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La fe de Alejandro refleja la sinergia del CP


BALL, La. (BP) — Alejandro, líder tribal en uno de los siete pueblos relacionados en Ecuador, es hoy un cristiano resultante de la sinergia del Programa Cooperativo y el involucramiento de misiones de la Iglesia Bautista Kingsville.

Con dos años dentro de esta fe, el hombre de 60 años y padre de cuatro hijos adultos está llevándolos a ellos y a otros hacia sus propias profesiones de fe. Como resultado, la Palabra de Dios está repercutiendo a través de los pueblos tsa’chilas en la selva al oeste de Quito, la capital de Ecuador.

“El Programa Cooperativo le permite a cada iglesia bautista del sur estar directamente involucrada en misiones locales y globales. La iglesia puede ir donde nosotros no podríamos ir,” dijo Bart Walker, pastor de Kingsville desde 2007. “¡Qué glorioso privilegio ser parte del trabajo de Dios de redimir gente de cada tribu, lengua y nación!”

Kingsville, en el centro de Louisiana, trabaja con la Junta de Misiones Internacionales de la CBS cuando los equipos voluntarios viajan a Ecuador dos veces al año para proveer testimonio evangelizador y entrenamiento de discipulado. La iglesia también tiene continuos compromisos de misiones en Brasil.

En Norte América, los compromisos de Kingsville están en Lethbridge y Toronto, Canadá, y en Kalispell, Montana.

A través de la Asociación North Rapides de Louisiana, la iglesia está involucrada en ministerios comunitarios a través de Main Street Mission en Pineville. También está comenzando la Gospel Community Church (Iglesia Comunitaria Evangelio) a través de Red River en Alexandria.

Inclusive cerca al hogar, hay un ministerio continuo de hospitalidad a los camioneros — los miembros de la iglesia construyeron un edificio estilo cabaña y un área de picnic a la orilla de la propiedad de la iglesia donde los camioneros pueden descansar mientras esperan que les alisten las cargas en una fábrica cercana. La acogedora estructura está atendida por voluntarios listos con una palabra amable, consuelo espiritual y testimonio del evangelio.

“Creo que nunca fue la intención del Programa Cooperativo disminuir la necesidad de involucramiento misionero directo de parte de cada iglesia,” dijo Walker. “No es un asunto de el PC o las misiones directas. Es el PC incentivado por el fuego de un pueblo que se regocija en su salvación de tal manera que ese gozo se derrama en involucramiento personal y ferviente oración y un dar que capacita a otros a ir.”

El Programa Cooperativo es la manera en que las iglesias bautistas del sur sostienen las misiones y los esfuerzos de ministerio de las convenciones estatales y de la Convención Bautista del Sur. Kingsville asigna el 12.5 por ciento de sus ofrendas no designadas para las misiones a través del Programa Cooperativo; en total, 26.5 por ciento de su presupuesto de operaciones va a diferentes iniciativas de misiones.

Por todo lo que el Programa Cooperativo hace en EE.UU. y alrededor del mundo, hay mucho que no se está hacienda debido a que lo que se da no es lo que se necesita que sea, dijo Walker. Él usó los refrescos gaseosos para presentar la idea:

“Hay cerca de 313 millones de personas en EE.UU., y los bautistas del sur aducen tener cerca de 16 millones — o el 5 por ciento — de ellos,” dijo el pastor. “De acuerdo a un artículo publicado el 20 de marzo por la agencia de noticias Reuters, la venta de bebidas gaseosas en el 2011 en EE.UU. dio cuentas por un total de ingreso de ventas de $75 billones.

“Si los bautistas del sur son bebedores ‘promedio’ de bebidas gaseosas — y creo que los son — entonces ellos cuentan por el 5 por ciento de esos $75 billones o $3.75 billones,” continuó Walker. “Compare eso con todo el presupuesto de la Junta de Misiones Internacionales para el 2012: un poquito más de $324 millones. Eso significa que nosotros como bautistas del sur estamos gastando 11 veces más en bebidas gaseosas anualmente que lo que ofrendamos a misiones del PC. Las iglesias tienen que atender esto — incrementando el ofrendar al PC, incrementando el ofrendar a Lottie y Annie, además de incrementando el involucramiento en misiones.” (“Lottie” es una referencia a la Ofrenda de Navidad Lottie Moon de los Bautistas del Sur para las Misiones Internacionales y “Annie,” la Ofrenda del Domingo de Resurrección Annie Armstrong para las Misiones Norteamericanas.)

“Hay en la actualidad una gran corriente de seres humanos que va directo al infierno, con muy pocas personas que estén ni siquiera intentando detener ese flujo,” dijo Walker. “Sin embargo, ¿hay algo mejor en este mundo que estar involucrado en ser usado por Dios en rescatar con gozo a gente que va al infierno y en mostrarles a ellos cómo pueden estar gozosos y eternamente contentos en Dios?”

Jason Hiles quien es miembro de Kingsville y líder del equipo en Ecuador, conoció a Alejandro hace dos años “cuando comenzó a suavizarse al mensaje del evangelio,” dijo Hiles. “Alejandro comenzó haciendo importantes preguntas acerca de cómo uno es salvo. … [Luego] él hizo arreglos para que yo predicara el evangelio a un grupo grande en la comunidad rural donde él vive.”

Desde el 2002, cuando el trabajo comenzó primero entre lo que en ese entonces era una etnia no alcanzada, personas en seis de los siete pueblos tsa’chilas han hecho profesión de fe y han sido bautizados. La primera persona no hizo profesión pública hasta el 2005. En 2011, nueve personas reconocieron su fe y confiaron en Dios, y ocho fueron bautizadas.

“De muchas manera nuestro trabajo anual depende del trabajo sostenido de un misionero de la IMB quien facilita lo que hacemos cada año y quien continúa ministrando a los tsa’chilas en nuestra ausencia,” dijo Hiles. “Además, una iglesia en Santo Domingo que se ha beneficiado del trabajo de la IMB en el pasado se ha asociado con nosotros para alcanzar a los tsa’ chilas y ha provisto apoyo clave para nosotros y ese ministerio cuando dejamos el área para regresar a EE.UU.

“Al final del día yo diría que este trabajo misionero directo es un esfuerzo conjunto complejo que depende del trabajo misionero directo [de Kingsville], del apoyo de los misioneros de la IMB, del apoyo de la iglesia en Ecuador y de la gracia del Todopoderoso Dios que ha supervisado este complejo asunto alrededor de una década hasta ahora. Estamos comenzando a ver desarrollarse el liderazgo nativo en Ecuador, y tenemos mucha esperanza de que los tsa’chilas formen una iglesia que pueda sustentar este trabajo del evangelio en las generaciones por venir.”

Baptist Global Response, una entidad de ayuda internacional, se asoció con Kingsville el año pasado para realizar proyectos de agua en dos — hasta ahora — de las comunidades tsa’chilas.

“Uno de los mejores ejemplos que tengo del Programa Cooperativo en acción es el compañerismo entre IMB, BGR y KBC para desarrollar agua potable para la etnia tsa’chila,” dijo Walker. “Este compañerismo ha traído agua filtrada a cada hogar de dos pueblos. …

“Algo de nuestro acceso a este grupo ha sido realzado por este compañerismo cuando los tsa’chilas han visto el genuino amor de la Convención Bautista del Sur a través de este esfuerzo cooperativo. El 1º de junio llevaré a 32 personas de vuelta a esta etnia para enseñar el evangelio a través de las parábolas de Jesús durante cinco días en seis escuelas diferentes, para alcanzar a cerca de 700 estudiante — casi un cuarto de la población” de todos los siete pueblos.

Alrededor de 500 personas participan en los servicios de adoración de los domingos en Kingsville. Se da información cada semana sobre las oportunidades y los proyectos misioneros, frecuentemente a través de presentaciones en video en las grandes pantallas que algunas veces consisten de miembros que dicen cómo han cambiado como resultado de la participación activa en la obra de Dios.

“Recibimos el gozo de ser parte de uno de los mecanismos de Dios para llevar a cabo la Gran Comisión y el Gran Mandamiento,” dijo Walker. “Recibimos el gozo del compañerismo con otros creyentes de la CBS en la tarea.”
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Karen L. Willoughby es la editora general del periódico Baptist Message (www.baptistmessage.com), de la Convención Bautista de Louisiana.

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  • Por Karen L. Willoughby