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Antiguos miembros de pandillas ahora comparten sobre Cristo


GUAYAQUIL, Ecuador (BP)–En el pesado ambiente de crimen de Guayaquil, Ecuador, donde más de 60.000 jóvenes están involucrados en pandillas, la escena en el parque público parece algo que hay que evitar.

Una docena de muchachos haraganean alrededor del anfiteatro de concreto. Uno de ellos – que lleva puesta una gorra al revés de los Yankees de Nueva York, gafas de sol y cadenas – se sienta encogido. Otro con tatuajes y trenzas rastas se despliega junto a otro joven que ostenta una cuidadosa línea de barba que va desde el labio inferior hasta la barbilla.

Hace algunos años, estos hombres pudieron haber estado fraguando una operación con pistolas y violencia. Hoy en día, estos antiguos líderes de pandillas rivales planean llevar las Buenas Nuevas a sus “matones” usando el rap cristiano.

“A cada uno de estos muchachos, el Señor los ha llamado de diferentes partes de Guayaquil,” dijo el líder del grupo Byron García. “Nos unimos para poder ayudar en su parte de la ciudad. Antes de conocer a Cristo, acostumbrábamos juntarnos para darnos palizas pero ahora nos empandillamos para evangelizar.”

La pobreza, el deseo de estabilidad familiar y la curiosidad, a menudo son las motivaciones que atraen a los jóvenes de la ciudad a las pandillas. Cada muchacho del círculo tuvo sus propias razones.

Para José Luís, el rapero y antiguo líder de pandilla — también conocido por su nombre artístico: “Poético” — el licor, la adicción a las drogas y la promiscuidad sexual marcaron su vida. Pero problemas con los riñones y el hígado lo hundieron en la desesperación. Perdió la voluntad de vivir. Finalmente se dio cuenta que Cristo quería redimir su vida, y aceptó la invitación. Es una decisión que su antigua pandilla se rehúsa a aceptar.

“A muchos de nosotros nos han perseguidos y nos han disparado por hacernos del lado de Cristo,” dijo Luís. “Tenemos enemigos en el mundo. Pero gracias a Dios, todavía estamos vivos. Todavía nadie ha perdido la vida.”

García, Luís y sus nuevos hermanos en Cristo se han unido para llevar a Guayaquil a un conocimiento salvador del Señor. Ellos presentan conciertos cristianos de hip-hop (movimiento artístico y cultural que surgió a finales de los años 1970 en las comunidades afro americanas de barrios pobres neoyorquinos)y reguetón (forma latina de música popular en toda Latinoamérica). En cada actuación invitan a los jóvenes a aceptar a Cristo.

“Es como si el Señor viniera a ellos y los ayudara a recordar su propio dolor y sufrimiento,” dijo García. “Ellos pueden ver a través de mi vida lo que, también ellos pudieron haber vivido. Verme en esta silla de ruedas les muestra que éste no es un juego.” García quedó paralizado en un altercado con la policía en el que le dispararon cinco veces.

El equipo ministerial, bajo el entrenamiento y la guía de Guy Muse, misionero de la Junta de Misiones Internacionales, trabaja hombro con hombro con los nuevos creyentes para formar iglesias-casa. Ofreciendo planes de discipulado, Muse provee maneras para que los evangelistas realcen sus esfuerzos.

Cada domingo en la noche, los raperos se reúnen con amigos para tener compañerismo y estudio bíblico — en una iglesia-casa que algunas veces se reúne en la acera de una ocupada calle de la ciudad. Cantos de alabanza se levantan del antes aterrorizado vecindario por estos muchachos, que ahora se hacen llamar “Raperos de Jesús.”

“Todos tenemos el mismo ministerio de alcanzar a los no evangelizados,” dijo García. “Lanzamos redes y vemos qué pescamos. Discipulamos a aquellos que creen, y una serie de eventos suceden. Confiamos en que Dios va a hacer grandes cosas en Guayaquil.”
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Dea Davidson escribe para la Junta de Misiones Internacionales.

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  • Por Dea Davidson