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El calendario maya llama la atención; las luchas de una cultura en problemas


QUETZALTENANGO, Guatemala (BP) — Debido a que el antiguo calendario maya de 5 mil 125 años termina el 31 de diciembre del 2012, el interés global por los mayas se ha incrementado superlativamente en los últimos años.

Algunos filósofos de la nueva era predicen el inicio de una época de iluminación para la humanidad. Otros dicen que es la cuenta regresiva para el fin del mundo. A pesar de que muchos eruditos rechazan esas predicciones, turistas de todo el mundo visitan masivamente las ruinas mayas en Latinoamérica. El calendario ya ha sido el tema de muchos libros, películas, especiales noticiosos y conferencias en universidades.

Pero la mayoría de los mayas no están preocupados por el calendario antiguo, según dicen los misioneros de la Junta de misiones Mundiales (IMB por sus siglas en inglés) que trabajan entre los grupos mayas. De hecho, la verdadera historia maya no gira en torno al calendario, según cuentan. Se trata de las personas mayas.

Jerónimo, por ejemplo, es uno de los cinco millones de descendientes mayas que viven en México, Guatemala, Honduras y Belice. Era un alcohólico antes que los trabajadores de la IMB con el grupo étnico mam en Tajumulco, Guatemala, llegaran con un mensaje que cambiaría su vida.

Jerónimo aceptó a Cristo como su salvador y en poco tiempo su esposa e hijos hicieron lo mismo. Después, él inició la primera iglesia evangélica de su comunidad. Más adelante, él empezó a compartir a Cristo y establecer iglesias en otros pueblos. También tradujo al lenguaje local algunas partes de la Biblia y otros materiales de historias bíblicas para que otros pudieran escuchar el Evangelio.

A pesar de las historias de éxito como la de Jerónimo, muchos mayas continúan atrapados en la oscuridad espiritual, comentó Gary Stone, un misionero de la IMB entre los mam de Tajumulco.

“Los mam de Tajumulco siempre han sido conocidos como un grupo guerrero y feroz,” dijo Stone. “Las contiendas entre los pueblos y las peleas por la tierra nunca terminan. La cultura está quebrantada y hay muchas tinieblas en su vida diaria. El incesto, el robo, la mentira, el alcoholismo, el tener diferentes parejas, la envidia y otros pecados mantienen a los mam en tinieblas.”

Al igual que otros grupos mayas, los mam se aferran a su herencia y viven en pequeños pueblos rurales de entre 50 y 100 familias. Su supervivencia depende cosechas como patatas, frijoles, maíz y chiles. La mayoría usa ropa maya tradicional hecha a mano.

La pobreza y la falta de trabajo algunas veces los obliga a buscar trabajo en otros lados.

“Muchos [mam] viajan a los Estados Unidos en búsqueda de hacer sus fortunas,” dijo Stone. “En lugar de encontrar las riquezas que estaban buscando allá, muchos de ellos regresan a Guatemala con adicciones, enfermedades venéreas y relaciones rotas.”

Las tradiciones que les dan a los grupos mayas su identidad única en ocasiones son una barrera al Evangelio, dicen los misioneros. Muchos grupos han adoptado al catolicismo sólo de nombre y todavía adoran a espíritus mayas relacionados con los nombres de los santos católicos.

“La principal religión es la animista cubierta con una veneración al catolicismo,” dijo Alan Lyons, un líder estratega para el trabajo de la IMB entre los mayas. “Hay muchos ejemplos obvios de animismo, prácticas indígenas como el sacrificio de gallinas en las escaleras de la iglesia. Muchos miembros de las iglesias tienen dificultades para explicar el significado de ser un seguidor de Jesucristo y en tiempos de crisis, frecuentemente regresan a sus prácticas animistas en lugar de confiar en Cristo.”

Muchos mayas no saben leer y únicamente hablan uno de los 69 lenguajes mayas. Stone y otros misioneros están trabando con otros creyentes nacionales para presentar el Evangelio en el lenguaje nativo de los grupos a través de la presentación oral de historias bíblicas, grabaciones del Evangelio y representaciones teatrales.

Stone espera que la tendencia actual para mejorar la educación también ayude, ya que los jóvenes se quedan más tiempo en la escuela y aprenden a leer.

A pesar de estas dificultades, Dios se ha estado moviendo en los grupos mayas.

“Cuando llegamos a trabajar entre los mam de Tajumulco, ellos estaban considerados cono un grupo étnico no alcanzado,” dijo Stone. “A través del trabajo de los misioneros…el Evangelio ha sido libremente sembrado entre los pueblos. En la actualidad, por la gracia y misericordia de Dios, ya no son considerados no alcanzados.”

Dios también ha estado trabajando entre las personas k’ekchi, un grupo maya en Guatemala en donde el misionero de la IMB, David White, ha estado trabajando por cinco años.

“Durante nuestro tiempo con los k’ekchi, hemos sido bendecidos al ver cómo iniciaron varios nuevos grupos y misiones,” dijo White. “Cuando una persona k’ekchi se salva, ellos usan la palabra ‘pabanc,’ que significa “creer y obedecer.” Esta combinación les ayuda a solidificar su fe en Cristo. Ellos saben que el aceptar públicamente y seguir a Cristo no es solamente creer, algo que se hace en privado, sino también obedecer, algo que se vive públicamente.”

Durante la década pasada, los k’ekchi han experimentado un movimiento de plantación de iglesias, es decir, un aumento rápido en la multiplicación de iglesias indígenas que plantan nuevas iglesias entre un grupo étnico o segmento de la población.

Los k’ekchi también colectan una ofrenda anual para apoyar a sus 18 misioneros nacionales que propagan el Evangelio entre otros grupos indígenas.

“Los k’ekchi tienen un corazón para la oración y el evangelismo totalmente diferente al de muchos creyentes,” White añadió. “El lamento sobre los perdidos espirituales y el compartir fielmente están entre las prioridades de la iglesia k’ekchi.”

White también dijo que los k’ekchi están comprometidos con el estudio de la Palabra de Dios a pesar de ser analfabetos.

“Los creyentes k’ekchi hacen un trabajo excepcional para memorizar las Escrituras” comentó. “La mayoría de la gente todavía no puede leer ni escribir. Cada domingo toman muy en serio el versículo a memorizar. Ellos repiten el versículo hasta que se aseguran que todos se lo saben.”

A través de su fe en Dios y entendimiento de las Escrituras, los k’ekchi han cambiado su tradicional cultura maya. Ahora, en lugar de orar a los espíritus pidiendo una buena temporada de la cosecha, los k’ekchi asisten a un servicio de oración antes del día que inicia la siembra y confían en Dios para su sobrevivencia.

Los misioneros de la IMB entre los mayas les piden a los bautistas del sur que oren para que otros grupos mayas sigan el ejemplo de los creyentes k’ekchi.

“Oren para que Dios derrumbe las barreras de la tradición que impiden que muchos grupos mayas lo conozcan,” dijo un misionero. “Oren para que Él levante pastores locales [mayas], plantadores de iglesias y misioneros a los otros grupos mayas que todavía necesitan escuchar el Evangelio.”
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Emily Pearson es una escritora de la IMB que sirve en Sudamérica.

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  • Por Emily Pearson