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EDITORIAL: La libertad en Cristo continua

Clara Molina


¡La libertad no es gratuita! Para que un país tenga verdadera “libertad y justicia para todos”, hay que luchar para obtener esa libertad a través de los sacrificios de soldados valientes, familias y comunidades. Pero, para que una persona experimente y posea la verdadera libertad y justicia, el único hijo de Dios, Jesús tuvo que morir para darnos ese privilegio sin daños colaterales, sin la pérdida de personas o la destrucción de comunidades. Su sacrificio es lo que realmente puede liberar a alguien. La verdad de su salvación proporciona la libertad espiritual del pecado, la liberación del alma, y el vivir fuera del abismo de la condenación eterna para siempre. Esta debería ser la primera libertad que una persona debería buscar. La libertad es el derecho que tiene alguien a tomar decisiones sobre cualquier cosa en la vida, pero también es tener la capacidad de tomar esas decisiones de acuerdo con sus derechos dentro de la constitución, con respeto el gobierno local y la Palabra de Dios.

Durante los días de José, el hijo amado de Jacobo, hubo una hambruna y la gente fue a Egipto donde pudieron encontrar comida. La gente gradualmente gastó todo lo que tenían para comprar comida; gastaron todo su dinero, entregaron su ganado, se ofrecieron a sí mismos como esclavos al faraón, y finalmente le dieron al faraón sus tierras. Se convirtieron en esclavos completos (Génesis 47: 13-26). Hoy, no hay necesidad de renunciar a ninguna de esas cosas para sobrevivir y tener libertad. Dios Todopoderoso provee para su pueblo (Filipenses 4:19; Efesios 3:20) y ofrece a toda la humanidad seguridad espiritual en Cristo Jesús (Juan 3:16). Dios también proporcionó un gobierno al hacer a David rey sobre su pueblo (1 Samuel). Ahora, no importa cuál sea su filosofía política, “el gobierno fue ordenado por Dios para nuestro bien, para castigar el mal y mantener el orden”. Jesús vino a salvar a los perdidos (Mateo 18:11), y Gálatas 5: 1 exhorta al cristiano al decir, “Manténganse, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.” Esta verdad es la libertad auténtica que los cristianos necesitan para ir y proclamar a las naciones las buenas nuevas que es el evangelio (Mateo 10:18).

Las elecciones ya se terminaron y por la gracia y gloria a Dios, El todavía sigue en su trono. La democracia permite que todas las personas voten, pero eso no garantiza que los resultados surjan al favor del que vote. Como cristianos, se necesita tener en cuenta que es importante lo siguiente:

  • Recordar que con Cristo no hay esclavitud. Él pagó por nuestra libertad de la esclavitud del pecado con su muerte y resurrección. Un cristiano sirve voluntariamente a Cristo por su sacrificio en la cruz y honra al Padre motivados por amor y gratitud.
  • Orar por la nueva administración como la Biblia les indica a los seguidores de Cristo a hacer (1 Timoteo 2: 1-4), y como un buen soldado de Jesucristo y verdadero cristiano hay que respetar ese puesto. Escuché a alguien decir, “Vive de pies con firmeza al estar de rodillas orando” y no hay mejor momento que el de ahora. La Palabra de Dios también dice: “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó” (Colosenses 3: 12-13).
  • Orar por aquellos que están dispuestos a dar su vida para defender esta nación, ellos merecen nuestro respeto. Ore al Señor para que sane esta tierra (2 Crónicas 7:14), y que el Espíritu de Dios impulse a los cristianos para que compartan el Evangelio con los demás. Es necesario que el Espíritu Santo transforme las vidas de aquellos que no tienen a Jesús como Señor (Mateo 28: 16-20). “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Corintios 3:17).
  • Orar a Dios que provea la sabiduría para poder concéntrese en la verdad para poder vivir de acuerdo con los valores bíblicos (Santiago 1: 5, Salmo 139: 23-24). Honre a Dios cuando vote.

Al pensar en la libertad del pecado debido a Cristo, la libertad y la forma de vida en este país, y la verdad de tu salvación, es necesario volver a considerar y vivir las palabras escritas en Juan 8: 30-32, “…Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” La salvación de Jesucristo se ofrece libremente, puede ser aceptada libremente, y todos tenemos la libertad de compartir Su don de salvación con los demás que resulta en verdadera libertad y justicia para todos.  La libertad en Cristo continua.

    About the Author

  • Clara Molina

    Clara Molina, miembro de la Red Nacional Bautista Hispana, es conferencista y autora de ¡Oh no! ¡Mi esposo es el pastor!, y en inglés, Oh no! I Married the Pastor! y A Legacy of WisdomTiene una maestría de Educación Escolar Cristiana del Seminario Teológico Bautista Southwestern (SWBTS) y un doctorado del Seminario Teológico Bautista Midwestern (MBTS)

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