertes y valientes. Y para que otra gente de Dios abra los ojos.”

En algunas ciudades fronterizas donde muchos seguidores están atados ya sea a los carteles de las drogas o están buscando protección de ellos, el incremento del culto a la muerte ha presentado más desafíos.

“Está afectando mucho,” dijo un misionero que trabaja a lo largo de la frontera. “Primero que todo, ellos les enseñan a sus seguidores que no pueden hablar con nosotros. Se les enseña que nosotros somos cristianos y que por lo tanto somos sus enemigos. Segundo, tratan de atacarnos de diferentes maneras. Como misionero aquí, me han amenazado a través de notas escritas. Me han tenido bajo observación. Esta es una Guerra espiritual.”

Al otro lado de la frontera, en Texas, el misionero señaló rápidamente que los misioneros voluntarios que van por corto plazo están relativamente seguros, y explicó: “Es un problema para nosotros porque nosotros nos los encontramos diariamente, estamos aquí a largo plazo.”

“Oren por seguridad mientras hago el trabajo,” dijo el misionero. “Oren por mi integridad y mi santidad. Oren para que el Señor provea los líderes correctos para proveer iglesias. La única manera de ganar la pelea es iniciar esas iglesias que prediquen la verdad.”

Bruno Molina, ministro asociado para el evangelismo del lenguaje de la Convención Bautista del Sur de Texas, dijo que el culto a la muerte “es un desafío para el evangelio no solamente en México sino mucho más allá de las áreas fronterizas de EE: UU. hacia otras áreas de Texas. El propio nombre que sus representantes usan, que se traduce como ‘La iglesia tradicional de México-EE. UU,’ implica que ellos no solamente se ven a sí mismos como un fenómeno ‘religioso’ mexicano sino que reclaman EE. UU. como parte de su terreno cultural.”

“Ellos dicen tener 1.5 millones de adherentes aquí en EE. UU., y debido a nuestra frontera compartida con México, muchos de ellos necesariamente residen en Texas,” añadió Molina. “Esto es evidente no solamente en nuestras cárceles sino en los jardines de las casas que muestran imágenes de la Santa Muerte, camionetas y carros decorados con calcomanías de la Santa Muerte, y gente que está tatuada con imágenes de la Santa Muerte. El culto a la Santa Muerte es virulentamente anticristiano en sí mismo y promueve la devoción a alguien, llamado Santa Muerte, en vez de a Dios a través de Jesucristo.

“Nuestro departamento de evangelismo está comprometido a exponer este desafío al evangelio y a trabajar con los pastores equipando a los miembros de las iglesias para atender este desafío.”

Orpha Ortega dijo que ella se enfrentó con el crecimiento de la influencia del culto cuando ella y William viajaron el año pasado a Lynchburg, Virginia, a la graduación de su hijo, solamente para tropezar con parafernalia de la Santa Muerte a la venta en una tienda local.

William Ortega dijo que la pareja está animada por las promesas de 1 Corintios 15:55-58, que el aguijón de la muerte es devorado en victoria por Cristo.
–30–
Jerry Pierce es editor general del diario de noticias Southern Baptist TEXAN (www.texanonline.net), de la Convención Bautista del Sur.

    About the Author

  • Por Jerry Pierce