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Voces: Fe, legado y misión bautista hispana

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El Mes de la Herencia Hispana, que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre, nos invita a reflexionar sobre el profundo legado cultural y las importantes contribuciones de los hispanoamericanos a nuestra nación.

Para los bautistas hispanos de Texas, este período tiene un significado espiritual especial, ya que honramos a las personas devotas que han dado forma a nuestras iglesias, familias y comunidades a través de su firme compromiso con el evangelio.

Reflexionar sobre este mes me recuerda el rico legado que ha influido en mi propia vida, un legado profundamente arraigado tanto en mi historia familiar como en los notables pastores bautistas cuyo impacto continúa moldeando mi carácter.

Familia

Mi viaje personal comienza con la fe de mi bisabuelo, Juan Ramos Castillo, quien respondió al llamado de Dios al ministerio en 1888. En 1904, fue designado por la Junta de Misiones Internas de Nueva York para servir como pastor de la Primera Iglesia Bautista de Monterrey, Nuevo León.

Este momento crucial no solo marcó un paso significativo para nuestra familia, sino que también jugó un papel crucial en la expansión del evangelio en el norte de México. Su liderazgo sentó las bases para las futuras generaciones de líderes bautistas, incluyendo a mi tío abuelo, Librado Ramos Lozano, quien trascendió fronteras para servir como vicepresidente de la Alianza Bautista Mundial durante cinco años.

El nombre Ramos llegó a simbolizar la fe, la dedicación y un compromiso decidido con el cumplimiento de la Gran Comisión.

La figura más influyente en mi vida espiritual ha sido mi padre, Homero Job Ramos. Con 55 años de experiencia en el ministerio de tiempo completo tanto en México como en Texas, el legado de mi padre se caracteriza por una profunda enseñanza espiritual y cuidado pastoral.

Desde Houston hasta Elsa, desde Brownsville hasta McAllen, puso su corazón en pastorear congregaciones, enseñándoles a amar a su prójimo como a sí mismos.

Su influencia se extendió más allá de la iglesia local a través de su papel como presidente de la Asociación Bautista Latino Americana, conectando a las iglesias hispanas con otros grupos étnicos en el cumplimiento de la Gran Comisión.

Su vida sirvió como testimonio del llamado de Jesús a amar y servir a los demás, y a través de su ejemplo, he aprendido a encarnar la Gran Comisión y el Gran Mandamiento con humildad y gracia.

Modelos

Al reflexionar sobre la herencia de mi familia, también estoy profundamente agradecido por los pastores bautistas que han desempeñado un papel fundamental en la formación de mi carácter y ministerio.

Líderes como Rudy Sánchez, Carlos Paredes, Isaac Torres, Omar Pachecano, Eliseo Aldape, Albert Reyes, Adlin Cotto, Daniel Sánchez y Rudy Hernández han dejado una marca indeleble en mi vida.

Ellos ejemplifican el corazón del ministerio bautista hispano en Texas: un compromiso inquebrantable con el evangelio, un profundo amor por sus congregaciones y una pasión por compartir el amor de Jesús con todas las personas que conocen.

Rudy Sánchez, con su dedicación al discipulado, me enseñó la importancia de ser mentor de otros en la fe. Su enfoque de ministerio relacional, invirtiendo en quienes lo rodeaban, demostró cómo equipar a la próxima generación de líderes.

Carlos Paredes e Isaac Torres, con su ferviente pasión por la evangelización, me mostraron cómo alcanzar a los perdidos con urgencia y compasión.

Pastores como Omar Pachecano y Eliseo Aldape me enseñaron el valor de la perseverancia en el ministerio, manteniéndome firme en la fe durante tiempos de prueba e incertidumbre.

Albert Reyes y Adlin Cotto, fieles siervos del Señor, encarnaron la humildad y la alegría de servir a los demás, mientras que la profundidad teológica de Daniel Sánchez me recordó la importancia de fundamentar nuestro ministerio en la sana doctrina.

La inquebrantable dedicación de Rudy Hernández a la comunidad bautista hispana ha sido una fuente de inspiración.

Cada uno de estos líderes me ha mostrado, a su manera, lo que significa ser un fiel siervo de Dios.

Legado

Como bautistas hispanos en Texas, somos parte de una narrativa más grande: una historia de fe, perseverancia y compromiso con la Gran Comisión. El legado de los bautistas hispanos es de sacrificio y resiliencia, pero lo más importante es que es un legado de amor por Cristo y por nuestro prójimo.

La historia de mi familia, que comienza con mi bisabuelo y continúa a través de las generaciones, ejemplifica cómo Dios ha trabajado a través de los bautistas hispanos para hacer avanzar su reino.

El Mes de la Herencia Hispana no es solo un momento para celebrar nuestra identidad cultural, sino también un momento para dar gracias a Dios por su fidelidad a través de las generaciones.

El Salmo 90:1 nos recuerda: “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación”. Este versículo captura la esencia del ministerio bautista hispano en Texas: Dios ha sido nuestro refugio, fortaleza y guía mientras hemos buscado seguirlo en fidelidad y obediencia.

En el corazón del Mes de la Herencia Hispana se encuentra una celebración de la bondad y la misericordia de Dios. No se trata solo de una etnia, sino del corazón de las personas dispuestas a invertir en las vidas de los demás, compartiendo el amor de Jesús y haciendo una diferencia en el mundo para Cristo.

Hoy, honramos a los hombres y mujeres hispanos que han impactado profundamente el ministerio bautista de Texas, y le damos la gloria a Dios por su trabajo continuo en medio nuestro.

Al celebrar el Mes de la Herencia Hispana, reflexionemos, no solo sobre el legado que nos dejó, sino también miremos hacia adelante con anticipación a lo que Dios continuará haciendo a través de los hombres y mujeres fieles en nuestras comunidades.

A Dios sea la gloria por su labor entre los bautistas hispanos de Texas, tanto ahora como en las generaciones venideras.

Sergio A. Ramos es director de la Iniciativa GC2 de los Bautistas de Texas.