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¿Qué pasó en Cuba?

via Unsplash/Ricardo IV Tamayo


El día amaneció como otro día cualquiera. La rutina y la falta de esperanzas suelen teñir hasta las flores. Hoy el sol brillaba como de costumbre, en un cielo azul muy puro y sin nubes. Una ligera brisa refrescaba el ambiente y los pajarillos revoloteaban como de costumbre, los perros ladraban y jugaban, como todos los días. El almanaque marcaba que era el 11 de julio de 2021.

Cerca de las diez de la mañana, un pequeño grupo de residentes de la ciudad de San Antonio de los Baños, que se encuentra situada al este de la ciudad de la Habana y en cuyo territorio está la base aérea militar más importante de la Isla de Cuba, se comenzaron a juntar en el parque de la iglesia católica. Al parecer, las frustraciones, la escasez de lo más indispensable para la vida y la indiferencia de las autoridades, estaban colmando la copa de la paciencia. Poco a poco, los que se habían reunido comenzaron a gritar consignas exigiendo libertad. El lema de la revolución es patria o muerte y por 62 años ha bañado de muerte al país, pero ahora resonaba un nuevo grito en las gargantas enardecidas de los que protestaban que gritaban ¡PATRIA y VIDA!

Casi de inmediato algunas personas se comenzaron a unir al grupo que crecía como la espuma y que comenzó a extenderse desde el parque a la Calle Real y a otras calles aledañas. Simultáneamente los teléfonos celulares comenzaron a tomar fotos y videos de lo que estaba ocurriendo y empezaron a subirlos a los medios sociales. Y esto fue como fuego en la gasolina, personas en casi todas las ciudades de la Isla se lanzaron a las calles en solidaridad con sus hermanos de San Antonio de las Baños. Ese día el grito de Patria y Vida retumbó en la Isla que había permanecido silente por 62 largos años.

Rápidamente, la protesta apareciֵó en los titulares de los medios independientes cubanos y en los periódicos y noticieros de todo el mundo, que anunciaban que, por primera vez en los años de la revolución, el pueblo de Cuba había salido a las calles a pedir su libertad. Durante todo el día en más de 67 ciudades de la Isla, y en muchas ciudades alrededor del mundo, en las que los cubanos, los hijos de cubanos y ciudadanos amantes de la libertad, se unieron en un gesto solidario a los cubanos de la Isla que clamaban por su libertad.

Incluso uno de esos titulares anunciaba que el gobernante Miguel Díaz-Canel había llegado a San Antonio de los Baños escoltado por altos oficiales militares en un intento de aplacar la situación, muy al estilo del difunto Fidel Castro, pero los manifestantes le lanzaron unos cuantos insultos en lugar de aplausos.

Todavía hoy, las manifestaciones del 11 de julio del año 2021 nos siguen sorprendiendo, a los cubanos de afuera, a los de adentro, a la izquierda, a la derecha, a los viejos, a los jóvenes, a los que protestan y a los que nada tienen para decir. Y nos llena de una mezcla de rabia y tristeza ver informes que las fuerzas de la policía y el ejército fueron lanzadas contra los manifestantes pacíficos. Sus demandas fueron acalladas con palos, gases lacrimógenos, balas de goma y perros.

Hemos escuchado informes de sancionar a un año de cárcel, sin haber tenido derecho a un abogado, en un juicio celebrado en menos de 24 horas de la detención, a jóvenes que fueron sorprendidos tomando fotos con sus teléfonos de la manifestación.

Hemos escuchado informes de  sancionar a 20 años de cárcel en igualdad de condiciones a algunos que lanzaron piedras para defenderse del abuso y maltrato de las tropas especiales que con trajes y atuendo de campaña estaban masacrando a los manifestantes.

En el momento de escribir estas notas cientos de personas permanecen encarceladas, muchas de ellas sin que sus familiares puedan verlos ni saber dónde se encuentran. Hay muchos desaparecidos y hay muchos muertos.

¿Y qué podemos hacer nosotros?

Los bautistas del sur deben unirse a la comunidad mundial para clamar a nuestro Dios por Cuba y para expresar nuestra condena a cualquier acto de violencia y maltrato en contra de ciudadanos pacíficos que estén expresando su sentir en cualquier lugar del mundo. Dios creó al hombre libre y los seres humanos deben tener el derecho a disfrutar y reclamar su libertad.