NASHVILLE, Tenn. (BP)–Muy a menudo, los miembros de la iglesia vacilan en proveerle apoyo a gente responsable del cuidado primordial de un padre anciano o de un niño con necesidades especiales, generalmente porque no saben qué hacer.
Carmen Leal, autora de “El Salmo 23 para el Cuidador,” anotó en el boletín electrónico de Investigación LifeWay del 1º de diciembre varias maneras en las que la iglesia puede apoyar al creciente número de personas responsables del cuidado de otros:
— Suponga que la mayoría de los cuidadores no piden ayuda.
“En vez de eso, tenga un plan de acción para reconocer si las necesidades básicas están siendo llenadas debido a la avalancha de cobros médicos y la posible pérdida de ingreso,” escribió Leal. “Sugiera que el fondo de benevolencia de la iglesia ofrezca ayuda limitada, y guíe al cuidador durante el proceso de solicitud.”
— Busque al cuidador y hable por él/ella dentro de la iglesia. Leal señaló que mucha gente de la iglesia no tendrá la experiencia o la capacidad para establecer un “ministerio” para los cuidadores, pero ellos pueden hablar por una persona.
“Esta persona puede ayudar al cuidador a tener acceso a recursos dentro y fuera de la iglesia tales como ayudar al cuidador a conectarse con un grupo de estudio bíblico o a encontrar en la comunidad programas de ayuda como el Ejército de Salvación y United Way que pudieran ayudar a pagar cosas como los servicios, comestibles y otras necesidades,” escribió ella.
Es importante, dijo Leal, que esta persona trabaje fuertemente para mantener al cuidador conectado con otros de la iglesia en vez de hacerse cargo de todas las necesidades del cuidador.
“Tomar el asunto muy personalmente haría fácil que la persona que está tratando de ayudar se sienta abrumada y que entonces simplemente desaparezca de la vista del cuidador — y potencialmente termine haciendo más mal que bien,” escribió Leal.
— Cree una cultura dentro de la iglesia “que encuentre una necesidad y entonces la llene.”
“Después del diagnóstico de David, los doctores sugirieron una dieta diaria de 5.000 calorías para ayudarlo en contra de la rápida pérdida de peso,” escribió Leal en relación con la batalla de su esposo en contra de una enfermedad neurológica degenerativa. “La pérdida de su habilidad para tragar llevó a alimentarlo por medio de un tubo y a la necesidad de suplementos como Ensure o Boost. La mejor cosa que mi iglesia hizo fue establecer una oportunidad para que los miembros de la iglesia llevaran paquetes de seis Ensures a la iglesia para nosotros.
“Otros recortaban cupones para ayudar a costear la compra de Ensure. Este simple acto de generosidad mantuvo a David vivo y me permitió usar el dinero para comprar comestibles para adolescentes en crecimiento,” dijo Leal.
— Panfletos de recursos que están disponibles para familias que tienen necesidad financiera.
Los miembros de la iglesia que tengan interés en ministrar a los cuidadores deben estar familiarizados con recursos que ofrezcan medicamentos gratuitos o a bajo costo, cuidado dental y de los ojos, dijo Leal. Tales recursos incluyen programas de ayuda farmacéutica como RX Assist o NeedyMeds.org y programas de ayuda para la visión como Vision USA o Eye Care America.
“Sea conciente del mundo empequeñecido del cuidador y haga llamadas y visitas,” también escribió Leal. “También hay muchas comunidades online de manera que el cuidador se pueda conectar con otros.”
Otro consejo que Leal ofrece incluye que los cuidadores aprendan sobre dónde encontrar artículos para el hogar a bajo precios como Habitat Resources o freecycle.org. Además, ayude a los cuidadores a aprender más acerca de las enfermedades con las que están lidiando, dirigiéndolos a la Asociación Nacional de Alzheimer, la sociedad Americana del Cáncer u otros grupos.
— Provea una computadora usada y habilidades básicas de computación.
Si el cuidador no tiene una computadora, podría haber algún miembro que haya actualizado su equipo y esté dispuesto a donar su vieja computadora de escritorio o portátil a cuidadores en casa que necesiten apoyo online, dijo Leal.
Quizá lo más importante, dijo Leal, es que las iglesias no pasen por alto las necesidades espirituales de un cuidador o de alguien necesitado de cuidado. Visitas personales y oración son lo mínimo que un cuidador debe esperar de su comunidad de fe, anotó ella, y una de los asuntos más importantes de tratar es si la persona en necesidad confía en Jesús como Salvador.
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Compilado por Erin Roach, escritora de Baptist Press.