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ESTUDIO DOCTRINAL: El significado de la Cena del Señor


BIRMINGHAM, Ala. (BP)–A través de la historia, el concepto bíblico de la Cena del Señor ha sufrido controversias. La diversidad de opiniones ha confundido a muchos, ya sea por ignorancia o por error, y la solución está en apegarnos a lo que la Biblia enseña al respecto.

LA PASCUA Y LA CENA DEL SEÑOR

Existe un trasfondo histórico para la Cena del Señor, en la Pascua judía implementada con la liberación de la esclavitud egipcia. En dicho evento se debía matar a un cordero perfecto, y su sangre debía colocarse en los postes y el dintel de las casas (Éxodo 12:3–7); además debían comer pan sin levadura (v. 8). La servidumbre de los judíos marcaba una esclavitud (1:13–14), de la que serían librados por el acto de obediencia al colocar la sangre del cordero visiblemente (12:12–13). La simbología de este evento se cumple en Cristo, pues Él es nuestra Pascua (1 Corintios 5:7).

La Pascua tenía que celebrarse por mandamiento en Israel (Deuteronomio 16:1), y tenemos ejemplos de esta celebración (Números 9:1–5; Josué 5:10; 2 Crónicas 30:1–5, 13; 2 Reyes 23:21–23; Esdras 6:18–22). Jesucristo acompañó a sus padres a la Pascua (Lucas 2:40–42), y en su ministerio participó de tres Pascuas (Juan 2:13–23; 6:4; 13:1–5). En la última Él es ofrecido como el Cordero de Dios (véase 1 Pedro 1:19).

La Cena del Señor es un acto del que deben participar los creyentes. Al hacerlo, primero, mostramos obediencia al mandato divino: “Tomad, comed … haced esto … coma así del pan, y beba de la copa” (1 Corintios 11:24–25, 28). En segundo lugar, recordamos y anunciamos los padecimientos de Cristo: ” ‘en memoria de mí’… la muerte del Señor anunciáis” (vv. 24–26). En tercer lugar, anunciamos la segunda venida de Cristo: “hasta que él venga” (v. 26). Finalmente, participamos en un acto de comunión: “la comunión de la sangre de Cristo … la comunión del cuerpo de Cristo” (10:16–17).

TEORÍAS Y LA PALABRA DE DIOS

Por lo expuesto anteriormente, no es posible creer que en el momento de la ceremonia de la Cena del Señor el pan se convierte literalmente en el cuerpo de Cristo y el jugo de la vid se convierte en la sangre de Cristo (esto es transubstanciación). Tampoco podemos creer que el cuerpo y la sangre de Cristo están presentes en el pan y en el jugo de la vid en el momento de la ceremonia (esto es consubstanciación). Mucho menos podemos creer que en el momento de la celebración, Dios está proporcionando alguna gracia santa por medio de una fuerza espiritual que es introducida en el participante (esto es sacramentalismo). Estas tres teorías están equivocadas, porque las Escrituras afirman que Cristo murió una sola vez (Hebreos 9:26–28; 10:10–12, 14; 1 Pedro 3:18); que la Cena del Señor es una ceremonia conmemorativa (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24–25); y que es una proclamación de la muerte y la segunda venida de Cristo (1 Corintios 11:26).

CUANDO PARTICIPAMOS …

Cuando participamos de la Cena del Señor, afectamos a los no creyentes, dándoles testimonio de que el sacrificio de Jesucristo fue completo (Juan 19:30); que es el único sacrificio que quita el pecado (Hebreos 9:26); y que es el único medio que nos hace perfectos (Hebreos 10:14). Pero debe afectarnos como creyentes también, mientras cada uno se examina personalmente (véase 1 Corintios 11:28, 31) para agradarle a Dios con nuestra conducta.

PARA REFLEXIÓN

— ¿Cuándo fue la última vez que participó usted de la Cena del Señor?

— Cuando participa, ¿ofrece acciones de gracias a Dios con adoración por haberle amado tanto?

— ¿Qué resultados destacaría en su crecimiento espiritual por participar de este mandato?

No olvide, celebre a Cristo, pues Él es nuestra Pascua.
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Daniel Cerda es iniciador de iglesias en la Asociación Bautista Northwest, en Arkansas. Vive en Centerton, Arkansas.
Originalmente publicado en Nuestra Tarea, revista de misiones y ministerios de WMU, tirada de marzo/abril 2007.

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  • Por Daniel Cerda